En plenas vacaciones familiares, la madre se enamora de un guerrero masái y solo regresan el marido y los hijos
Durante un viaje a Kenia, una mujer británica abandonó a su familia, y hoy, treinta años después, uno de sus hijos explica las consecuencias.

A veces, un viaje puede cambiarlo todo, incluso cuando ya está establecida una vida. En marzo de 1994, Cheryl Thomasgood, una mujer británica de la isla de Wight, al sur del archipiélago, viajó a Kenia con su familia. Pero lo que parecían unas inolvidables vacaciones, acabó con una arriesgada decisión para unos y una traumática para otros. Allí conoció a un guerrero de la comunidad masái, se enamoró, y en cuestión de semanas, decidió dejar a su marido y a sus hijos, vender su casa y mudarse a una choza de barro en el corazón de África Oriental.
Esta historia ha vuelto a sonar en la prensa inglesa tras unas declaraciones recientes de uno sus hijos, Stevie Liddington, que en aquel entonces tenía 12 años. “Nos llamó desde Kenia para decir que no volvería”, relata en el Daily Mail. Y es que su abandono provocó un profundo impacto emocional en el hombre que hoy tiene 43 años.
“Me avergüenza llamarla madre. Nunca conoció a sus nietos, nunca hizo nada por estar en nuestras vidas”, afirmó para el tabloide inglés. Según su testimonio, ni él ni sus hermanos mantienen contacto con ella. “Mi hermano se fue a vivir a Canadá, yo me mudé a Corea. Queríamos poner distancia”.
Y es que esto supuso un trauma añadido a la infancia tormentosa que Stevie y sus hermanos vivieron. Su padre los abandonó cuando tenía cinco años, y su madre atravesó una crisis nerviosa que los llevó a vivir en condiciones precarias, incluso bajo tutela del sistema de acogida británico. Luego, Thomasgood rehízo su vida con una nueva pareja y tuvo una hija, lo que trajo algo de estabilidad. Pero poco después, todo se volvió a desmoronar.
En una entrevista paralela, también para Daily Mail, Cheryl Thomasgood, hoy de 65 años, admitió haber cometido un error al tomar aquella decisión. Sostiene que sus hijos la han perdonado. Sin embargo, su Stevie niega cualquier tipo de reconciliación. “Hace años que no le hablo. Su versión sobre una ‘buena relación’ con nosotros es completamente falsa”.
El abandono familiar, un problema difícil de medir pero que sigue ocurriendo
Este caso es también aplicable a España. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), existen casi dos millones de familias monoparentales, en su mayoría formados tras rupturas (divorcios o separaciones), fallecimiento de uno de los padres, o elección voluntaria. Sin embargo, el abandono es, según organizaciones como Save The Children, una de las causas “inesperadas” o “no elegidas”.
Aunque no haya datos oficiales que vislumbren los números exactos, el Tribunal Supremo dictaminó en 2024 que el abandono de un hijo —incluso si el progenitor biológico está vivo pero ausente— puede equipararse a una orfandad absoluta. Además, en el ámbito de manutención económica, el Código Penal establece que el abandono de familia o el impago continuado de pensiones puede acarrear penas de prisión de 3 meses a 3 años, multas e incluso inhabilitación para la patria potestad.
En cuanto al impacto de los menores, existen estudios de Fundación “la Caixa” y Aceprensa que muestran que los hijos criados en familias monoparentales o tras rupturas tienen más riesgo de fracaso escolar. La inestabilidad familiar se identifica como la tercera causa (51,9 %) de abandono escolar, según la Caixa.
A nivel psicológico, es conocido en el argot profesional el llamado “síndrome del niño abandonado”, que incluye síntomiccwin247.como baja autoestima, problemas emocionales, estrés y ansiedad, que pueden persistir incluso tras recibir atención.
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