La ruta de las bodegas subterráneas de la Ribera del Duero
A lo largo y ancho de este paraje, que discurre por las provincias de Burgos, Segovia, Soria y Valladolid, se pueden encontrar estas instalaciones excavadas en la roca.
España es un país de turismo. Tanto nacional como internacional, como así atestiguan cada año los datos relativos a los visitantes extranjeros que llegan a los diferentes puntos del país. Un turismo que, principalmente, llega con la época estival para disfrutar de las playas y el buen tiempo. Pero el turismo en España no solo se basa en sol y playa, sino que hay muchas otras opciones.
El turismo de interior también tiene sus adeptos. Quienes prefieren la tranquilidad sobre el caos de las ciudades masificadas, la ropa de abrigo sobre el bañador o la gastronomía tradicional sobre cualquier otra comida, tienen un paraíso por descubrir en la llamada .
Peñaranda de Duero
Diario AS visita parte del recorrido de esta ruta, que discurre a lo largo de 115 kilómetros en las provincias de Burgos, Segovia, Soria y Valladolid. Nuestra primera parada es Peñaranda de Duero (Burgos), una joya medieval que fue declarada Conjunto Histórico en el 1974, y que alberga cinco monumentos que son declarados como Bien de Interés Cultural.
En su casco urbano encontramos casas blasonadas y edificios de relevancia como el Palacio de Avellaneda (en reformas para convertirse en un hotel), la Ex-Colegiata de Santa Ana o el castillo que corona este pueblo.
Destaca, además, la Botica, una farmacia del siglo XVIII que es la más antigua de España en funcionamiento. Finalmente, la bodega subterránea (sobre este aspecto profundizaremos más adelante) conocida como ‘La Cárcel’, situada bajo el Ayuntamiento.
San Esteban de Gormaz
El siguiente destino es esta ruta, que nos lleva más allá del vino, es San Esteban de Gormaz (Soria), un pueblo de unos 2.000 habitantes, a los que hay que sumar un millar más de las 18 pedanías que lo componen.
Un pueblo con encanto, plagado de numerosos ejemplos de la arquitectura románica, entre los que destacan los templos de San Miguel (declarada Monumento Nacional en 1976, con la galería porticada más antigua de Castilla) y Santa María del Rivero (Bien de Interés Cultural en 1996). Es, además, destacable la devoción que se sentía en la antigüedad por el dios Hércules, como así atestiguan sus diversas inscripciones en piedra a lo largo del municipio.
Caleruega
Concluimos esta ruta por diferentes pueblos de la Ribera del Duero con Caleruega (Burgos), la cuna de Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores, con unos miembros que son conocidos como ‘dominicos’. Un legado que fue reconocido por el rey Alfonso X en el siglo XIII, tras mandar construir un señorío que, con el paso del tiempo, es el corazón del pueblo.
Situado a uno 25 kilómetros de Aranda de Duero, Caleruega (400 habitantes) forma parte de los Pueblos más Bonitos de España desde el año 2017. Dentro de sus calles se pueden visitar monumentos como la Iglesia de las Madres Dominicas, el Monasterio de Santo Domingo de Guzmán o el Torreón de los Guzmanes. Además, cuenta con una importante colonia de buitres (entre 200 y 300), yacimientos arqueológicos y la bodega subterránea tradicional más antigua de la Denominación de Origen.
A dos kilómetros de esta población se encuentra esta bodega, cuyo primer documento data del año 1179, cuando perteneció al rey Alfonso VIII. Sin embargo, se cree que pudo ser anterior, puesto que hay indicios que revelan la antigua presencia de una villa romana en las inmediaciones. Una cueva de 25 metros de largo y cinco de alto.
Bodegas subterráneas: una escena común de la Ribera del Duero
Pero si hay algo que tengan en común todos estos pueblos, además de compartir presencia en la Ruta del Vino Ribera del Duero, es la presencia de centenares de bodegas subterráneas. A priori, uno no puede esperar lo que hay tras pasar una pequeña puerta de madera. Pero, tras ella, centenas de vecinos de todas estas localidades elaboran sus vinos para el consumo propio.
Actualmente, la mayoría son de propiedad privada, y en muchas de ellas ya no se elabora vino. Quedan, básicamente, como merenderos para los grupos de amigos. Durante el viaje, tuvimos la ocasión de visitar varias de ellas. Espacios pequeños (y no tan pequeños) en los que pasar buenos momentos con amigos y familiares.
Un enclave destacado es el conjunto de bodegas subterráneas de ‘El Plantío’, en Atauta (una de las pedanías de San Esteban de Gormaz). Situado en el paraje del ‘Hondo’, cuando uno se asoma puede pensar que se trata de un pequeño pueblo, que recuerda a ‘La Comarca’ de El Señor de los Anillos. Pero allí no hay hobbits, sino una extensa red de bodegas excavadas bajo tierra, con algunas que conectan entre ellas, además de lagares y lagaretas. Adolfo, alcalde de Atauta (“pedáneo, que dependemos de otros”, apunta), nos muestra una de ellas.
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Como Atauta, lo mismo sucede en Peñaranda, San Esteban de Gormaz y Caleruega, donde encontramos una amplia red de túneles bajo la peña de San Jorge, desde donde se puede tener una panorámica de la localidad. Y, bajo la roca, la bodega de la alhóndiga, una de las más grandes de la zona.
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