Científicos, atónitos por las nuevas señales de un satélite ‘muerto’ en 1967: era una reliquia de la era Apolo
Un viejo conocido que varias décadas después cogió por sorpresa a toda la comunidad científica.


El espacio exterior continúa siendo un gran misterio que no deja de sorprender incluso a aquellos que mejor creen conocerlo. Un grupo de captaron una extraña señal de radio cercana a nuestro planeta, esta fue tan potente que eclipsó todo lo demás, y aunque acabase teniendo una explicación lógica, al principio pensaron que habían descubierto algo único.
“Nos entusiasmamos pensando que habíamos descubierto un objeto desconocido en las proximidades de la Tierra”, destaca Clancy James, profesor asociado del Instituto Curtin de Radioastronomía en Australia Occidental. La realidad es que la señal parecía proceder de muy cerca de la Tierra, por lo que no podía ser un objeto astronómico, y tras determinar que procedía de unos 4.500 kilómetros de distancia, lograron encontrar una coincidencia con un antiguo satélite conocido como . ¿Cómo lo lograron? Existen bases de datos para averiguar en qué lugar debería estar un satélite, y no había ninguno otro en esa zona.

Un satélite que llevaba casi 60 años sin dar señal
Un descubrimiento que en un primer momento les decepcionó, pero que finalmente terminó impresionándolos. El Relay 2 es un satélite de comunicaciones experimental que la NASA puso en órbita en 1964, con el objetivo de retransmitir señales entre Estados Unidos y Europa, así como retransmitir los Juegos Olímpicos de Tokio 1964. Tan solo tres años después, en 1967, la misión del Relay 2 había terminado y se convirtió en chatarra espacial, orbitando sin rumbo alrededor de nuestro planeta, hasta que de forma inesperada este pasado 2024 volvieron a detectarlo.
Tras casi 60 años de inactividad, ¿cómo se volvió a detectar este satélite? Clancy James destaca que “cuando lo detectamos por primera vez, parecía bastante débil. Pero cuando nos acercamos, se hizo cada vez más brillante. La señal completa dura unos 30 nanosegundos, o 30 milmillonésimas de segundo, pero la parte principal dura sólo unos tres nanosegundos, y eso está realmente en el límite de lo que puede ver nuestro instrumento”.
Al final, los investigadores piensan que una posibilidad de volver a tener señal de este satélite pudo ser la acumulación de electricidad estática en la superficie metálica del satélite, liberándose esta de repente. Otra menos probable es el “impacto de un micrometeorito, que no supera 1 milímetro de tamaño, convirtiendo los restos resultandos del impacto en un plasma, un gas increíblemente caliente y denso. Y este plasma puede emitir una breve ráfaga de ondas de radio”.
Un curioso descubrimiento que es uno más de la enorme cantidad de objetos creados por el ser humano que han sido lanzados al espacio, y que al poco tiempo terminan siendo desechados. En este caso, y casi 60 años después, volvió a dar señal, provocando la sorpresa y curiosidad de aquellos que lo descubrieron.
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