Cooper Flagg muestra por primera vez sus credenciales ante Bronny
El número 1 del draft debuta con los Mavs con poco acierto en el tiro, pero demostrando que es un jugador capaz de influir en todas las facetas del juego.


Por fin llegó el día. Cooper Flagg, flamante número 1 del draft elegido por los Dallas Mavericks, una de las mayores promesas del baloncesto estadounidense en décadas, hizo su debut a nivel NBA. El escenario, la Summer League en Las Vegas. Con las entradas más caras de la historia para un partido de pretemporada. Enfrente, Los Angeles Lakers y Bronny James. Como espectáculo televisivo poco más se puede pedir a estas alturas del año. Como espectáculo deportivo, nos permitió ver por primera vez en acción a la joven superestrella en el baloncesto profesional y su debut fue algo más que una simple estadística, nada espectacular por cierto.
Ganaron los Mavs 87-85 y Flagg se guardó la mejor jugada del partido precisamente para decantar el partido hacia su equipo. Un tapón llegando desde el lado débil seguido de una transición, entrada a canasta con tres rivales encima y asistencia a Ryan Nembhard para el triple ganador. Acción determinante en defensa y en ataque. Actividad constante, manejo de balón en carrera, visión de juego... Un jugador total que, sin embargo, jugó “uno de los peores partido” de su vida, según sus propias palabras.
Flagg seguramente se refiera al mal día en el tiro. Acabó con 10 puntos en 31 minutos, pero con un 5/21 en tiros y un 0/5 en triples. Se quedó en solo 2 aciertos en 17 intentos desde media y larga distancia. Desde luego no fue un partido para recordar en ese sentido. Aunque alguna de sus canastas provocaron el asombro de la grada, con mates realmente espectaculares. Sin ir más lejos, sus dos primeros puntos llegaron en un contraataque conducido por el mismo tras robar un balón y finalizarlo con una potencia tremenda.
COOPER FLAGG'S FIRST BUCKET IN A MAVS UNIFORM IS A BIG-TIME SLAM ‼️ on ESPN
— NBA (@NBA)
Pero quizá lo más llamativo del encuentro fue ver cómo los Lakers hacían dobles coberturas sobre Flagg en campo contrario cuando éste subía el balón. Desde el principio del partido. Ya fuera una muestra de respeto, una forma de intentar sacarle del partido o una excentricidad táctica, el caso es que el nuevo jugador de Dallas vio cómo su rival no le regalaba ni medio palmo de terreno. Las instrucciones estaban claras. A este chico de 18 años ni agua. “Cuando tienes a alguien como Cooper, que puede manejar, puede tirar, puede pasar, quieres que el balón esté en sus manos. Es estupendo en la toma de decisiones, lo hacía en Duke y en el instituto. Va a cometer errores, a todos nos ha pasado. Pero creo que su equilibrio con 18 años es algo increíble”, explicaba Jason Kidd en el descanso.
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