Micic jugará en el Hapoel Tel Aviv
Se acaba el culebrón del verano. Ni Olympiacos ni Real Madrid: el base serbio firma un contrato por tres temporadas con un Hapoel que estrena proyecto en Euroliga.


Se acabó el culebrón Micic. De forma extraña… y estruendosa para el baloncesto europeo. El base serbio (31 años) no jugará, en su regreso tras dos años muy frustrantes en la NBA, ni en el Olympiacos, que parecía su destino más probable, ni en el Real Madrid, que irrumpió ayer como una opción complicada pero no descartable: su nuevo hogar, contra todo pronóstico, será el Hapoel Tel Aviv, un equipo que en teoría había descartado por la compleja situación de Israel.
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— Hapoel Tel Aviv BC (@HapoelTLVBC)
Sin embargo, el primero que lo adelantó fue Aris Barkas en Eurohoops, Micic aceptó finalmente una oferta por tres temporadas del Hapoel que lo convertirá en uno de los jugadores mejor pagados de la historia de la Euroliga. Ayer la prensa de Israel hablaba de una oferta de unos 18 millones de euros por esos tres años pero finalmente parece que la cantidad rondará los 14 millones. Menos que 18... pero un poco más de los 13,5 por los que firmó Kendrick Nunn con el Panathinaikos, hasta ahora el mejor pagado de Europa.
Per Eurohoops sources Vasilje Micic has decided to continue his career by signing a three-year deal with Hapoel Tel Aviv, making him one of the highest paid players in history.
— Aris Barkas (@arbarkas)
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Vasilije Micic fue drafteado en 2014 (al final de la segunda ronda: pick 52) con una elección que ya había sido traspasada un par de veces (la primera, en 2012). En 2023 decidió dar el salto a la NBA con Oklahoma City Thunder, que le dio un contrato de tres años y 23,5 millones de dólares. Un rookie en una posición extraña con 29 años, se aseguró más de ocho millones al año, por encima de las mejores ofertas que podría haber tenido entonces en Europa. Ha cobrado su sueldo durante dos temporadas pero ha acabado perdonando unos seis millones de los 8,1 que tenía firmados para esta próxima con el objetivo de recuperar su libertad y poder regresar a Europa y sentirse otra vez jugador con galones. O jugador a secas.
En los menos de dos años en los que ha sido jugador NBA, Micic ha sido traspasado cuatro veces. La primera en febrero de 2024, cuando los Thunder lo enviaron a Charlotte Hornets. Después, tres entre febrero y julio de este año. Como una pelota de ping-pong: de los Hornets a los Suns, de los Suns a los Hornets y de los Hornets a los Bucks, con los que acordó el buyout de su liberación (con seis millones menos por cobrar...) el pasado 6 de julio. No tuvo encaje desde que llegó a la NBA, un novato veteranísimo que aterrizó en unos Thunder que empezaban a dibujar el proyecto que ha explotado definitivamente este año y ha dejado uno de los campeones más aplastantes de la historia de la NBA.
Shai Gilgeous-Alexander, ahora mismo MVP de la regular season y de las Finales, y Josh Giddey (traspasado hace un año a los Bulls) eran la gran esperanza en el backcourt, y ni siquiera como suplente o mentor encontró su lugar un Micic que venía de firmar uno de los mejores tramos de cualquier jugador en toda la historia de una Euroliga a la que regresa ahora: dos veces campeón (2021, 2022), una MVP de la temporada (2021), dos de la Final Four (2021, 2022) y una Máximo Anotador (2022) en el inolvidable Efes que entrenó Ergin Ataman y en el que formó con Shane Larkin una pareja exterior para la historia. Como muchos antes que él, Micic aprendió muy rápido que esos galones se quedan en Europa cuando se emprende la aventura americana.
En dos años ha jugado 101 partidos con una media de menos de 20 minutos y muchas noches en el banquillo sin pisar la pista, desde luego no antes de los minutos de la basura. Seguramente sus únicos brotes verdes se vieron en Charlotte, con unos Hornets disfuncionales y en permanente estado de reconstrucción que no consigue ni poner siquiera cimientos a un futuro que no se adivina. Una situación extraña para un jugador acostumbrado a competir en cada partido y a tener como meta ganar la Euroliga, siempre. Y que finalmente acabó siendo, la antesala del regreso al Viejo Continente, un salario con el que ajustar operaciones o bien menores o bien en las que su rol es totalmente residual, puramente financiero.
Su tercer año de contrato no estaba garantizado y los Suns filtraron que no ejecutarían su team option, pero finalmente lo hicieron. No porque tuvieran interés en el Micic jugador, sino porque necesitaban sus 8,1 millones de sueldo para cuadrar las cuentas de su traspaso, con los Hornets, por el pívot Mark Williams. De Carolina fue enviado a los Bucks en una operación en la que los de Wisconsin se ahorraron poco más de un millón de dólares con la salida de Pat Connaughton. Y allí acordó quedare un par de kilos y perdonar otros seis. Era ovio que la NBA no tenía ningún interés en él y que el sentimiento se había vuelto mutuo.
Pero como suele ser en estos casos, un baile que muchas veces resulta tóxico y genera una enorme inestabilidad deportiva para los equipos europeos, las migajas de la NBA son el gran banquete de la Euroliga. En cuanto Micic empezó a mirar vuelos de regreso, comenzó la carrera por poner el aeropuerto de destino: el Fenerbahçe fue el primero en la pole, pero su interés se desvaneció durante un proceso largo y ya con olor a culebrón. El Hapoel Tel Aviv, que sueña con un proyecto faraónico en su regreso a la Euroliga, puso mucho dinero sobre la mesa. Durante semanas dio la sensación de que la situación en Israel lo descartaba como opción, aunque ha sido finalmente quien se ha llevado el gran fichaje del verano en Europa cuando parecía que el Olympiacos tenía la operación casi a punto con una oferta de unos cuatro millones de euros al año durante tres temporadas y entre rumores que apuntaban a una aparición en escena del Real Madrid. En teoría y según se dijo en Serbia, con una propuesta de dos años y más de 8 millones.
Según pudo saber AS, el equipo blanco sí estudió la situación y su fichaje fue una realidad posible pero en todo caso muy complicada. Tanto que se desvaneció en menos de 24 horas. Ni Fenerbahçe ni Olympiacos ni Real Madrid: el nuevo Hapoel siempre tuvo a Micic como gran objetivo para su llegada al principal escenario europeo y ya lo tiene. Un fichaje estruendoso y que parecía impensable hace apenas unas horas.
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