Estados Unidos pone en jaque las defensas chinas con un arma hipersónica nunca vista
El interceptor NGSRI ofrece velocidad, precisión y potencia en un nuevo misil corto desarrollado por contratistas de defensa norteamericanos.

Un nuevo misil de corto alcance, pequeño pero devastadoramente eficaz, acaba de superar con éxito sus primeras pruebas en Estados Unidos. Se trata del NGSRI (Next Generation Short-Range Interceptor), un proyectil de apenas 15 kilos desarrollado por Raytheon y Northrop Grumman, empresas aeroespaciales estadounidenses, que ha demostrado capacidades que superan con creces a los sistemas actuales como el FIM-92 Stinger. La noticia, publicada oficialmente por la asesora militar RTX, ha generado atención en todo el mundo militar, especialmente en Asia.
Con una longitud inferior a 1,5 metros, este interceptor puede alcanzar velocidades superiores a Mach 3 pocos segundos después del lanzamiento. El motor, propulsado por un grano altamente cargado (HLG de sus siglas en inglés) ofrece una aceleración más intensa y prolongada que la de sus predecesores, manteniendo una trayectoria estable y aumentando su alcance hasta los 9 kilómetros. En comparación, los misiles Stinger, también diseñados por Raytheon, apenas superan los 4,8 km de alcance y alcanzan Mach 2,2 como máximo.
Un nuevo arma construido en tiempo récord
Lo más sorprendente del proyecto es la rapidez con la que se ha desarrollado. En menos de seis meses, el sistema pasó de ser un concepto experimental a volar con éxito en un entorno real. Según RTX, las pruebas se realizaron en el Laboratorio de Balística de Allegany, en Virginia Occidental, donde se simularon condiciones extremas de temperatura y humedad. Gracias a un proceso de producción altamente automatizado y al uso de componentes modulares, los ingenieros lograron ensayar múltiples variantes del motor, fabricando cada unidad con una precisión de hasta una décima de milímetro.
El contexto internacional parece haber sido un factor decisivo en esta aceleración. Desde hace algunos años, el Pentágono viene advirtiendo sobre la creciente amenaza de drones veloces, misiles de crucero de baja altitud y proyectiles hipersónicos lanzados desde distancias cortas.
Estos desafíos han desbordado las capacidades de muchos sistemas actuales, demasiado lentos para activarse o con un alcance limitado. Con el NGSRI, Estados Unidos busca garantizar una defensa más reactiva y eficaz, capaz de interceptar blancos móviles en menos de cinco segundos desde su detección, a distancias de hasta nueve kilómetros.
La OTAN compra, China observa
Aunque oficialmente el programa está destinado al Ejército y al Cuerpo de Marines estadounidenses, países aliados como Japón, Israel y varios miembros de la OTAN han mostrado interés en adquirir o adaptar este nuevo misil a sus propios sistemas defensivos.
Su coste estimado, de unos 120.000 euros por unidad, lo convierte en una opción atractiva frente a misiles más costosos como el Aster 30, cuyo precio puede superar los dos millones de euros. Esta combinación de eficiencia, bajo coste y alta disponibilidad podría cambiar las reglas del juego en el ámbito de la defensa aérea de corto alcance.
Aunque Estados Unidos no menciona directamente a China como el destinatario del mensaje que implica esta innovación militar, la coincidencia temporal y geopolítica no pasa desapercibida. El fortalecimiento de capacidades antiaéreas, particularmente frente a amenazas tecnológicamente avanzadiccwin247.como las que desarrolla el gigante asiático, es una señal inequívoca de que Washington no está dispuesto a ceder terreno en el dominio del espacio aéreo.
Con el NGSRI, el país se posiciona para responder con rapidez y contundencia a cualquier amenaza futura, dejando claro que, en esta nueva carrera armamentística, el tamaño no lo es todo.
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