Un jubilado con 2.000 euros de pensión se encuentra con su cuenta bancaria a cero: lo perdía todo mientras dormía
El hombre, diagnosticado con Alzheimer, fue sistemáticamente manipulado durante años; la familia lo descubrió tras varios impagos alertados por el banco.

Un hombre jubilado, viudo y diagnosticado con Alzheimer, fue víctima durante años de un grave caso de abuso económico por parte de una mujer con la que mantenía una relación y que acabó controlando su vida diaria y sus finanzas. El caso, recogido por 3Cat, ha sido denunciado por su hija, Júlia. “No te das cuenta realmente de lo que está ocurriendo hasta que unes todas las piezas”, reflexiona en el medio catalán.
Josep Ramon —nombre ficticio del afectado— cobraba una pensión mensual de 2.000 euros, vivía en una casa propia y no tenía grandes gastos. Sin embargo, el banco alertó a la familia de varios impagos, algo que no encajaba con su situación económica. A partir de ahí, empezaron a surgir señales preocupantes: créditos a su nombre, distanciamiento social, falta de alimentos en casa y constantes peticiones de dinero, incluso a antiguos amigos.
Todo comenzó a deteriorarse cuando, en 2017, el hombre inició una relación sentimental con la camarera del bar donde solía desayunar. Un año después, ella se mudó a vivir con él. Aparentemente, la familia creyó que el jubilado estaba acompañado y bien atendido, pero la realidad era muy distinta.
Transferencias, cajeros y una cuenta vacía
Según relata Júlia, la mujer comenzó a gestionar el dinero del hombre de forma completamente opaca. Cada 24 del mes se ingresaba la pensión, pero el día 1 la cuenta ya estaba vacía. Se realizaban transferencias, extracciones en cajeros —algunas de hasta 3.500 euros en un solo día—, y los gastos del hogar no se cubrían. “Nunca tenía dinero para comprar comida y nos lo pedía”, recuerda la hija.
Esta ocultación, en cierto modo, se mantenía debido a la formalización de la relación entre ambas partes. Josep Ramón y la mujer firmaron ante notario los papeles como pareja de hecho. Júlia denuncia que la cita duró apenas 15 minutos y que el notario no detectó que su padre no estaba en condiciones cognitivas para otorgar ese tipo de consentimiento.
Cuando la familia confrontó a la mujer, esta se negó tanto a marcharse como a devolver el dinero. Presentaron una denuncia ante los Mossos d’Esquadra, pero la primera comisaría a la que acudieron desaconsejó el proceso, alegando que sería difícil de probar. No obstante, insistieron y lograron formalizar la denuncia en otra sede policial, donde aportaron toda la documentación.
Un tipo de maltrato, a veces desapercibido
Jordi Muñoz, presidente de la Asociación para la Investigación del Maltrato a las Personas Mayores (EIMA), consultado por 3Cat, afirma que este tipo de abusos son cada vez más frecuentes. “Las personas en situación de vulnerabilidad buscan compañía, y quien quiere abusar económicamente lo que hace es aislarlas de su entorno”, señala. También advierte de que el agresor puede ser desde un cuidador hasta un familiar cercano.
Según datos de la Fiscalía de Barcelona de Protección y Tutela de las Víctimas Vulnerables, actualmente hay una veintena de investigaciones abiertas por apropiación indebida de bienes a personas mayores, solo en la ciudad condal. Muchos de estos casos no llegan a denunciarse, ya que suceden en entornos íntimos y resultan complejos de demostrar legalmente.
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