Le pide un aumento, su jefe le dice que son todos reemplazables y la empresa se hunde tras su marcha: “Estaba equivocado”
El subgerente de una empresa se marchó tras una petición de subida de salario ignorada por su jefe.
Este subgerente dirigía todas las operaciones en la tienda donde trabajaba, controlando desde la programación hasta el trato con los proveedores. Su jefe nunca lo reconoció, no le agradeció sus esfuerzos ni tomó ninguna medida hasta tres años después, cuando el subgerente se armó de valor para pedir un aumento. El jefe respondió con arrogancia con la clásica frase: “Todo el mundo es reemplazable, si no te gusta lo que te pagamos deberías buscar otro trabajo“.
En su justa medida, claro que todos son reemplazables, es cierto. Pero también es cierto que si eres un trabajador de alto rendimiento, lo más probable es que te subestimen. Incluso si tu jefe aprecia el trabajo que haces, definitivamente está subestimando cuánto estás haciendo y qué tan eficiente eres al hacerlo.
Entonces, eso es lo que hizo el asistente del gerente, buscarse otro trabajo. Se sorprendió de que solo dos meses después, ya había conseguido otro puesto que ofrecía mejores horas por un mejor salario, una gran oportunidad laboral.
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Solo tres semanas después de dejar su trabajo, las consecuencias ya surtían efecto, ya que los ex miembros de su equipo comenzaron a enviarle mensajes para decirle que todo lo que había estado controlando en la empresa se había desmoronado y estaba en ruinas. Esa fue una satisfactoria conclusión a la pregunta de si el subgerente era reemplazable o no.
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