Ni oro ni platino: este es el mineral que cuesta cientos de dólares el quilate y es casi exclusivo de un remoto país
La jadeíta es un mineral de difícil extracción que se encuentra, casi en su totalidad, en Myanmar. Sobre ella hay muchos mitos del pasado.


Cuando uno piensa en la lista de minerales más caros del mundo, a muchos se les viene a la cabeza directamente el oro. Y sí, se encuentra entre los más caros, puesto que se valora su estabilidad frente a periodos de crisis económicas. También hay otros, como el paladio y la plata, con multitud de usos en joyería o aplicaciones industriales.
Pero hay uno que, pese a no tener tanta popularidad, llama la atención de los expertos: la jadeíta. Su valor puede alcanzar cientos de dólares (incluso millones) el quilate, por lo que en los últimos años se ha establecido como un bien muy preciado. Este mineral es un silicato de sodio y aluminio, perteneciente al grupo de los piroxenos, y es una de las dos variedades del jade (la otra, la nefrita, es más común y menos valiosa).
Uno de los motivos que justifican el alto precio de este mineral de color verde intenso (el más valorado, llamado jade imperial) es que no se forma en cualquier lugar: se tienen que dar unas condiciones geológicas concretas, con altas presiones y bajas temperaturas. Unas condiciones que hacen que se forme, principalmente, en Myanmar (en el sudeste asiático, junto a Tailandia y Laos).
En este país se encuentra cerca del 70% de la producción mundial de este mineral. En menor medida, se han encontrado yacimientos en otros países como Guatemala (famosa por su jadeíta azul), Japón, Rusia, México o Estados Unidos (en el estado de California). Pero, en muchas ocasiones, su extracción es muy complicada al encontrarse en zonas montañosa de difícil acceso.
Mitos sobre la jadeíta
En Asia es casi un símbolo cultural, puesto que representa prosperidad y salud. Respecto a ella hay diferentes mitos y leyendas, especialmente en el continente asiático. En la antigua China, era considerada una piedra sagrada que otorgaba inmortalidad espiritual. Se creía que protegía al alma después de la muerte, por lo que, generalmente, se colocaban en las tumbas de los emperadores.
Para la cultura maya también era una piedra de gran valor. La consideraban como un mineral más valioso que el oro, asociado a los dioses, la fertilidad y la vida eterna. También, en los funerales solían colocar máscaras de jadeíta sobre la cara del difunto, como símbolo de aliento de vida. Algo que representaba la esperanza de inmortalidad en el más allá.
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