Crisis en el Mónaco
El Mónaco tiene dificultades económicas y, además de ello, un problema de comportamiento de Mike James y un contrato asegurado a Nikola Mirotic.
El éxito del Mónaco en la Euroliga, en la que consiguieron un meritorio segundo puesto en la Final Four de Abu Dabi sólo por detrás del Fenerbahçe de Jasikevicius, está gozando de una corta vida. Los problemas en el equipo del Principado, que estos días disputa la final de la LNB frente al París, no cesan. Ahora es el dinero, que no parecía un asunto de discordia, el que se abre paso entre los asuntos negativos de la entidad.
Dice el refranero español que poco dura la alegría en la casa del pobre, una frase que precisamente no vale para uno de los presupuestos más potentes del continente. Y es que, en palabras del periodista francés , el club “está atravesando un periodo complicado” en la parcela económica. Por ésa y otras razones se han retrasado unos pagos a tres jugadores (Donatas Motiejunas, Georgios Papagiannis y Nick Calathes) y Spanoulis, entrenador-jefe, en plena efervescencia del asunto y de las eliminatorias de la liga francesa, se vio con los tres negándose a entrenar como forma de protesta. Y, señala la información, “que a los tres se les amenazara con una multa para no ayudó a mejorar la situación”, como es lógico. Que los tres apunten a salir no es casualidad.
Estas últimas semanas los monegascos tampoco han podido contar con Mike James, máximo anotador histórico de la Euroliga pero superestrellas con problemas de comportamiento allá donde ha ido. En la prensa gala se especuló con que la razón para sancionarle había sido el pretexto para apartarle de la disciplina. Lo que es un hecho es que su continuidad más allá de verano, aunque tenga contrato, no está garantizada tras este esperpento.
Para el equipo de Mónaco el paso por la Euroliga es vivir en una nube. Y, con la licencia asegurada, todavía más. Por ello apostaron por incrementar el presupuesto para la plantilla y hacerla una de las más lucrativas. Hace dos años, terceros. Este año, segundos. Les queda un paso y sólo el dinero, pudiendo competir contra los griegos, el Fener o el Madrid, les da esa opción. Para el no versado en la situación, el Mónaco de baloncesto cambio de propietario en 2022, del ucraniano Serguéi Diadechkó pasó al ruso Alekséi Fedoricsev con el contexto de la invasión de un país a otro ese mismo año. Este último, el magnate de FedCom y ex de clubes de fútbol como el Dinamo y el Rostov, ayudó mucho hasta que pudo; su principal empresa apostó a lo grande por la Euroliga, también con derechos audiovisuales adquiridos, y tuvo que retroceder. El dinero no es ilimitado y por ello ya en la plantilla de este curso se fichó a Brown o Cornelie y se hicieron excepciones posteriores con Theis y Loyd. Bajos costes, James no es la tendencia salarial.
Empezando la planificación de la próxima campaña hay un nombre sobre cualquier otro que se mencione. El Mónaco tiene cerrado el fichaje de Nikola Mirotic, del que se han despedido en Milán tras dos años de servicio. Un contrato que no será el que firmó con el Barça, ni mucho menos, pero supondrá una inversión importante en el hispanomontenegrino. El resto de contrataciones, de continuar la crisis monetaria, estarán condicionadas.
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A pesar de contar con un año de película (firmó una vez empezada la temporada y, en el primer intento, final de la Euroliga), Vassilis Spanoulis también ha sonado para abandonar el barco. El Olympiacos, club con el que le ganó tres veces el torneo cuando era jugador, le ha tentado. Sería un golpe en la línea de flotación quedarse sin entrenador, viendo lo bien que aterrizó en La Roca Team.
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