Ciencia

Un ensayo apunta que este tratamiento contra el infarto no sirve para nada: lo toman un millón de personas en España

Las personas que toman betabloqueantes tras un infarto no complicado no experimentan ninguna mejora.

Un ensayo apunta que este tratamiento contra el infarto no sirve para nada: lo toman un millón de personas en España
Mario Espinosa de los Monteros
De El Ejido (Almería), estudió periodismo en Málaga y trabajó en Cope y La Opinión de Málaga. En Madrid hizo un máster en periodismo internacional. Inquieto por naturaleza, le interesa la geopolítica, la exploración, la aventura y el conflicto de Israel y Palestina. Hizo los cursos de periodismo de viajes de El País y de televisión de Atresmedia.
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Un estudio elaborado por más de cien hospitales de España e Italia revela que los betabloqueantes, un fármaco que se receta tras sufrir un infarto, no da resultado en los pacientes, y en los peores casos pueden ser perjudiciales por sus efectos secundarios. Según explica a Borja Ibáñez, cardiólogo y uno de los líderes de la investigación, en España hay 1,2 millones de personas que cada día toman betabloqueantes.

En otras palabras, más de un millón de personas en nuestro país se exponen a diario a los efectos secundarios de los betabloqueantes: fatiga, disminución del deseo sexual, ritmo cardíaco lento… El resultado del estudio aseguraba que “los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio no complicado y con la función contráctil del corazón intacta no necesitan ser tratados con betabloqueantes”.

Hace 11 años, la Sociedad Europea de Cardiología escogió a Ibáñez para elaborar una guía del tratamiento del infarto de miocardio debido a su poca relación con la industria farmacéutica. Una persona separada del poder. Mientras elaboraba el estudio, se dio cuenta de la inexistencia de pruebas que demostrasen la eficacia de los betabloqueantes, que llevan 40 años recetándose en España. Él y el director del CNIC, Valentín Fuster, decidieron poner en marcha una investigación.

Más de 100 hospitales se sumaron al estudio y aportaron los datos de 8.500 pacientes que habían sufrido un infarto. El 70% de las personas que sufre un ataque al corazón conserva las capacidades de bombeo intactas, pero los betabloqueantes no sirvieron para nada. Los resultados son incluso más críticos para las mujeres: quienes tomaron betabloqueantes tras un infarto no complicado incrementaron un 45% sus posibilidades de morir o sufrir otra complicación cardíaca.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que el resultado del estudio se centra en las personas que tuvieron un infarto no complicado, que son la mayoría. El resto, el 30%, sí que experimentó una mejora al tomar betabloqueantes, por lo que la comunidad científica pide a los pacientes que no dejen de tomar la medicación por decisión propia.

“Nunca se debe suspender la medicación por iniciativa propia”, pues abandonar un tratamiento sin supervisión médica “puede entrañar riesgos importantes”, ha indicado la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen). “Los resultados de los ensayos deben interpretarse con cautela y prudencia”, ha puntualizado la sociedad científica.

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La Semergen recuerda que aunque se trata de un ensayo “muy relevante”, se centra en un grupo “concreto” de pacientes, integrado por personas con infarto de miocardio no complicado, sin antecedentes de insuficiencia cardíaca y con una FEVI mayoritariamente preservada. De hecho, según explicó Ibáñez, los resultados del estudio no evidencian que se haya estado tratando a todos los pacientes de forma errónea y con efectos adversos.

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