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A vueltas con Knecht

El rookie fue traspasado de Lakers a Hornets y luego tuvo que volver tras el sainete de Mark Williams. Un viaje de pocos días que culminó conociendo a Pau y enfrentándose al equipo de LeBron en el All Star.

A vueltas con Knecht
HARRY HOW | AFP
Alberto Clemente
Alberto Clemente es licenciado en Historia y Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos. Empezó su andadura en el periodismo en Cadena SER, donde estuvo de mayo de 2018 a enero de 2019, desempeñando sus funciones en la web, dentro de la sección de deportes. Tras dicha estancia, pasó a formar parte de As, siendo parte de la sección de baloncesto.
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Dalton Knecht ha vivido unos días moviditos. Por decirlo suavemente. El joven jugador ha sido parte de un traspaso que le ha llevado lejos de Los Ángeles y de una cancelación que le ha permitido volver en una situación muy inusual en la NBA. Mark Williams, el pívot elegido por los Lakers para completar su plantilla después de quedarse sin juego interior en el histórico movimiento con el que ficharon a Luka Doncic (y en el que soltaron a Anthony Davis y Max Christie), no pasó el examen médico y fue devuelto a Charlotte tres días después de que se anunciara su llegada, algo que se hizo incluso de forma oficial. Algo muy poco común que tuvo como acción colateral el retorno de Knecht a los Lakers, además de la primera ronda de 2031 que los angelinos se ahorraron con los Mavericks y que usaron para el final del deadline. La situación rozó el surrealismo, pero el rookie se quedó donde estaba e incluso volvió a jugar a las órdenes de JJ Redick en la derrota ante los Jazz, la primera que ha sufrido Doncic con su nueva camiseta.

El mareo puede ser sideral y difícil de gestionar para un jugador que todavía no ha cumplido 24 años (lo hará el próximo 19 de abril) y que además está en su primera temporada en la NBA. Una en la que ha vivido los vaivenes típicos de un rookie en un mercado grande como Los Ángeles. Ya en pretemporada, con expectativas dudosas para el proyecto con el cambio de Darvin Ham por un novato como JJ Redick, demostró buenas habilidades para el lanzamiento, tras bote y sobre todo en catch and shoot. Y durante el inicio de la regular season fue al alza, contando cada vez con más minutos y la confianza de su entrenador. Algunas lesiones permitían que tuviera más hueco en la rotación y su figura fue cada vez más analizada: en su periplo universitario, pasó una temporada en Northeastern Junior College, dos con los Bears y una con los Volunteers, donde fue transferido en su último año.

Su nivel en su etapa universitaria fue, como en los Lakers, de menos a más. Cada vez creciendo más centímetros, ganando más peso en sus equipos y consiguiendo más protagonismo. En su última temporada, fue nombrado Jugador del Año de la Southeastern Conference tanto por los entrenadores como por Associated Press (AP). También ganó el premio a Debutante del Año de la SEC por AP, y fue galardonado con el Premio Julius Erving al mejor alero de la División I de la NCAA. Para rematar, se le incluyó en el mejor quinteto All-American consensuado. En su última campaña con los Bears logró 20,2 puntos y más de 7 rebotes de promedio. Con los Volunteers se fue a 21,7 tantos en 36 partidos, todos ellos de titular, además de rozar el 40% en triples. Parecía bastante claro que sería elegido en la primera ronda del draft y así fue, recalando en unos Lakers que le seleccionaron en el puesto 17. Más lejos de lo que se preveía, pero un regalo para los angelinos.

Era un buen destino para Knecht. Los Lakers ejercen ya de por sí una presión enorme por el hecho de ser una de las franquicias deportivas más importantes del mundo. Y a esto se añade el hecho de que iba a compartir vestuario con LeBron James (con el que sigue) y con Anthony Davis (con el que ya no). Pero la difícil predicción para los angelinos (de si iban a ser verdaderamente candidatos o no) y el hecho de que todas las luces y focos, por motivos obvios, se los llevara su compañero Bronny, podían jugar a favor de un Knecht que ha demostrado tener carencias defensivas, pero también algo con lo que es más fácil encontrar el camino en la NBA: puntos, lanzamiento y anotación. Así, el rooki se fue haciendo un camino entre los altibajos de su equipo, que encadenaba rachas geniales con otras en las que perdían de forma incomprensible. Lo que han sido todos estos años... hasta que dejaron de serlo.

La explosión y un traspaso frustrado

Knecht, que cumplirá 24 años el 19 de abril, fue mejorando paulatinamente. Sin prisa, pero sin pausa. Y tuvo destellos magníficos que le hicieron copar portadas en una ciudad como Los Ángeles, siempre encantada de encumbrar nuevas caras y posibles héroes. Primero anotó 18 puntos en la derrota contra los Cavaliers, una que sirvió más para que la gente aplaudiera a su mesías (LeBron) y al heredero del susodicho (Bronny) que anotó entonces su primera canasta en la NBA. Tras ello, llegaron una serie de encuentros más bien intrascendentes para el jugador, que salía más a pista en los conocimos minutos de la basura y se dedicaba a hacer lo que buenamente podía esperando esa oportunidad que la mejor Liga del mundo, que no espera a nadie, tampoco niega a quién desea disfrutarla. Otra cosa es cómo la gente se comporte cuando esto ocurre. Que se lo digan a Jeremy Lin, que hizo una carrera de más de 65 millones en contratos gracias a apenas un puñado de partidos en los que se convirtió en el centro del universo, con el brillo del Madison de inequívoco trampolín.

Es obvio que no estamos hablando del mismo jugador en el caso de Knecht (en fondo y forma, también si tenemos en cuenta la edad de cada cuál), pero tampoco se puede negar que el tirador de los Lakers ha tenido su momento y ya está en los ojos de más de uno. Que se cuenta con él. Del 13 al 21 de noviembre promedió 22,8 puntos y más de 4 rebotes, superando el 63% en triples y consiguiendo 27 tantos ante los Pelicans y 37, su mejor marca personal, contra los Jazz, contra los que se fue a un 10 de 17 en tiros de campo y a un 5 de 10 desde el exterior. Dos partidos después de esta racha, en la que se ganó los aplausos del Crypto Arena, logró dos actuaciones consecutivas de 20 puntos. Y no paró ahí, a pesar de bajar el pistón y contar con algo menos de minutos posteriormente. De hecho, todavía tuvo tiempo de llegar a los 18 en la victoria contra los Kings del 28 de diciembre y a los 24 un mes más tarde, el 28 de enero, en una derrota ante los Sixers en Philadelphia. Tras eso, jugó tres partidos más con los Lakers. Y luego, todo explotó.

El hecho de que Knecht tenga buenas cualidades para convertirse en un jugador de rol en un equipo concreto (ya veremos si ganador) no quita que fuera más que lógica su inclusión en el traspaso frustrado con el que los Lakers pretendieron fichar a Mark Williams. El 6 de febrero empezó una odisea que se convirtió en un sainete, pero que también afectó en demasía al rookie angelino. Ese día apareció como “inactivo” en los Lakers. Al día siguiente su nomenclatura era la misma, pero en la lista de los Hornets. Y, dos días después, todo volvió a la casilla de salida: el pívot no había superado el examen médico, cosa que ha impugnado posteriormente y que él mismo no se explica a pesar de que problemas físicos ha tenido siempre, disputando 43, 19 y 26 partidos en las tres últimas temporadas. Por lo que los Lakers se acogieron a una cláusula que decía que si los médicos de una franquicia consideraban que el jugador fichado no era apto, el traspaso se congelaba. Por lo que Knetch, el día 12 y tras viajar a Charlotte, veía desde el banquillo del Crypto Arena el debut de Luka Doncic como nuevo jugador de los Lakers. De estar asumiendo que le han traspasado, a volver a su lugar de origen antes de haberlo asumido. Más de 30 horas de avión y de 3.000 kilómetros. De ida y de vuelta, claro.

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Y eso no es todo: el rookie regresó a la acción en Salt Lake City con 10 puntos y ha contado con minutos (pocos), en todos los duelos que ha habido posteriormente. Pero, entre medias, se ha colado en el All Star, donde el nuevo sistema le enfrentó al equipo de LeBron (que no al jugador, que se bajó por problemas físicos) en el Fin de Semana de las Estrellas y conoció a Pau Gasol, leyenda del equipo al que el joven todavía pertenece. Como para cerrar el círculo y ponerle delante del que había sido y volvió a ser su compañero en un puñado de días que nunca habían tenido tantos cambios verbales. Ahora, la temporada sigue. Y la lógica dice que su papel disminuirá: los Lakers van 35-21. llevan 15 victorias en los últimos 19 partidos y están mostrando un nivel defensivo extraordinario. El hecho de que la entidad luche por recuperar la grandeza de tiempos pasados y sea considerada candidata al anillo puede hacer que Dalton Knecht no goce de tanto protagonismo. También que la defensa, que no es precisamente su mayor virtud, sea el pilar fundamental del sistema de juego. Pero nunca se sabe (puede haber lesiones, ausencias...) y debe estar preparado. Ya sabemos como juega y de lo que es capaz. Y está en los Lakers, a pesar de haber estado a vueltas de dar tantas vueltas. Ahí, donde la luz brilla más que en ningún otro lado y todos los sueños son posibles. Vaya si lo son.

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