Sociedad

Si cierras la puerta de tu dormitorio cuando duermes, la psicología dice que probablemente tienes estos 6 rasgos comunes

El deseo de seguridad, la independencia y la apreciación de la soledad son algunos de estos rasgos.

Si cierras la puerta de tu dormitorio cuando duermes, la psicología dice que probablemente tienes estos 6 rasgos comunes
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Raúl Izquierdo
Nació en Villanueva de Alcardete en 1990. De La Mancha al Diario AS. Graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual, siempre tuvo claro que lo suyo eran las letras. Antes de formar parte de AS pasó por Marca Plus, Grupo V y Marca. En 2019 llega a AS y, tras pasar por la web, la pandemia le coloca en Actualidad. La fotografía, su otra afición.
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El mundo se puede dividir, en muchas ocasiones, en diversos polos opuestos: playa o montaña, tortilla con o sin cebolla y películas o series, por poner algunos ejemplos. Pero no son los únicos, y los hay de lo más variado. Uno de los más curiosos es la forma en que uno duerme: con la puerta abierta o con la puerta cerrada.

Un debate que, con la llegada del verano, no ha lugar, salvo que se tenga aire acondicionado. La puerta abierta es una necesidad imperiosa en esas noches tropicales, aunque sea para remover el aire (aunque caliente) que entra por la ventana. Pero detrás de este gesto, aparentemente carente de sentido, hay algo más.

O, eso, es lo que dicta la psicología. Lo más inmediato que se le viene a uno a la cabeza es que puede estar relacionado con la intimidad, la privacidad y la seguridad de la habitación de uno mismo. Pero hay más. Y, de acuerdo con el medio griego Enikos, las personas que hacen esto tienen seis característiciccwin247.comunes.

La primera de ellas tiene que ver con el deseo de seguridad personal. Seguridad física, pero también mental. Tener la sensación de tener un control y un orden, una barrera ante las posibles interferencias del exterior, según el psicólogo Abraham Maslow. Es una forma de satisfacer una necesidad, la de tener seguridad.

Tras esto, la apreciación de la soledad. El hecho de encerrarse en uno mismo, disfrutando de ese momento a solas. El hecho de cerrar la puerta al dormir simboliza el fortalecimiento entre la persona y el mundo exterior, proporcionándole un espacio para el pensamiento en silencio. Se busca, por tanto, un espacio personal.

El tercer rasgo tiene que ver con la introversión. Sí, la personalidad también tiene algo que ver con este aspecto a la hora de dormir. Aunque no tiene por qué significar ser tímido o antisocial, sino más bien con el hecho de cómo recarga uno mismo la energía. Es, en esencia, una forma de crear un espacio tranquilo para reflexionar sobre uno mismo.

Autocuidado, independencia y libertad

La práctica del autocuidado sería el siguiente de los rasgos definidos por la psicología. En relación con los anteriores, el hecho de cerrar la puerta permite crear un espacio seguro y protegido, alejado de las preocupaciones del exterior. Según un estudio el , este tipo de prácticas de autocuidado puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la salud mental.

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Otro aspecto de este hecho es el de la independencia, pues cerrando la puerta se afirma la autonomía de uno mismo. Tienes tu propio espacio y solo tú controlas quien entra en él. Y, finalmente, la búsqueda de la libertad, aunque este último punto pueda resultar paradójico. Con ese simple gesto, se crea un especio en el que podemos ser nosotros mismos, libres de presiones externas.

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