María, la mujer que construyó su ‘casa encantada’ en 3 meses sólo con botellas de plástico: “La gente se para a admirarla”
Tras perder su vivienda en un terremoto, María Ponce tomó cartas en el asunto para enfrentarse a su desgracia personal. Falleció el año pasado a los 90 años.

Tras perder su vivienda de barro en el terremoto del 13 de enero de 2001, María Ponce, una mujer salvadoreña, se enfrentó a una dura realidad.
Sin recursos económicos ni apoyo, y ante el riesgo de quedar en la calle, decidió tomar cartas en el asunto. Con creatividad y determinación, construyó una vivienda utilizando botellas de plástico, el único material que tenía a su alcance, para hacer su ‘casa encantada’.
La historia de María y su casa es única, fruto de su ingenio y necesidad. Un ejemplo inspirador de cómo, incluso en los momentos más difíciles, la voluntad de salir adelante puede transformar obstáculos en oportunidades.
La historia de la ‘casa encantada’ de María Ponce
Ubicada en la calle El Litoral, una vía principal cerca de la frontera con Guatemala y del Océano Pacífico, su vivienda no ha pasado desapercibida estos años.
Las puertas azules, hechas con mesas de madera recicladas, se abrieron cada día para recibir a curiosos que han querido conocer su historia. Aunque la casa contaba con unos pocos metros cuadrados es un símbolo de dignidad, resiliencia y creatividad.
La construcción le supuso tres meses de trabajo diario, bajo el sol, completamente sola. Primero dedicó mes y medio a recolectar los materiales.
Luego, con botellas pintadas a mano, varas de bambú como soporte y un techo diseñado para resistir la lluvia, dio forma a un espacio lleno de color y personalidad. Incluso el suelo reflejaba su creatividad: estaba hecho con tapones de colores dispuestos en patrones decorativos.
Su hogar fue una curiosidad local y un ejemplo de cómo la necesidad puede despertar el ingenio. “Hasta ayer no tenía nada, y hoy la gente se detiene a admirarla”, decía María con emoción.
En mayo de 2021, un coche impactó contra la casa, destruyéndola parcialmente. No obstante, gracias a la ayuda de sus vecinos, logró reconstruirla en junio de ese mismo año.
Por desgracia, María falleció en 2024, a los 90 años, con la satisfacción de haberse repuesto de los golpes de la vida. Su historia recuerda que, incluso en los momentos más difíciles, nunca es tarde para levantarse y volver a empezar.
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