Dos notarios en Francia le hacen el ‘timo de la renta vitalicia’ a una jubilada y muere a los días: ahora se enfrentan a 6 meses de prisión
El hecho sucedió en Francia. La propiedad, valorada en 250.000 €, fue vendida por 56.000 €, con pagos mensuales de 700 € , por lo que la propiedad pasó a manos de los notarios por tan solo 87.000 €.
¿Se aprovecharon dos notarios en Francia de la vulnerabilidad de dos octogenarios? Entre sospechas de abuso y estrategias de gestión de activos, los tribunales cuestionan la situación. Una de las notarias acusadas declaró en la puerta del juzgado que “pecaron de imprudencia”, pero que ésta no es delito. Aunque sí reconoce que deberían haber obrado de otra manera.
Y es que un grupo de notarios, entre los que está ella, su marido, y un compañero, afirman que ahora habrían pedido un certificado médico a la persona a la que le compraron la casa por el ‘timo de la renta vitalicia’, y habrían firmado una escritura con otro profesional.
El caso ha acabado en los juzgados, ya que están acusados los notarios de estafa, y de haberse aprovechado de su vulnerabilidad. Todo comenzó en 2018, cuando la notaría presuntamente cometió un primer delito en agosto contra Christiane, nacida en 1936. “Buscando, vi una casa en venta con renta vitalicia. Encontré el teléfono de la propietaria, pero me pidió que me comunicara con su agencia inmobiliaria”, recuerda Martin, un hombre de 41 años, reconocido en su sector, que está en el centro del caso.
”Hizo una oferta por debajo del precio mencionado por la agencia, con rentas vitalicias más bajas. El diagnóstico reveló una superficie menor a la anunciada inicialmente", defiende la notaria. La propiedad, valorada en 250.000 €, fue vendida por Christiane por 56.000 €, con pagos mensuales de 700 €. La jubilada también tuvo que pagar todas las obras de reforma. Falleció menos de cinco años después. Por lo tanto, la propiedad reformada pasó a manos de la pareja por tan solo 87.000 €. “Firmé el contrato como de costumbre. En estas transacciones, es inevitable que haya cierta incertidumbre”, advierte Sébastien, el tercer funcionario, amigo de ambos y firmante oficial durante las transacciones.
“La hermana de esta mujer de 83 años mencionó la enfermedad de Alzheimer ya en 2015”, declaró el fiscal. “Estaba bien. Ningún certificado médico respalda su versión”, afirman los acusados. El comprador completó él mismo el contrato firmado antes de entregárselo a su colega para su revisión. El magistrado considera que esto constituye una toma de interés ilegal que debilita la posición del vendedor. “No contaba con su propio asesor”, insiste la parte civil del caso.
En otro giro de la situación, un informe médico del año 2019 mencionaba una “ligera alteración en las facultades mentales de la octogenaria”, señala Jean Iglésis, abogado de una de las partes civiles. “La hicieron firmar mientras estaba postrada en cama; tenía un problema renal desde 2017, y se estaba considerando una medida de tutela reforzada. Su estado no hizo más que empeorar”, afirma Iglésis.
Ange falleció tan solo 28 días después de la firma. Al final, la propiedad costó solo 30.000 €. “El Colegio de Abogados le acusa de una transacción puramente especulativa”, añade el presidente del tribunal. “Esa es una norma inexistente”, responden de inmediato Sophie y Martin, los dos abogados.
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Así, tras la muerte de Ange, se presentó una denuncia. Se abrieron tres investigaciones. Una investigación interna dentro de la profesión que resultó en una sanción ética contra la pareja. Otra investigación se presentó ante el tribunal civil, que también condenó a la pareja. Y la tercera, se confió a la División de Delincuencia Organizada y Especializada. Todas las partes consideran que el procedimiento es insostenible y la decisión de la cárcel se espera en unos días.
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