Un buscador de oro saca el detector y hace el hallazgo de su vida en pleno directo: “Casi me vuelan los tímpanos”
Años de investigación y persistencia llevaron al buscador de oro y a su esposa a encontrar una pepita de oro valorada en varios miles de dólares.


A 600 kilómetros al este de Perth, cerca de Kalgoorlie, Australia, Kevin Richardson y su esposa encontraron un auténtico tesoro en directo el pasado mes. Richardson es buscador de oro profesional y publica todo tipo de enseñanzas y trucos en su canal de YouTube para ayudar a otros a encontrar oro.
Mientras graba uno de sus vídeos para redes sociales, Richardson cogió el detector de metales, se ajustó los audífonos y se puso manos a la obra. Después de un tiempo, el aparato empezó a emitir un ruido muy fuerte, “casi me vuelan los tímpanos cuando puso mi detector debajo de este arbusto”, confiesa el buscador de oro al medio .
No se lo esperaba
“En los campos quedan muchas latas viejas de los antiguos mineros”, explica Richarsdon. El pitido pilló de sorpresa tanto al buscador de oro como a su esposa, quienes creían que sería una lata o algún objeto metálico desperdiciado detrás de un arbusto. Aún así, Richarsdon le pidió a su mujer grabar mientras desenterraba la supuesta lata, “por si acaso”.
No era una lata, pero el objeto estaba cubierto de tierra y no se podía ver bien lo que era. Al principio, el buscado de oro pensó en la posibilidad de haber encontrado una bala perdida o algún objeto similar. “Pero hasta el momento en que lo tuve en mis manos, todavía no creía realmente que fuera oro”, explica él.
Su peso fue el indicador que Richarsdon necesitaba. En el momento en el que su mano levantó el objeto, supo que era oro. Y bastante pesado. Se trataba de una pepita de 7 onzas cubierta de tierra. “¡Dios mío! ¡Eso es oro! ¡Mira qué grande!” exclamaba Richarsdon al tiempo que mostraba la pepita a cámara.
Su esposa había grabado todo el proceso que habían seguido hasta encontrar la pepita. Los seguidores del canal de Richarsdon pudieron ver en directo cómo el detector de metales empezó a pita, cómo desenterraban algo desde detrás de un arbusto y los gritos de júbilo del buscador de oro al encontrar una pepita de 7 onzas.
Paciencia y tiempo
La prospección es una labor que requiere mucho tiempo de investigación. No basta con comprarse un detector de metales y pasear tranquilamente por la playa. Según Richarsdon, esta labor requiere de mucha paciencia y saber dónde buscar. El secreto está, según él, en tantear el terreno con muy cuidado si se tiene la certeza de que allí puede haber oro. No basta con ir a un sitio y buscar pepitas doradas, hay que conocer la zona y saber qué áreas son más propicias de almacenar oro.
Australia Occidental ha sido por mucho tiempo uno de los destinos favoritos de quienes se dedican a la prospección. “El gobierno de Australia Occidental realmente apoya la minería, lo que incluye la prospección”, asegura Richarsdon. Ya hay un comprador de oro profesional interesado en el nuevo hallazgo de la pareja.
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En la actualidad, una onza de oro ronda alrededor de los 5.200 dólares, por lo que la pepita de la pareja podría venderse perfectamente por más de 40.000 dólares. Con este dinero en mente, Richarsdon explica agradecido que podrán pagarse una caravana para él y su esposa, algo que llevaba mucho tiempo esperando.
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