EuroBasket 2025

Algunas luces pero más sombras: las notas finales de la Selección Española

El Eurobasket ha dejado un motivo para el optimismo: el talento de futuro de De Larrea y Saint-Supéry. Pero también malas noticias y algunas decepciones que parecen incuestionables.

Santi Aldama, durante un tiempo muerto en el partido decisivo contra Grecia.
GEORGI LICOVSKI
Juanma Rubio
Nació en Haro (La Rioja) en 1978. Se licenció en periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. En 2006 llegó a AS a través de iccwin247.com. Por entonces el baloncesto, sobre todo la NBA, ya era su gran pasión y pasó a trabajar en esta área en 2014. Poco después se convirtió en jefe de sección y en 2023 pasó a ser redactor jefe.
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Varias ideas, aunque vivimos tiempos de maniqueísmo exagerado en las redes sociales, pueden ser ciertas y en absoluto excluyentes: la Selección española llegó al Eurobasket muy tocada, con un equipo distinto al ideal que tenía en la cabeza el cuerpo técnico por una mezcla finalmente letal de lesiones y ausencias que complicó al máximo lo que ya es, de por sí, un difícil tramo de renovación, un inevitable periodo de relevo generacional después de lustros de éxitos asombrosos, más cuanto mayor es la perspectiva, que comenzó con los Júnior de Oro y siguió con la generación posterior, la que acompañó primero y empujó después en un fin de ciclo glorioso que incluyó dos oros como el heroico del Mundial 2019 y el absolutamente imprevisto, y por eso fascinante, del Eurobasket 2022.

Eso parece un hecho, como también lo es que Sergio de Larrea y Mario Saint-Supéry, dos enormes talentos lanzados al escenario sin red por las circunstancias, han demostrado que el futuro puede ser brillante. O que Santi Aldama y Jaime Pradilla tienen todavía 24 años, así que lo mejor debería estar por venir con ellos; y que hay una mezcla de jugadores, de presente y futuro, que no han estado por lesión u otras circunstancias que terminan de conformar un posible bloque sobre el que, como mínimo, trabajar para que España no se caiga del primer nivel competitivo. Un trabajo que ya no liderará, además, Sergio Scariolo, un referente obvio de un ciclo que ha sido primoroso y, un mérito descomunal, larguísimo.

Todo eso es tan cierto como que si se suma un ciclo completo (Mundial-Juegos-Eurobasket) fuera de los cruces, se obtienen un panorama en el que la caída no es solo circunstancial y, sobre todo, que el Eurobasket 2025 ha sido una decepción enorme. Un fracaso por mucho, que también es cierto, que España vendiera cara su piel (como siempre) en una segunda parte emotiva y meritoria contra Grecia. Pero no ha llegado a las eliminatorias de Riga en un grupo de seis equipos en el que pasaban cuatro y uno de los integrantes era Chipre. Eran cuatro plazas para cinco equipos y España ha sido la quinta pasajera, la que se ha quedado fuera. Y venía de una preparación en la que perdió cinco partidos de seis, entre ellos uno con Portugal. El partido contra Georgia, por el resultado y las formas, fue desastroso (y acabó siendo fatal). E Italia es un rival ahora mismo un peldaño por encima, si se quiere, pero al que España pudo ganar y, si se miran dos cuartos y medió de un partido que ya era clave tras la victoria de Bosnia contra Grecia, se debió ganar. Sumado todo, y el mal rendimiento de los que tenían que haber sido referentes principales, la nota final es muy negativa en Este Eurobasket 2025 de una Selección en la que se pueden medir los rendimientos individuales teniendo en cuenta, el contexto es importante, el techo y el pedigrí de cada jugador, lo que se podría haber esperado de ellos y las necesidades de un equipo hecho sobre la marcha y con las jerarquías y roles transformados a marchas forzadas.

SANTI ALDAMA (23,7 minutos, 14 puntos, 6,6 rebotes, 14,2 de valoración). APROBADO. Aldama es un grandísimo jugador, con rango ya de establecido en la NBA y, a partir de la próxima temporada, contrato adecuado a ello (52,5 millones por tres temporadas). Pero tiene solo 24 años, todavía, y nunca había sido la referencia clara, el rostro obvio de la Selección. Lo será para los próximos años, sin todo sigue el curso lógico, y su paso por el Eurobasket ha sido correcto. Pero no ha estado al nivel que, sea más o menos justo, requería esta Selección. Le ha costado ejercer con sostenibilidad de primera espada y ha alternado momentos brillantes con otros en los que pasó demasiado desapercibido. Bien a secas, bien pero, entendiendo las circunstancias, era legítimo esperar más. Porque es un enorme talento.

SERGIO DE LARREA (22,9 minutos, 8,6 puntos, 4,4 asistencias, 8,6 de valoración). SOBRESALIENTE. Con 19 años ha ejercido de base titular, ha tenido minutos adecuados a ese rol y ha dado la cara con tramos de brillantez, a más y no al contrario (como habría sido lógico) cuando las cosas se pusieron calientes de verdad. Brillante contra Italia, entregado contra Grecia, tuvo momentos irregulares y errores que responden básicamente a su edad y su falta de experiencia en un escenario así. Pero ha hecho más de lo que parecía lógico pedirle y ha dejado sensación, que falta hace, de que el futuro puede traer alegrías.

JOEL PARRA (19,8 minutos, 4,8 puntos, 3,6 rebotes, 7,4 de valoración). SUSPENSO. Parra ha desaprovechado otra oportunidad en una Selección con la que ha tenido una relación extraña en los últimos años. Seguramente el equipo actual requería más de jugadores como él, normalmente limitados a un rol muy secundario. El caso es que era uno de esos que podían empujar desde la clase media y no lo ha hecho. Más allá de errores de concentración graves como su falta antideportiva en los últimos segundos contra Italia. En general, perfil demasiado bajo, poca aportación en el tiro y escasa capacidad para dar el salto a un rol que estaba libre en esta Selección.

DARÍO BRIZUELA (17,4 minutos, 8,2 puntos, 2,8 asistencias, 6,8 de valoración). APROBADO. Las lesiones y ausencias en la rotación exterior pusieron a Brizuela en situación de asumir un papel mucho mayor del que le resulta más cómodo. Un escolta de enorme calidad, acostumbrado a funcionar en tramos demoledores de inspiración, tenía que reconvertirse en un generador estable, con muchos minutos como base. No quedaba otra. Y con problemas físicos que acabaron dejándole fuera a las primeras de cambio contra Grecia. Lo intentó y tuvo momentos, pero no pudo dar ese paso adelante que, por una serie de cosas, parecía tan necesario.

XABI LÓPEZ-AROSTEGUI (17,4 minutos, 4,2 puntos, 3 rebotes, 4,8 de valoración). SUSPENSO. Un jugador de complemento que suele tener momentos brillantes. Pero esta vez, estos han escaseado (contra Grecia sí firmó un chispazo). En general, y en cuanto ausenciiccwin247.como la de Abalde cambiaron el recorrido de la rotación de aleros, se convirtió en una de esas wildcard que podía haber transformado la trayectoria del grupo en pista. En general, no funcionó en ese nivel.

JAIME PRADILLA (17,4 minutos, 6 puntos, 3,8 rebotes, 8,6 de valoración). APROBADO. Sensación agridulce tras su demostración final de competitividad contra Grecia después de un campeonato por debajo de los que se podía esperar si se atiende al enorme potencial de uno jugador llamado a ser muy importante en el futuro de esta Selección. Naufragó en momentos clave, sobre todo contra Italia, pero estuvo ahí, siempre con energía. Y pudo ser uno de los héroes si se hubiera completado el vuelco contra Grecia. Pero en general su Eurobasket, siempre si se juzga por su potencial y esos roles por cubrir del equipo, ha sido un tanto decepcionante. Es, en todo caso, una de las joyas del futuro de la Selección. Eso no cambia.

WILLY HERNANGÓMEZ (17,2 minutos, 10 puntos, 4,6 rebotes, 11 de valoración). SUSPENSO. Durante todo el Eurobasket se ha hablado de los hermanos Hernangómez, llamados a ser, lo que no habían sido en anteriores concentraciones, referentes en pista y fuera de ella. Eso, es obvio, no ha salido bien. Willy, MVP en 2022, no ha sido esta vez determinante en ataque y sus problemas en defensa han sido todavía más visibles en un equipo con menos especialistas en otros puestos que en versiones previas. Además, falló en momentos cruciales, sobre todo contra Italia. Sensación de jugador estancado, como poco, y sin techo de referente constante.

MARIO SAINT-SUPERY (16,9 minutos, 8,4 puntos, 2,2 asistencias, 9 de valoración). SOBRSALIENTE. Con 19 años, es otro que no iba a estar aquí pero que aceptó el reto y ha respondido. Era obvio, lo es desde hace años, que es uno de los grandes talentos de futuro del baloncesto español. El que no lo hubiera comprobado, ya lo ha hecho. Por encima de cualquier exigencia lógica y con un tramo absolutamente excepcional contra Grecia. Algo que pocos pueden hacer, en un día tan comprometido, con 19 años. Uno de los pocos motivos para sonreír.

JUANCHO HERNANGÓMEZ (15,5 minutos, 7 puntos, 3,4 rebotes, 7 de valoración). SUSPENSO. Desconocido. No es que no haya podido ser líder en pista ni un jugador de aportación y nivel alto. Es que se ha quedado por debajo de cualquier baremo o expectativa, por baja que fuera. Juancho es brillante como secundario, lo ha demostrado con España y con el Panathinaikos. Esta vez ni siquiera ha sido eso en un equipo en el que, para colmo, tenía que haber sido mucho más. Sin confianza e incómodo, el torneo ha acabado siendo un vía crucis para él. Pareció claro contra Grecia.

SANTI YUSTA (15,2 minutos, 6,2 puntos, 1,8 rebotes, 4,8 de valoración). APROBADO. Yusta ha pasado con poco brillo por el Eurobasket pero no era justo pedirle mucho más. Por momentos, ha estado en quintetos que han funcionado bien, pero desde luego no ha ido mucho más allá. Tampoco era un jugador al que hubiera que exigirle grandes descorches. El rol que tenía que desempeñar era, a la fuerza, de más rango del que sería lógico para él. A partir de ahí, ha intentado cumplir, como hace siempre, y en algunos momentos lo ha hecho.

JOSEP PUERTO (11,9 minutos, 4,4 puntos, 2,2 rebotes, 5 de valoración). APROBADO. Sus triples en la primera parte contra Italia, lo mejor del paso por el Eurobasket de otro jugador que seguramente no habría estado en la versión A que planeaba Scariolo en junio. Le tocó estar, con todo el mérito por su trabajo y su nivel, e hizo todo lo que pudo cuando estuvo en pista.

YANKUBA SIMA (7,9 minutos, 1,3 puntos, 2,7 rebotes y 2 de valoración). SIN CALIFICAR. No es desde luego un jugador con el que Scariolo esté cómodo. Acudió porque faltaba un cinco puro, un interior de físico y punch aunque solo fuera para momentos de emergencia o excepcionales. Pero apenas ha jugado, ni siquiera en esa versión de mínimos. En parte, por el poco feeling con él de Scariolo. Por eso es difícil juzgar su torneo más allá de que, fueran las que fueran las causas, el hecho es que España no ha tenido un segundo pívot puro de garantías para, al menos, cubrir minutos de rango en la rotación.

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