Así es Guillermo del Pino, el héroe del baloncesto español
El triple ante Francia dio el Eurobasket Sub-18 a España y encumbró al base cordobés, que se formó en la cantera del Unicaja y pone ahora rumbo a la NCAA.


Guillermo del Pino es ahora mismo el nombre de moda del baloncesto español. Así lo atestigua el espectacular triple que anotó ante Francia para darle a la Selección el Eurobasket Sub-18 y encumbrar a una nueva generación dorada, la que tiene mucho presente pero consolida el futuro. Y no se quedó ahí la cosa: sus rivales iban 8 arriba (71-79) a falta de 41 segundos para el final. Y si primero fue una canasta de Raúl Villar, luego fueron 9 tantos consecutivos del base, héroe nacional. El magistral jugador finalizó el partido con 23 puntos, 3 asistencias y 17 de valoración. Y fue abrazado en el centro de la pista por sus compañeros, que se le echaron encima al haber sido el perfecto responsable de la increíble gesta.
No es una medalla cualquiera: es sexta vez que el cetro europeo en la categoría va para la Selección. Y también es la 15ª medalla en la historia para España en la Sub-18 (la cuarta del verano para el baloncesto español y la primera masculina). Nadie tiene más. Solo la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) tiene más oros, 8 frente a los 6 de España. Que sigue soñando con un futuro igual de glorioso que el pasado, con grupos y grupos de niñas y niños que se convierten en mujeres y hombres con una velocidad inusitada. Que demuestran una madurez impropia, y también superlativa para su edad. Y que crecen, personal y baloncestísticamente, hasta alcanzar una gloria que lleva sus nombres. Es, claro, lo que no dejan de demostrar. Cada vez que pueden.
Eso sí, para nadie es una sorpresa el gran papel cuajado por el nuevo héroe español. Cordobés de nacimiento, juega de base (aunque también lo puede hacer de escolta) y tiene un don especial para un deporte que se le da como la seda. Se formó en la cantera del Coto Córdoba, mide 1,96 y ha pasado la parte más importante de su formación en el Unicaja, equipo con el que llegó a debutar en la Basketball Champions League de la 2023-24, título que precisamente se apuntaron los malagueños, iniciando ese idilio que siguen viviendo con Ibon Navarro.
Fue el pasado año cuando Del Pino decidió regresar a Córdoba para jugar en Segunda FEB, recibiendo una invitación para participar en el Next Generation Team Múnich, anteriormente conocido como ANGT. Fue un año en el que buscaba tener más minutos de juego antes de dar el salto a la NCAA, una decisión meditada y finalmente tomada. El base jugará para los Maryland Terrapins, constatando de este ,pdp que aunque su futuro es realmente brillante, sigue siendo desolador como el talento nacional más joven pone rumbo al otro lado del Atlántico, algo promovido por las oportunidades económicas que aquí hay y con las que no se puede competir en el Viejo Continente. Algo que pasa en toda Europa... y que está afectando mucho al baloncesto de base. También aquí, claro, en España.
El nombre de Del Pino no es el único que prueba suerte en la NCAA en los últimos años y tampoco será el último a expensas de medidas hipotéticas que se puedan pedir para que no haya esta sangría de jugadores y que ahora mismo parecen (muy) lejanas, o al menos realistas. Con el base se marchan nombres como Ian Platteeuw (compañero de selección en este último torneo, del que además ha sido MVP) Mario Saint-Supery o Rubén Domínguez, entre otros. Una situación que, si bien perjudica a la cantera y al producto nacional español, también es la mejor opción para una serie de jugadores que quieren seguir los pasos de una formación que les permita tener la mejor posición posible en el futuro, tanto económica como deportivamente.
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En esas está Guillermo del Pino, que va camino de la NCAA pero cuenta ya con más éxitos aparte del ocurrido recientemente ante Francia. El jugador ya destacó a nivel internacional (y mucho) desde el verano de 2023 cuando lideró a España al título en el Eurobasket Sub-16. En ese torneo fue elegido MVP gracias en buena parte a los 22 puntos que anotó en la final frente a Italia, aunque también destacando con 26 tantos (y 6 triples convertidos) frente a Eslovenia en cuartos de final. Una historia que se vuelve a repetir con un Eurobasket Sub-18 de ensueño, que ha acabado como cualquier jugador considera y sueña. Con el triple ganador, dándole la vuelta a un partido que estaba perdido y en el que terminó emergiendo el héroe de España para darle la vuelta al marcador cuando nadie se lo esperaba. Un suceso histórico y trascendental. La magia del baloncesto.
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