Badio: “Intentaremos hacerle la vida un poco difícil a Campazzo”

El Hadji Omar Brancou Badio (Rufisque, Senegal, 1999) afronta su primera final de la Liga Endesa y lo hace tras anotar 28 puntos en el tercer partido de la semifinal contra La Laguna Tenerife. Papi, como le llaman desde pequeño, llegó a España desde Dakar, con 18 años, de la mano de la Canarias Basketball Academy para jugar en Primera Autonómica, en La Matanza. Un año y pico después firmó por el Barça, para jugar en su filial, y se apuntó al draft de la NBA. Debutó con el primer equipo azulgrana pero Diego Ocampo se lo llevó a Alemania. Tras su regreso a España, al Manresa, Pedro Martínez se lo trajo de la mano a Valencia. Ahora, quiere proclamarse campeón de Liga en el último partido de La Fonteta.

-Y llega la final, contra el Real Madrid...

-¿Qué te puedo contar del Real Madrid? Es un equipo que en la segunda vuelta no han perdido ni un partido por lo que será un gran reto competir contra ellos.

-¿Que ellos estuvieran luchando en Málaga hasta el martes por la noche y el Valencia descansando desde el sábado, otorga cierta ventaja?

-Es un partido de 40 minutos. Tener un día o dos más de descanso tampoco cambia nada. Cada uno tendrá su rutina de trabajo y para mí eso es igual.

-Usted jugó varios años en el Barça. ¿Le motiva eso al enfrentarse al Madrid?

-Ya han pasado muchos años. Yo pienso en el día a día y en el Valencia Basket.

-Llega tras anotar 28 puntos contra el Tenerife. Y eso que al minuto de juego ya llevaba dos faltas y fue sustituido...

-Aun haciendo esas dos faltas tenía muchas ganas de jugar. No quería irme al banquillo cuando hice la segunda falta ni me penalizó cuando volví a la cancha. No salí siendo menos agresivo por tener dos faltas. Luego salió el partido que salió y a pensar en el Madrid. ¿Llegar anotando 28 puntos? Pues está muy bien.

-El cronista de AS le comparó con Jordan. Igual se pasó un poco...

-¿Qué Jordan?

-Michael.

-(ríe) Sí, nos parecemos en que tenemos el mismo día de cumpleaños (17 de febrero). Ojalá me pareciera en algo (ríe).

-A parte de los 28 puntos, secó a Marcelinho. Ahora le toca Campazzo.

-Hombre, otro reto. Son jugadores muy buenos, son muy difíciles de parar. Habrá que intentar hacerle la vida un poco difícil a Campazzo.

-Y a Andrés Feliz, que lo conoce hace muchos años...

-Sí, llevo muchos años jugando contra él. Cuando yo jugaba en el filial del Barça, él estaba en el Prat, lo conozco bien de enfrentarme a él, es un gran jugador también.

-Y la pregunta de siempre. ¿Tanto cambia Tavares el juego de los contrarios?

-Sí, porque puede que no te haga muchos tapones pero si penetras te hace cambiar muchos tiros. Pero nosotros tenemos que pensar en lo nuestro y poner nuestra identidad en la cancha.

-Por cierto, ¿por qué le llaman Papi?

-Mi madre me llama así de toda la vida. Mi abuelo también se llamaba Brancou y ella le llamaba Papi. Yo soy el pequeño de ocho hermanos y cuando yo nací mi madre me empezó a llamar Papi. Y cuando vino a mi casa Rob Orellana, la persona que me trajo a Canarias, escuchó a mi madre llamarme Papi. Y dijo. ‘Yo también te voy a llamar Papi’.

-¿Cómo le encontró Rob en Dakar, con solo 15 años?

-Él vino a ver campus y esas cosas. Y me encontró en el Saltigue, el equipo de Rufisque, mi ciudad. Y ahí empecé a gustarle y empezó a mover los papeles. Finalmente me llevó a Gran Canaria, a su academia. Y allí era todo baloncesto y estudiar.

-Y después, en año y pico ficha por el Barça y se apunta al draft de la NBA...

-En Primera Autonómica (La Matanza) jugué muy bien, me fichó el Barça y también jugué muy bien ese año. Como era mi último año pues decidí apuntarme pero nada más.

-Diego Ocampo fue su entrenador en el Barça y le llevó a Alemania. Pedro Martínez lo tuvo en Manresa y le trajo a Valencia. ¿Qué le aporta a los entrenadores que le valoran tanto?

-(ríe). No sé, energía, defiendo, esas cosas... soy buen chico, me llevo bien con todo el mundo. Diego Ocampo me ayudó muchísimo, he entrenado mucho con él. Entrenábamos con el equipo, por la mañana, y por la tarde entrenábamos individualmente, me ayudó bastante. Y Pedro, igual. En Manresa, antes del entreno siempre estábamos haciendo individual. Y luego la forma de jugar sus equipos me ha beneficiado mucho. Me gusta mucho el estilo de juego que proponen sus equipos.

-¿Se ha imaginado levantando el título en el último partido de La Fonteta?

-Uff, no quiero llegar ni a imaginarlo. Por mi bien mental, prefiero ir poco a poco y día a día. Y ya veremos.

-Y el debut en la Euroliga, es un sueño que parece que se va a hacer realidad...

-Para todos los jugadores de Europa jugar en la máxima competición de Europa es un sueño. En la Euroliga puedes competir a un nivel muy alto, con jugadores enormes, los mejores de Europa y que vienen de todas partes del mundo. Ese es el sueño: jugar la Euroliga en el Roig Arena.

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