Sociedad

Mete una botella de vino en una bolsa, Lidl le acusa de robo y acaba pidiendo al supermercado 75.000 euros por difamación

El juez consideró un malentendido el suceso ocurrido en una tienda en Dublín y desestima la demanda. Fue una situación confusa.

Una tienda del supermercado Lidl.
LIDL | EP
Diego Jabonero Morales (Madrid, 2003) es redactor SEO en el Diario As. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, entró como becario en el año 2025.
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En mayo de 2023, Eric Swift, un cuidador de Enable Ireland que trabaja con personas con discapacidad, se encontraba haciendo una compra rápida en una tienda Lidl de Baldoyle, Dublín. Mientras recorría el pasillo de vinos, Swift tomó una botella, la puso en su bolsa, pero luego cambió de opinión y la devolvió al estante. Tras salir de la tienda y hablar con su esposa en el estacionamiento, un guardia de seguridad se le acercó y le pidió regresar al supermercado. En ese momento, el guardia, sin motivo aparente de robo, acusó a Swift públicamente de no haber pagado la botella de vino, lo que causó una gran incomodidad. Swift, tras mostrar su recibo de compra del café y el contenido de su bolsa, recibió una disculpa por parte del gerente, pero decidió demandar a Lidl por difamación, exigiendo 75.000 € en daños.

El tribunal finalmente ha desestimado la demanda de Swift, al considerar que las declaraciones realizadas por el guardia de seguridad estaban protegidas por el principio legal de “privilegio calificado”. Este concepto permite que ciertos comentarios, aunque puedan dañar la reputación de una persona, estén protegidos si se realizan sin malicia y en defensa de los intereses legítimos de la parte que los emite. El juez Geoffrey Shannon consideró que, aunque los testimonios de ambas partes eran creíbles, la versión de los hechos presentada por la defensa, que alegaba que el guardia actuó de manera inadvertida, fue más convincente. En su fallo, el juez también subrayó que los comerciantes tienen el derecho legal de proteger sus bienes, y que la solicitud del guardia de que Swift regresara a la tienda no fue un acto malicioso, sino una respuesta a una situación confusa.

Un malentendido en el supermercado

El tribunal aceptó que el incidente fue un malentendido desafortunado. Para considerar todo un malentendido fue importante el hecho de que Swift no llevaba ninguna bolsa ni carro de Lidl, lo cual solo causó más confusión en el guardia de seguridad.

Protección legal para los comerciantes

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El juez concluyó que las declaraciones hechas por el guardia de seguridad estaban amparadas por un privilegio calificado, dado que no hubo intención maliciosa en sus palabras.

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