El día que Doncic hizo historia en el Eurobasket: este es el hito que le convierte en leyenda del torneo
En 2022, contra Francia, el base esloveno jugó un partido antológico, uno de los mejores de la historia de los Eurobasket. En los cruces, acabó agotado.


Durante un lustro, parecía que Eslovenia era capaz de todo. Con Luka Doncic y Goran Dragic, claro. El primero, que reconoció al segundo como su mentor, eligió su país natal a pesar de los cantos de sirena de Serbia y España: quería jugar con Eslovenia y debutó con el primer equipo en una gran competición en 2017, con solo 18 años. Fue el torneo de la revolución verde. Con un baloncesto vertiginoso, creativo y atrevido, Eslovenia maravilló y se llevó el oro. Dragic todavía era el líder (22,6 puntos y 5,1 asistencias por partido) pero Doncic (14,3 y 3,6) ya ejercía de niño de oro. Y estaban Anthony Randolph, Klemen Prepelic, Gasper Vidmar, Edo Muric, Vlatko Cancar…
Cuatro años después (no estuvo en el Mundial 2019 y la pandemia retrasó la cita olímpica), Eslovenia llegó arrasando a los Juegos de Tokio. En el primer partido contra Argentina (118-100) un Doncic ya all star establecido en la NBA maravilló al mundo: 48 puntos, 11 rebotes, 5 asistencias y 49 de valoración. Después cayeron Japón, España y, ya en cuartos, Alemania. Doncic se metió en la pelea por las medallas olímpicas con 17 victorias seguidas en partidos con la selección. En la semifinal, un duelo extraordinario, Francia rompió el corazón esloveno (89-90) en un duelo resuelto sobre la bocina y en el que Doncic acabó con un asombroso triple-doble: 16 puntos, 10 rebotes, 18 asistencias. En un suspiro, su equipo pasó de verse en la final olímpica a perder el bronce en una derrota dura contra Australia. El hechizo esloveno se había roto.
En 2022, llegó la defensa del título europeo. Doncic no faltó a la cita en un Eurobasket que sacó pecho con tres de los mejores jugadores del mundo: el ex del Real Madrid, Nikola Jokic y Giannis Antetokounmpo. Por increíble que hubiera sonado antes del torneo, ninguno llegó a semifinales. Doncic, en concreto, perdió en cuartos contra Polonia, una derrota estrepitosa que acabó con un reinado de cinco años y dejó una de las peores imágenes de Doncic con su selección: agotado, con un tobillo maltrecho y en un equipo del que no quedaba nada del excepcional ambiente de 2017.
Sin embargo, las cosas empezaron de maravilla: Eslovenia acabó primera en el grupo de la muerte, con Alemania, Francia, Lituania, Bosnia y Hungría. Ganó cuatro de sus cinco partidos y volvió a demostrar que era un equipo capaz de todo. Con Doncic como eje: en dos partidos seguidos, los que aseguraron el primer puesto, Eslovenia ganó a Alemania y Francia. El base (todavía) de los Mavericks firmó en el primer partido 36 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias (32 de valoración) y en el segundo 47, 7, 5 y 47. Una barbaridad. Esos 47 puntos contra Francia supusieron, además, una marca histórica: la mayor anotación del siglo en un Eurobasket (era de Dirk Nowitzki en 2001 contra España, 43) y la segunda más alta en la historia del torneo solo por detrás de los 63 de Eddy Terrace con Bélgica en un partido contra Albania, en 1957.
Máximos anotadores en Eurobasket
Eddy Terrace (Bélgica): 63 contra Albania en 1957
Luka Doncic (Eslovenia): 47 contra Francia en 2022
Nikos Gallis (Grecia): 46 contra Suecia en 1983
Miki Berkovich (Israel): 44 contra Turquía en 1975
Doron Jamchi (Israel): 44 contra Rumanía en 1987
Nenad Markovic (Bosnia): 44 contra Letonia en 1997
Giorgios Kolokithan (Grecia): 43 contra España en 1967
Dirk Nowitzki (Alemania): 43 contra España en 2001
Emiliano Rodríguez (España): 43 contra Países Bajos en 1967
Doncic acabó con un 18/23 en tiros de campo y un 6/11 en triples. Pero jugó 39 minutos que se sumaron a los 34 contra Alemania, 35 contra Lituania, 35 contra Bosnia… solo tuvo un respiro contra Hungría, y ya pareció muy cansado en octavos contra Bélgica, un partido en el que Eslovenia se complicó la vida en la primera parte y su estrella tuvo que jugar, otra vez, más de 36 minutos y anotar 35 puntos. Cuando a ese exceso de responsabilidad se sumó la lesión en el tobillo, que llegó en un entrenamiento jugando una contra uno con Muric, la situación se volvió crítica. En cuartos, Polonia arrasó en la primera parte (llegó a estar 31-54 y mandaba 39-58 al descanso). Toda Europa miraba con la boca abierta.
Después, Eslovenia remontó y llegó a ponerse por delante pero, esta vez, un Doncic humano no acertó en los ataques finales y acabó eliminado por faltas y desquiciado. Fue un muy mal final para un torneo que había comenzado con exhibiciones asombrosas, marca de la casa. La mayor, esos históricos 47 puntos contra la poderosa Francia, el 6 de septiembre en el Köln Arena de Colonia.
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