Las claves de una hecatombe
Algunas dudas en cuanto a compromiso, las lesiones, los tiros libres, el fiasco del debut contra Georgia y la falta de liderazgo explican una caída histórica.


El baloncesto te pone en tu sitio. Lo dijeron el seleccionador, Sergio Scariolo; y el capitán, Willy Hernangómez, después de la derrota contra Grecia. España se fue este jueves por la puerta de atrás del Eurobasket. Compitió en los dos últimos partidos contra Italia y los helenos, sí, pero eso no fue suficiente porque antes se hicieron cosas mal. También en los dos partidos clave. La caída de España a las primeras de cambio es una hecatombe histórica que no se explica sólo con la derrota ante Georgia en el primer partido. En una imaginaria nube pueden encontrarse factores de todo tipo que empezaron incluso antes de la competición.
Algunas lagunas de compromiso
Además de la retirada de la Selección de Sergio Llull, y del adiós al baloncesto de Álex Abrines, o de la lesión de Juan Núñez, Lorenzo Brown mostró su indisponibilidad por un grave asunto personal. Según pudo saber AS, además de motivos familiares existió presión expresa del Armani Milán para que no participase en el Eurobasket. Una semana después de fichar por el club italiano, ya se hizo oficial su renuncia. Tampoco se mostró disponible Usman Garuba, por algún problema físico y por su reciente paternidad. Pese a que la intención de Scariolo era que ayudase al equipo en los últimos cuatro amistosos de preparación y tenía posibilidades de quedarse entre los doce, Baba Miller, que estuvo en la Selección B, no se quedó como Mario Saint-Supéry y prefirió centrarse en su próximo año con la universidad.
Sin tregua con las lesiones
El agosto de preparación para Limasol fue un tormento. Eli John Ndiaye abandonó el torneo después del primer torneo en Málaga. Allí, en su casa del Carpena, Alberto Díaz sufrió una pequeña rotura de la que no se pudo recuperar. Alberto Abalde tuvo que dejar la concentración después de lesionarse en París. En ese amistoso contra Francia, Saint-Supéry sufrió un esguince que hizo peligrar su viaje al Eurobasket. Finalmente, y por suerte, pudo ir. Darío Brizuela (que sólo pudo jugar diez minutos en el último partido congra Grecia) y Santi Aldama también llegaron al torneo con molestias. La carga de partidos empieza a resultar insoportable para los jugadores.
El desastre crucial del estreno
España se pegó un trompazo inesperado en su primer día contra Georgia, y puso cuesta arriba toda la primera fase (69-83). Sergio Scariolo estuvo más condescendiente con el rival que en otras ocasiones, y no le regaló tantos halagos como suele ser habitual en la previa. El equipo salió desenchufado y tal vez extrañado por la presencia de Shengelia, cuya participación había estado en duda después de la arritmia que había sufrido y que le había obligado a viajar a Barcelona. España estuvo fuera del partido y se complicó el torneo desde el inicio. “Me sorprendió”, admitió Scariolo, que incluso confesó que el enfoque del partido no había sido el correcto.
El desastre de los tiros libres
Un aspecto muy específico del juego en el que la Selección ha fracasado de manera rotunda, con un pobre 60% en general; y picos bajos insólitos del 46,3% en el partido contra Georgia. Ante Italia estuvo en un 59% y, finalmente, contra Grecia, en un 56,8% que incluyó un 2/6 de Willy Hernangómez y un 0/3 de Juancho en una acción vital. Con cuatro puntos abajo y todavía en el partido, el jugador del Panathinaikos falló tres tiros libres y sepultó las opciones de España en el partido.
Los Hernangómez y los liderazgos
Seguramente, uno de los asuntos más serios y que más deban hacer reflexionar con vistas al futuro. El Eurobasket de los dos Hernangómez no ha estado a la altura de lo que se esperaba de los dos capitanes, que debían dar un paso adelante fuera de la cancha, pero también dentro. Ser jugadores decisivos que mantuviesen a flote al equipo en los malos momentos. Eso no ha sucedido. MVP hace tres años, Willy no ha evolucionado en su juego. Al contrario, se ha visto superado en los grandes momentos del campeonato por la fortaleza interior de Georgia, por Diouf en el partido contra Italia y por el mismo Kostas Antetokounmpo ante Italia. Juancho, que venía de hacer una gran temporada en el Panathinaikos, no se ha encontrado. Tal vez minimizado por Aldama, ha ido perdiendo confianza hasta terminar hundido. Así lo reconoció en el vestuario después del partido contra Italia; y así se le vio cuando lanzó los tres tiros libres fatales contra Grecia. El papel debía corresponderle a Aldama. El canario ha jugado un Eurobasket correcto, pero tirando a discreto. No ha sido el alma-mater del equipo en situaciones de apuro y le ha costado sacar el genio y la casta. Es joven aún, y está todavía en proceso de crecimiento, pero obviamente tiene un rol mucho más especialista en Memphis. España, en esta situación de hambruna de talento, necesita algo más de él. Ahora tiene dos años para seguir evolucionando, no salir de la rueda de la Selección (hay que renovar su compromiso con visitas constantes a Estados Unidos), y dar el golpe en el Mundial de 2027. En tres grandes campeonatos con la Selección, no ha jugado ni un solo partido de fase final. No llegó a Filipinas en 2023 (España fue eliminada en Yakarta). No llegó a París en los Juegos (la Selección cayó en Lille). Y no estará en Riga después de despedirse en la primera fase con unas medias de 14 puntos, 6,6 rebotes y 14,2 de valoración. Bien, pero España necesitaba más.
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