Harvard lo tiene claro: esta es la planta nativa del Mediterráneo que potencia tu mente y hace frente al estrés
Según varios estudios, una dieta combinada con romero reduce los riesgos asociados al Alzheimer y contribuye a retener mejor la información.
El romero, una planta aromática común en la cocina mediterránea, ha dejado de ser solo un condimento para convertirse en objeto de estudio en el ámbito de la neurociencia y la nutrición. Diversos compuestos presentes en esta hierba, como los diterpenos, los ácidos orgánicos, las saponinas y los taninos, le otorgan notables propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antimicrobianas. Pero más allá de sus beneficios físicos, el romero ha demostrado tener un impacto directo sobre la memoria y la función cognitiva.
Un estudio pionero realizado en 2012 por los investigadores Mark Moss y Lorraine Oliver, de la Universidad de Northumbria, reveló que el aroma del romero puede mejorar significativamente la capacidad de retener y organizar información. Este hallazgo fue posteriormente respaldado por la Dra. Uma Naidoo, psiquiatra nutricional y miembro de la Facultad de Medicina de Harvard, quien profundizó en los beneficios neurológicos del romero en su libro This Is Your Brain on Food.
Según la experta, los diterpenos de la hierba mediterránea ayudan a proteger las células cerebrales del daño oxidativo, aumentan los niveles de acetilcolina —un neurotransmisor esencial para la memoria— y reducen el cortisol, la conocida “hormona del estrés”. Además, sugiere que el uso regular de romero podría tener efectos positivos en el sistema nervioso, actuando incluso como analgésico natural.
Un puente entre el intestino y el cerebro
Naidoo también destaca la conexión entre la salud intestinal y la memoria, un campo emergente en la investigación científica. Las bacterias del intestino influyen en la producción de cortisol y en la función del nervio vago, que conecta el aparato digestivo con áreas cerebrales como el hipocampo y la amígdala, cruciales para la formación de recuerdos y la regulación emocional.
Algunos estudios mencionados en su obra incluso vinculan afecciones dermatológicas, como la rosácea, con un mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas, incluyendo el Alzheimer, lo que refuerza la teoría de que la salud intestinal puede desempeñar un papel clave en la evolución de estas patologías.
En este contexto, el romero también ha encontrado un lugar destacado en la dieta MIND (por sus siglas en inglés: Mediterranean-DASH Intervention for Neurodegenerative Delay), un régimen alimenticio diseñado específicamente para prevenir el deterioro cognitivo. Esta dieta, que combina lo mejor de la alimentación mediterránea, ha demostrado reducir el riesgo de Alzheimer hasta en un 53%.
La dieta MIND promueve el consumo de alimentos como verduras de hoja verde, nueces, frutas del bosque, legumbres y cereales integrales, y destaca al romero por sus beneficios neuroprotectores. A su vez, desaconseja el consumo excesivo de carne roja, productos lácteos enteros, frituras y repostería industrial.
El creciente interés por los efectos del romero sobre el cerebro se suma a una corriente científica que busca prevenir, más que tratar, el deterioro cognitivo. Tanto el uso culinario como el empleo en aceites esenciales y extractos puede formar parte de una estrategia más amplia de cuidado de la salud cerebral. Con respaldo de instituciones de prestigio como Harvard, el romero se perfila como un recurso natural accesible y eficaz para quienes buscan mejorar su memoria, reducir el estrés y proteger su mente del paso del tiempo.
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