Una mujer vive en un búnker de 111 metros cuadrados por 425 euros al mes: “Vale la pena”
Propone alquilar este lugar que actualmente no se le da uso en California. Tiene todo lo que busca: “Es más grandes que muchos estudios de Nueva York”.

En una época marcada por la inflación y el encarecimiento del alquiler en las grandes ciudades, una ciudadana estadounidense, de nombre Caitlin Johnson, edad 44 años, ha encontrado una solución poco convencional pero eficaz: vivir en un búnker subterráneo de 111 metros cuadrados por solo 500 dólares al mes (unos 425 euros).
Tal y como cuenta NY Post, el búnker, ubicado en el patio trasero de una vivienda en Bakersfield, fue construido por el antiguo propietario de la casa y permaneció vacío durante años. Fue entonces cuando la amiga de Caitlin, nueva dueña del inmueble desde 2022, le mencionó casualmente la existencia de esta estructura subterránea. Caitlin, que trabaja en la industria del entretenimiento y tiene un estilo de vida nómada, vio una oportunidad única: ofreció encargarse del mantenimiento del búnker y del jardín a cambio de un alquiler simbólico.
“No pago servicios”
“Cuando me lo mencionó, supe que tenía que vivir ahí. Le propuse ocuparlo y encargarme de todo por 500 dólares al mes. No pago servicios, y ella no tiene que preocuparse por nada. Vale la pena”, explica Caitlin, quien lleva ya más de un año instalada en su peculiar vivienda.
El espacio, de unos 111 metros cuadrados, está equipado con una habitación principal con baño en suite, una cocina completa, un salón, 18 literas, un baño adicional, dos aseos y otra ducha. Para acceder, hay que abrir una puerta hidráulica, descender 15 escalones y atravesar una puerta a prueba de explosiones. “Es más grande que muchos estudios en los que viví en Nueva York”, comenta.
La decisión de mudarse a California no fue improvisada. Tras pasar nueve meses en Nueva York, Caitlin regresó a la costa oeste por motivos laborales. En ese momento, su amiga acababa de adquirir la casa con el búnker en el patio.
Day 3 in an underground Bomb Shelter! So far so good!
El problema del invierno y la luz solar
Aunque la idea de vivir bajo tierra puede parecer extrema, Caitlin asegura que se ha adaptado sin problemas. Ha decorado el espacio con muebles que caben por la estrecha entrada y ha instalado iluminación artificial que simula la luz solar. “No tener luz natural no me molesta. De hecho, duermo mejor. En invierno es más duro, porque paso del frío y la oscuridad del exterior a la oscuridad del búnker, pero trabajo mucho al aire libre, así que no lo noto tanto”, explica.
Durante el día, cuando está en casa, suele abrir las dos puertas hidráulicas de 3 metros por 1,2 metros para dejar entrar algo de luz. Sin embargo, la mayor parte del tiempo está fuera por trabajo, y regresa al búnker ya entrada la noche. “No se siente raro, porque ya es de noche cuando vuelvo”, dice.
El ahorro económico es significativo. Caitlin calcula que evita pagar entre 1.500 y 2.000 dólares mensuales (entre 1.200 y 1.700 euros), el precio medio de un apartamento de una habitación en California. “Podría comprar una casa, pero mi trabajo me obliga a moverme constantemente. No sé cuánto tiempo estaré en un lugar, así que esto me da flexibilidad”, afirma.
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