Una jubilada heredó su cartera de acciones en 1987: 40 años después, una simple regla le ha dado un rendimiento del 1000%

La paciencia es una grandísima virtud, y si no que se lo digan a Françoise, cuya vida acaba de cambiar de manera radical gracias a una decisión que tomó a finales de los 80. Por aquel entonces, esta mujer de origen francés heredó de su padre una cartera de acciones de Air Liquide, y en vez de dejarse llevar por los vaivenes del mercado, optó por conservar, reinvertir y dejar que el tiempo hiciera su trabajo. Cuatro décadas más tarde, justo cuando tiene 87 años de edad, puede confirmar que tomó la mejor de las decisiones.

En 1987, cuando los mercados mundiales estaban atemorizados por el famoso “lunes negro”, mucha gente acabó vendiendo sus acciones a la desesperada. Françoise, en cambio, optó por mantener su inversión inicial, rechazando las apuestas especulativas y centrándose en un único valor que conocía y entendía a la perfección. A base de disciplina y sencillez, obtuvo unos resultados que reflejan un rendimiento del 1000%.

Air Liquide, líder global en gases industriales y médicos, se volvió el pilar de su patrimonio. Desde entonces, la empresa gala, con presencia en 60 países y millones de clientes en todo el mundo, no paró de crecer, multiplicándose así la rentabilidad de los accionistas a largo plazo. “Comprender el valor y respetar el plan” es la regla con la que que ella sus casi cuarenta años de constancia.

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Con reinversión y mucha paciencia, François aseguró el futuro de su familia

François terminó reinvirtiendo cada dividendo, aceptando las atribuciones gratuitas y beneficiándose de la fidelización al mantener las acciones al nominativo. De esta forma, evitó costes adicionales y consiguió primas de hasta un 10% en dividendo y títulos extra. Y todo sin dejarse llevar por caídas de bolsa pasajeras o titulares sensacionalistas.

Con esta estrategia, los números no pudieron ser mejores: mientras el CAC 40 francés subió un 24% en los últimos tres años, Air Liquide escaló casi un 52% en el mismo periodo. A largo plazo, sus beneficios han crecido en torno a un 7% anual, mientras que el dividendo aumentó de media un 8,8%. Nunca hay que subestimar la paciencia.

Hoy por hoy, François no solo se ha asegurado vivir una jubilación sin apuros financieros, sino que también ha abierto planes de ahorro en acciones para sus hijos y nietos. Su ejemplo nos recuerda que, con una estrategia sencilla y constante, basada en reinvertir y resistir, es posible construir un futuro duradero para toda tu familia.

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