Polonia acaba con el sueño de Bosnia
Un partido muy igualado se resuelve por el agotamiento de Bosnia, la lesión de Roberson y el talento de Jordan Loyd. Polonia está en cuartos, como en 2022, y jugará contra Turquía.


Es imposible, para un aficionado español, no ver la jornada del domingo, sea justo o no, como un último pequeño examen al muy decepcionante Eurobasket de la Selección. Es el día en el que juegan los cuatro que la eliminaron en el Grupo C; uno, el de Limasol, en el que solo había que evitar no ser el quinto de cinco porque la sexta iba a ser Chipre. España no lo pudo evitar, fue quinta y quedó fuera de los cruces de Riga. Así que, visto así, el domingo comenzó con otro pequeño sopapo: Bosnia no fue más allá, perdió con Polonia (80-72) y quedó eliminada. Luego, eso sí, Georgia reivindicó al Grupo C con una estupenda (y muy sonada) victoria contra Francia, una aspirante venida a menos.
Es Polonia, por lo tanto, la que estará en cuartos de final. Como en 2022: mucho mérito. Entonces derrotó a Ucrania en el primer cruce y después montó uno de los líos del torneo cuando dejó fuera, en cuartos y contra casi todos los pronósticos, al que era campeón, Eslovenia. Con Doncic hecho unos zorros, los polacos se dieron el gustazo de pelear por las medallas, aunque acabaron cuartos (perdieron contra Francia y Alemania, después).
Sirva ese recuerdo de 2022 como aviso para Turquía, en todo caso favoritísima para el martes en el primer cuarto de final que ya está cerrado. Alperen Sengun, Shane Larkin y compañía serán palabras mayores, pero Polonia ya ha cumplido con este triunfo en un cruce trampa que le obligó a deshuesar un partido durísimo contra una Bosnia que peleó hasta el final. Que, como contra Georgia, lo bordó de salida, mandó durante casi todo el partido y se vio en apuros en el último cuarto. La diferencia fue que Polonia sí sacó el martillo cuando había que hacerlo. Georgia no, y por eso (entre otras muchas cosas) España está eliminada.
Bosnia también ha cumplido. Llegó con problemas, se quedó sin Dzanan Musa por una cirugía abdominal y después de ganar a Chipre fue arrollada por España e Italia. Pero se levantó, aprovechó la ausencia de Giannis en el duelo con Grecia y superó a Georgia en su primera final. Objetivo cumplido, el paso que no se dio en 2022. La siguiente moneda, la de octavos, salió cruz. Y eso después de un inicio fabuloso (6-17 en el minuto 7) y de mandar hasta que Polonia colocó un 57-56 cerca del final del tercer cuarto. Por ahí ya se había agotado casi del todo el juego de pases, circulación rápida y tiros liberados que había bendecido el despegue inicial. Las fuerzas y los recursos se fueron acabando mientras Jusuf Nurkic boqueaba y John Roberson (19 puntos), cuyos triples salvaron varios malos momentos hasta entonces, se marchó cojeando y no volvió. Faltaban seis minutos y medio y el marcador era 70-66.
Desde ahí, los bosnios remaron a contracorriente. Se fueron descolgando paso a paso, golpe a golpe. Descosidos lentamente por una realidad a la que se opusieron con sus últimas fuerzas. Entre pérdidas impropias de una Polonia que pareció incapaz de cerrar el partido, hubo un triple fallado por Alibegovic con 95 segundos por jugar y 78-72 en el marcador. Después, la puntilla llegó en el enésimo rebote defensivo mal cerrado. Jordan Loyd rebañó la posesión extra y anotó una canasta fina, extraña en un final tan masticado. Ahí acabó el partido aunque quedaba un minuto.
Loyd, nacido en Chicago y jugador del Mónaco, está firmando un Eurobasket sensacional con Polonia. Terminó esta vez con 28 puntos y muchísima producción individual, en uno contra uno. Soluciones para un duelo de escobazos. Empezó mal, acelerado, pero irrumpió con 14 puntos en el segundo cuarto, cuando su equipo se mantuvo vivo (40-44 al descanso) a base de acciones individuales. Cuando hacía falta, estuvo. Y al final, sentenció. El otro motor de Polonia estuvo más persistente que fino, pero se hizo notar: Mateusz Ponitka acabó 19 puntos y 11 rebotes, malos porcentajes y muchos trastazos. Pero empujó. Entre los dos, finalmente, 47 puntos, 43 de valoración y un 17/19 en tiros libres que contrasta (24/29 total de Polonia) con el 11/20 de una Bosnia que además entregó 17 rebotes de ataque y apiló 14 pérdidas.
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Las pequeñas cosas, el extra de fuelle físico y el talento de sus referentes puso a Polonia un escalón por encima de Bosnia. Ni uno más, pero no hizo falta: el último cuarto fue una carrera a trompicones en la que salió victorioso el que pareció mejor, no por mucho, en esos minutos finales. A Bosnia le faltó, a Polonia no le sobró demasiado. Pero está en cuartos de final, objetivo cumplido y a pensar en Turquía. Palabras mayores... pero sin nada que perder.
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