Se compra un microcoche para contaminar menos y le recompensan con un desfile de multas: “Me castigan por ello
Una mujer alemana compró un coche eléctrico diminuto para contribuir al medio ambiente, pero ha terminado siendo penalizada por el modo en que lo aparca.

Margarethe Stadlbauer quiso hacer las cosas bien. En lugar de sumarse al tráfico denso de Múnich con un coche convencional, optó por el Microlino, un microcoche eléctrico de diseño retro que apenas mide 2,5 metros, consume poca energía y no emite gases contaminantes. Su intención era aportar su granito de arena a la transición ecológica que la ciudad tanto promociona. Pero su gesto ha sido respondido con una lluvia de multas.
Y es que su problema no es el vehículo, sino la forma en cómo lo estaciona. El Microlino tiene una única puerta frontal, lo que impide salir del coche si se aparca en paralelo a la acera, como dictan los cánones. Así que Stadlbauer, con lógica práctica, opta por aparcarlo en perpendicular. Pero esta maniobra, aunque no está prohibida explícitamente por la legislación alemana, tampoco está autorizada, y liccwin247.competencias municipales no dudan en sancionarla. “Me multan por aparcar con cuidado. Es absurdo”, lamenta en una entrevista para diario teutón Bild.
Cada recurso que presenta va acompañado de explicaciones detalladas sobre cómo funciona su coche. “Estoy haciendo justo lo que la ciudad dice querer: contaminar menos, reducir el espacio que ocupan los coches. Pero en vez de agradecérmelo, me castigan por ello una y otra vez”, denuncia Stadlbauer, que además también política es vicepresidenta de Mujeres Votantes Libres en Alta Baviera.
Una solución automovilística inadecuada para un sistema normativo arcaico
El Microlino, a vista de este ejemplo, parece una solución ideal para una ciudad que apuesta por un nuevo modelo urbano. Pero la experiencia de Stadlbauer demuestra que, para que la movilidad del futuro funcione, primero hay que actualizar las normas del presente.
Y no solo en Alemania. En España, una situación similar también podría conllevar sanciones. El Reglamento General de Circulación (RGC) establece que los vehículos deben estacionarse de forma paralela al bordillo, salvo que exista una señalización específica que indique otro modo. Si un conductor aparca un microcoche como el Microlino en batería o en espiga en una plaza señalizada para estacionamiento en línea, podría ser multado por estacionamiento indebido, una infracción considerada grave, según el artículo 92 del RGC.
Por tanto, ni en Múnich ni en muchas ciudades españolas se contemplan aún excepciones para este tipo de vehículos ultracompactos. El caso de Stadlbauer lanza un aviso: si la movilidad del futuro ya está en la calle, tal vez ha llegado el momento de adaptar las normas que la regulan.
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