China se frota las manos con el doble aviso de Groenlandia a Europa y Estados Unidos: “Tendremos que buscar en otro lado”
El país busca inversiones externas para potenciar el sector minero. Y, ante las dudas con Estados Unidos por Donald Trump, aparece China.


Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, Groenlandia ha entrado de lleno en el tablero geopolítico. El presidente de Estados Unidos ha manifestado en varias ocasiones su deseo de hacerse, por las buenas o por las malas, con el territorio autónomo (aunque, en parte, dependiente de Dinamarca).
Ahora, desde el país urgen tanto a Estados Unidos como a la Unión Europea a dar marcha atrás en su renuncia a invertir en el sector minero. Justo ahí radica, en parte, las intenciones de Trump con Dinamarca. Tienen grandes recursos minerales y tierras raras, pero el problema es acceder a ellos. “Es difícil para nosotros extraerlos debido a la poca infraestructura y al hielo, pero ahora que se está derritiendo, las posibilidades aumentan”, relataba a Diario AS Aka Simonsen, historiadora y arqueóloga groenlandesa.
Pero, ahora, la ministra de Asuntos Económicos y Recursos Económicos del país, Naaja Nathanielsen, lanza un aviso a navegantes: “Queremos desarrollar nuestro sector empresarial y diversificarlo, y eso requiere inversiones externas”, dijo al . Y, cuestionada por si China sería una alternativa, no lo descartó. “Queremos asociaciones con socios europeos y americanos. Pero si no vienen, tendremos que buscar en otro lado”.
Las reservas de Groenlandia
Lo cierto es que Groenlandia, un país clave en la zona del Ártico, alberga grandes depósitos de cobre y oro, así como otras materias primas. El gran problema, no obstante, es acceder a ellos. Y aunque China se ha mostrado reticente (apenas hay dos empresas participando en proyectos, por otro lado, inactivos), la nueva coalición está abierta a la llegada de nuevos inversores desde fuera de Occidente.
Mientras se concretan las inversiones extranjeras, Groenlandia ha otorgado una primera licencia con el nuevo código minero a un grupo franco-danés para extraer anortosita, un mineral empleado en la industria de la fibra de vidrio. La previsión es que el proyecto, de unos 150 millones de euros, comience el próximo año. Un impulso importante para la economía danesa, pues actualmente solo hay dos minas en funcionamiento, que producen oro y anortosita.
¿Qué socio elegir?
He aquí la gran pregunta. Las relaciones con Estados Unidos, con las declaraciones de Trump sobre el control de Groenlandia, no pasan por su mejor momento. Unas palabras que para Nathanielsen fueron “irrespetuosas y desagradables”. Y que llegan en un momento en el que el presente memorando de entendimiento sobre desarrollo mineral, firmado durante el primer mandato de Trump y que no fue ampliado con Joe Biden, llega a su fin.
Dos situaciones que hacen complicado pensar en la ayuda estadounidense. “Esperábamos que la Administración Trump estuviera más dispuesta a dialogar con Groenlandia sobre el desarrollo del sector minero”, lamenta Nathanielsen. ¿Y qué hay del resto? Desde el Ejecutivo groenlandés prefieren trabajar con “aliados y socios con ideas afines”. Pero, asegura, “Groenlandia está teniendo dificultades para encontrar su lugar”.
En este contexto, la ministra señala como “problemática” la inversión china. “Pero también lo es, en cierta medida, la estadounidense. ¿Cuál es su propósito?”, se pregunta. Y en cuanto a la Unión Europea, la considera una “buena opción”, pues tiene algunos de los minerales que necesita por sí misma y comparten políticas ambientales.
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