NBA

Booker se hace de oro en los Suns

El escolta firma su tercera gran extensión d contrato con unos Suns en los que acaba de cumplir una década y de los que seguirá siendo, en otro trance de cambio, referente.

Devin Booker, durante un partido de la pasada temporada contra los Thunder.
CHRISTIAN PETERSEN | AFP
Juanma Rubio
Nació en Haro (La Rioja) en 1978. Se licenció en periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. En 2006 llegó a AS a través de iccwin247.com. Por entonces el baloncesto, sobre todo la NBA, ya era su gran pasión y pasó a trabajar en esta área en 2014. Poco después se convirtió en jefe de sección y en 2023 pasó a ser redactor jefe.
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La NBA, en una permanente edad de oro en lo económico, sigue disparando su salary cap. Esta cifra, el dinero que cada equipo puede invertir en los salarios de una temporada, saltará ahora de los 140,5 millones del pasado curso a los 154,6 del próximo, ya con los históricos nuevos contratos televisivos en vigor. Los dos últimos grandes acuerdos de TV, todavía el corazón de la riqueza de la liga, han sido el gran motor de un tiempo en el que todos están contentos (más o menos) porque a todos les llega ese dinero: la NBA está por encima de los 11.000 millones de ingresos anuales, el valor de las franquicias ha llegado a un promedio de casi 5.000 millones y los contratos de los jugadores están en una media de más de 12 millones.

Por poner un poco de perspectiva, en la temporada 2015-16, cuando los Warriors ganaron 73 partidos pero los Cavaliers les remontaron un 1-3 en las Finales, el salary cap estaba en 70 millones. En un año, y gracias a unos contratos de televisión revolucionarios (24.000 millones de dólares por nueve años: 2016-25), se saltó a 94,1. Un crecimiento que deformó tanto el mercado, con consecuencias negativas en los años siguientes, que en el último convenio se estableció que la subida del cap no podía ser de más del 10% y que se irían prorrateando, para crear un efecto menos vertiginoso, esas inyecciones traídas por unas televisiones que van a empezar un acuerdo con la NBA de once años (empieza esta próxima temporada) y 76.000 millones de dólares.

Los salarios, nuevos contratos y extensiones se calculan a partir del cap que se obtiene del BRI, basketball related income, todo el dinero que genera de forma directa el negocio de los partidos: de entradas y merchandising… a los derechos de retransmisión. Por eso, en esta dinámica de crecimiento permanente, de burbuja que nunca se pincha (y que incluso superó sin dramas para el largo plazo el duro tramo de la pandemia), cada verano se baten récords en los nuevos contratos. Ahora, en un puñado de días, hemos visto como Paolo Banchero (Orlando Magic, 22 años, número 1 del draft en 2022) ha firmado la mayor primera extensión (la del contrato rookie) de siempre: cinco temporadas y una cifra que parte de 239 millones y puede llegar, si alcanza ciertos criterios, hasta los 289. Una media de 57,4 en el nuevo dinero garantizado.

Unos días antes, el MVP, Shai Gilgeous-Alexander (26 años), aseguró su futuro con el campeón, Oklahoma City Thunder, con una extensión de cuatro años y 285 millones de dólares que le garantiza un total, con las temporadas que ya tenía de actual vínculo con la franquicia azul, de seis años y 360,8 millones. En el ultimo (2030-31), Shai llegará a los 75,4 millones, la cifra más alta en una temporada, por ahora, y ya en las puertas del millón por partido de regular season, un tope (cada equipo juega 82) que se habría considerado ciencia-ficción hasta hace solo unos años. Los cuatro años de extensión de Shai colocaban al base canadiense en la media salarial más alta de la historia: 71,2 millones.

La hora de Devin Booker y los Suns

Un récord increíble… que solo ha durado unos días. Devin Booker (28 años) acaba de firmar una extensión de dos temporadas y 145,3 millones con Phoenix Suns. De media, 72,6 millones. Otra vez, lo nunca visto. Booker ya tenía asegurados tres años más por 171,2 millones (el próximo se llevará 53,1), ahora añade otros dos (2028-30), hasta sus 33, por esos 145,3 que le darán, respectivamente, 69,8 y 75,4. En total, son cinco años garantizados por 316,6 millones. La extensión empezará (2028-29) en el 35% del salary cap, así que la cifra total puede no llegar a ese techo de 145,3: para esta temporada el cap sí ha crecido el 10% máximo, pero el cálculo para la siguiente habla de una subida del 7%.

Booker fue número 13 del draft en 2015, así que ya ha cumplido una década (2015-25) en unos Suns de los que es máximo anotador histórico (16.452 puntos en regular season). Ha jugado, sin contar playoffs, 673 partidos, a 225 del récord que sigue teniendo Alvan Adams con los de Arizona. El pasado curso promedió 25,6 puntos, 4,1 rebotes y 7,1 asistencias con su peor cifra en porcentaje de tiro (46,1%) en siete años. Él y Giannis Antetokounmpo son los únicos jugadores de la NBA que al menos 25 puntos por partido en las siete últimas temporadas.

Booker ganó en sus cuatro años como rookie (2015-19) unos ocho millones de dólares. Su primera extension (firmara en 2018, en vigor en 2019) fue por cinco años y 158,2 millones. En 2022 firmó otra por cuatro y 220,4. Si se suma la actual, tendrá ya garantizados en su carrera, y solo en contratos con los Suns (tramo 2015-30) casi 532 millones. El escolta de Michigan que jugó una temporada universitaria en Kentucky, es desde luego uno de los mejores jugadores de la NBA, pero sus últimos pasos han sido decepcionantes para lo que se esperaba de un talento que tendría que estar sostenidamente entre los diez mejores de la competición… como poco. Ese era su techo. Hasta ahora, ha sido cuatro veces all star (la pasada temporada, no) y ha entrado en dos equipos All NBA, el Primero en 2022 y el Tercero en 2024. Además, ha sido oro olímpico con el Team USA en los dos últimos Juegos, Tokio y París.

Booker era uno de los líderes (él el joven, Chris Paul el veterano) de los Suns que llegaron a las Finales en 2021, se pusieron 2-0 (a dos pasos del primer anillo de la franquicia)… y perdieron cuatro partidos seguidos, y el título, contra los Bucks de un rabioso (y colosal) Antetokounmpo. En la siguiente temporada (2021-22), ganaron 64 partidos (64-18) pero se estrellaron en segunda ronda del Oeste contra los Mavs de Luka Doncic, después de tener ventajas de 2-0 y 3-2 y con un históricamente malo séptimo partido en su pista (27-57 al descanso, 90-123 final). Doncic se acabó convirtiendo, en esos años, en némesis de Booker y unos Suns que, a partir de ahí, perdieron el hilo.

Mat Ishbia compró la franquicia y se metió en un proyecto ultra ambicioso que desmontó el equipo casi campeón (fueron saliendo Paul, Mikal Bridges, Cam Johnson, DeAndre Ayton…) y llegaron, en dos traspasos en formato all in, Kevin Durant y Bradley Beal. Con el primero, los Suns ganaron solo una ronda de playoffs en 2023, unas eliminatorias en las que Booker jugó a un nivel extraordinario (33,7 puntos, 4,8 rebotes y 7,2 asistencias). Ya con el (solo teórico) big three Booker-Beal, Durant, las dos siguientes temporadas resultaron una decepción histórica: 49 y 36 victorias (36-46), una eliminación en primera ronda y un curso sin playoffs, el pasado, pese a ser uno de los equipos más caros de siempre: más de 366 millones entre salarios (214,3) y multas por exceso (152) en un curso en el que, conviene recordarlo, el cap estaba en 140,5 millones. Todo eso para ni jugar playoffs.

Con el futuro (rondas de draft, cuentas salariales) amortajado por esa apuesta imposible de Ishbia, los Suns se han metido en una reestructuración total que, era innegociable, tenía que tener a Booker como eje aunque hubo rumores de traspaso, en lo que habría sido un derribo integral, del escolta. Sí salió Durant, traspasado a los Rockets y se irá con un buyout histórico Beal, un contrato terrible para su bajo rendimiento y sus constantes problemas físicos, pero uno con cláusula antitraspaso, un factor de poder para el ex de los Wizards que complicaba todos los movimientos de unos Suns que cortarán por lo sano. Hay nuevo general manager, Brian Gregory, y nuevo entrenador, Jordan Ott. El cuarto en cuatro años. Todos recibiendo dinero en salarios o finiquitos del equipo, otra gestión muy difícil de sostener.

Ha llegado, con el pick 10 del draft recuperado en la operación Durant, Khaman Maluach. Un traspaso ha traído al pívot Mark Williams, el que casi ficharon los Lakers en febrero, y también gracias al movimiento por KD con los Rockets aterrizaron Dillon Brooks y Jalen Green, un 2 del draft cuyo talento sigue sin explotar del todo pero un factor a tener en cuenta, para bien o para mal, en el nuevo futuro de unos Suns que serán muy distintos, gastarán menos y partirán de expectativas muy rebajadas. Pero que tendrán, un año más, a Devin Booker, como alfa y omega. Ahora con la nueva extensión y sin Durant en el vestuario, el jugador franquicia de forma incontestable para, como mínimo, el medio plazo de una franquicia en busca de una nueva identidad.

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