Sociedad

Un hombre intenta demandar a Lidl por 75.000 euros y pierde el caso por no haber usado el carrito de la compra

El juez falló a favor de la cadena de supermercados alemana alegando que los actos cometidos por su segurata no se realizaron con mala fe.

Un hombre intenta demandar a Lidl por 75.000 euros y pierde el caso por no haber usado el carrito de la compra
Lidl
Marta Tejedor
Actualizado a

Eric Swift, cuidador y acompañante de autobús de la empresa ENABLE IRLAND encargada de personas con discapacidad, fue acusado de robo en un supermercado Lidl en Dublín en mayo de 2023. Ahora, el acusado por hurto demanda a la compañía por daños y perjuicios con una indemnización mínima de 75.000 euros.

Todo comenzó con una botella de vino. Uno de los seguratas contratados por el supermercado alemán y perteneciente a la compañía SFC Security fue testigo de cómo Swift robaba una botella de vino y se la escondía en el bolso.

El supuesto ladrón únicamente pagó en caja un café y se marchó al parking del recinto. El segurata fue tras él hasta el sótano, donde Swift se disponía a marcharse en coche con su esposa, Geraldine. Según el testimonio del sospechoso, el guarda uniformado había corrido hacia él y declaró en voz alta que debía regresar de inmediato a la tienda por sospecha de robo.

Siguiendo con el testimonio de Swift, el sospechoso había sido ya investigado por la policía por su puesto de confianza con personas vulnerables. Al llegar a la tienda acompañado del segurata, este le agredió frente a otros clientes que hacían cola para pagar y al abrir el bolso solo se encontró con el café pagado y el ticket de la compra.

Ante lo sucedido, el gerente se disculpó, pero Swift decidió levantar una demanda a la compañía de supermercados y a SFC Security por daños y perjuicios.

Ambos testimonios se contradicen

La explicación que dio Swift al supuesto intento de robo fue la siguiente: él y su esposa habían ido al supermercado Lidl para comprar café. Su esposa se había quedado en el coche y él había subido a hacer la compra. Al pasar por el pasillo de bebidas alcohólicas, Swift había agarrado una botella de vino y la había guardado en el bolso, donde guardaba también el café.

El vino lo había cogido para su esposa, a quien seguramente le apetecería una copa más tarde. Swift le mandó un mensaje de texto a su esposa preguntándole que si le apetecería una copa luego y esta le respondió que no le apetecía tomar alcohol. Tras la negativa, el hombre dejó la botella en su sitio y siguió con la compra.

Tras la declaración de Swift ante el Tribunal Civil del Circuito sobre los acontecimientos ocurridos en el supermercado, EJ Walsh, representante de Lidl, había declarado que todo lo ocurrido había sido fruto de un gran malentendido, culpando al comprador por no haber cogido un carrito o una cesta. El guardia había visto como el hombre metía una botella de vino en su bolso, pero no vio cómo la devolvía al estante.

Según Can Uygunyoy, el segurata que había acusado a Swift por robo, parte de su entretenimiento consistía en no mirar fijamente a los compradores en el supermercado siempre manteniéndolos bajo observación. Él había visto cómo cogía la botella, pero no como la devolvía.

Ante la acusativa de agresión y humillación por parte del comprador, Uygunyoy afirma que solo le preguntó al hombre si se le había olvidado pagar algo y que le acompañara a la tienda. Él había salido corriendo hasta los aparcamiento porque sabía que si no se daba prisa no podría alcanzarle. Como contradicción principal del testimonio de Swift, el segurata confiesa que en ningún momento se le acusó de robo, pues tales palabras no salieron de su boca.

El fallo da la razón a Lidl

El juez Geoffrey Shannon desestimó el reclamo de Swift. Declaró que las pruebas ofrecidas por ambas partes eran veraces, pero entendió que el equilibrio de la credibilidad residía en la versión de los hechos presentada por la defensa. Según el juez, los comerciantes tenían el derecho legal de proteger su propiedad.

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“Creo que el Sr. Uygunyoy actuó en el calor del momento, de modo que una demora obviamente habría sido fatal para sus posibilidades de recuperar el vino que creía que le habían robado, al no haber visto al Sr. Swift devolverlo al estante”, afirmó el juez Shannon, quien entendió que los actos cometidos por el segurata no habían sido realizados con mala fe.

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