NBA | Draft 2025

Flagg, un ‘milagro’ para olvidar a Doncic

Los Mavericks se llevaron un número 1 del draft totalmente improbable y ya tienen en sus filas a un jugador con techo de estrella generacional.

Cooper Flagg, durante un Duke-Alabama de la pasada temporada en la NCAA.
PATRICK SMITH | AFP
Juanma Rubio
Nació en Haro (La Rioja) en 1978. Se licenció en periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. En 2006 llegó a AS a través de iccwin247.com. Por entonces el baloncesto, sobre todo la NBA, ya era su gran pasión y pasó a trabajar en esta área en 2014. Poco después se convirtió en jefe de sección y en 2023 pasó a ser redactor jefe.
Actualizado a

Como estaba cantado, realmente no podía ser de otra manera (ni siquiera Nico Harrison, el ejecutivo que no quiso a Luka Doncic, podía ver este asunto de otro modo), Dallas Mavericks eligió a Cooper Flagg con el número 1 del draft. Una certeza desde que el pasado 12 de mayo, la lotería decidió ponerse más caprichosa que nunca para escribir uno de los capítulos más extraños de la historia de la NBA. Una montaña rusa con una franquicia, Dallas Mavericks, y su masa social metida en uno de los vaivenes más increíbles que ha visto la competición.

El 2 de febrero, los Mavs conmocionaron al mundo, a su mundo más que a ningún otro, con el traspaso de Luka Doncic a los Lakers. Un movimiento suicida que abrió una etapa de guerra civil, con los aficionados indignados con Harrison y los que habían aprobado su actuación, unos nuevos propietarios cuyos intereses y actitud generan muchas dudas en Dallas, la familia Adelson (magnates del juego) con Patrick Dumont como cabeza visible tras poner el dinero suficiente para quedarse con el equipo sin que Mark Cuban, aunque este vendió lo contrario, tuviera voz en las decisiones deportivas. La salida de Doncic fue la prueba. Cuando los Mavs perdían dinero a chorro y veían como sus abonados se saltaban la campaña de renovación y la imagen de la franquicia bajaba hasta sus mínimos históricos, la lotería del draft se puso caprichosa: los Mavs se llevaron el número 1, una vía directa para elegir a Cooper Flagg. La nueva gran sensación, un proyecto de jugador generacional.

Los Mavs partían con solo un 1,8% de opciones. Y eso después, la primera carambola, de ganar un desempate por moneda al aire para acabar con un 0,1% más de opciones de los Bulls, que terminaron la regular season con el mismo balance (39-43). Ese undécimo puesto en vez de duodécimo de cara a la lotería, 1,8 en vez de 1,7%, acabó valiendo el número 1 para una franquicia que, de la nada, recibió un billete de lotería premiado, el gordo: la posibilidad de empezar de cero, el tipo único de ilusión que podía hacer olvidar, al menos abrir el proceso de sanación, la salida de Doncic. Los aficionados de los Mavs siguen sin perdonar a Dumont y Harrison, pero han encontrado una razón para poner los cinco sentidos otra vez en el equipo. Y eso ya es mucho.

Un jugador sobre el que construir

Los Mavs habían acudido 17 veces a la lotería y nunca habían subido en ella ni una posición. Está vez dieron el salto más grande la historia de este sistema, diez puestos (del 11 al 1) y Flagg, de repente, a mano. Un jugador de techo tan alto, de posibilidades tan grandes, que los Mavs ni se plantearon usar esa elección para tantear un mercado por el que en primavera rondaba Giannis Antetokounmpo. Pero un equipo que vendió la salida de Doncic como esfuerzo para ganar ya, cuanto antes en el cortísimo plazo (Anthony Davis, Klay Thompson, el ahora lesionado Kyrie Irving…), ni debatió nada que no fuera mantener el pick, elegir a Flagg.

Porque en su año en Duke, Flagg (Rookie del Año y Jugador del Año en la poderosa ACC) no hizo más que confirmar que se trata de un talento generacional, especial. El escrutinio y la presión de las expectativas no hicieron mella en él: 19,2 puntos, 7,5 rebotes y 4,2 asistencias por partido con un porcentaje en triples muy mejorado que acabó superando el 38% en la parte final de una temporada que para Duke acabó en la Final Four, en la semifinal contra Houston.

Un año por detrás de lo que le debería corresponder, demostró que está preparado para los focos y que es un jugador listo para ser importante en la NBA prácticamente desde el primer día. Es un alero/ala-pívot de 2,06, con una estructura física muy fuerte, que tendrá a medio plazo un físico perfecto para jugar casi en cualquier posición en la NBA. En defensa (un aspecto en que sus posibilidades son ilimitadas) será importante ya como rookie. Y en ataque todavía tiene que crecer (asentarse como tirador, aprender a manejarse como generador de sus puntos...) pero no parece que haya nada fuera de su alcance: con la bola en las manos, jugando en transición (algo que será una especialidad desde el primer día, también) e incluso como tirador. Pasa bien y tiene feeling, IQ: conocimiento del juego. Se trata, en definitiva, de uno de esos jugadores con los que todas las franquicias sueñan, por los que se aprieta en el tanking. De los que tienen rango de posibles megaestrellas, de transcendente de verdad.

Una estrella... un año por delante

Cuando tenía 16 años (ahora, 18) aprovechó su fecha de nacimiento (21 de diciembre de 2006) para adelantar el futuro. En principio, se le esperaba como cantado número 1 del draft de 2026. Pero ha acabado siendo el cantado número 1 del de 2025 porque, por haber nacido casi al final del año, estaba entre dos generaciones académicas. Así que adelantó un año su graduación en el instituto, a 2024 en vez de a 2025, para ir a college (con Duke) también un año antes y saltar a la NBA en un futuro acelerado cuyo siguiente capítulo es ya, en este draft a cuyo número 1 llegaron dando tumbos y de forma inesperada (venían de ser finalistas de la NBA… con Doncic), Dallas Mavericks.

A nivel académico, tuvo que concentrar el trabajo y los resultados de dos años en uno, algo en la que ya tienen experiencia en su instituto, foco de atracción de grandes promesas del baloncesto. Los últimos, Jalen Duren y R.J. Barrett. Nacido en Maine, Flagg jugó antes de la universidad en el prestigioso Montverde Academy de Florida.

Con el cambio de curso, adelantó su año en College, donde superó el reto de rendir con mucha expectación puesta en él y con solo 17 años, un hándicap sobre todo en lo físico que él no acusó por sus excepcionales condiciones. Este acelerón, que para él ha funcionado a las mil maravillas, salió mal a jugadores como G.G. Jackson o Emoni Bates, que pasaron de aspirantes a top 5 a irse a la segunda ronda del draft. Pero fue bien, muy bien para Jamal Murray, R.J. Barrett o Anthony Edwards. Shaedon Sharpe y Jalen Duren aspiraban al número 1 de 2023. Adelantarse a 2022 no les penalizó de forma dramática: fueron 7 y 13. La ventaja, claro, es obvia: se llega un año antes a la NBA, a los contratos profesionales, las futuras extensiones y las grandes oportunidades publicitarias. Flagg tenía claro que tenía que aprovechar esa hoja de ruta, aunque en su año en Duke se llevó, en la edad de oro de los derechos NIL, unos 28 millones de dólares gracias sobre todo a sus contratos New Balance y Fanatics.

Flagg será más cosas en la NBA, pero sobre tiene que ser, como mínimo, un extraordinario jugador defensivo: mucha envergadura pero también mucha velocidad y capacidad para defender en las cinco posiciones de la pista. Sus progresos han sido además constantes como tirador y ya es un excelente finalizador de jugadas. Tiene mentalidad de jugador de equipo y disfruta haciendo cosas, pequeñas y grandes, para que su equipo gane. En cuanto afile más su muñeca (está en ello), el manejo de la bola y su capacidad para generarse sus puntos, será un jugador total que ni siquiera tendrá posición definida en pista.

Los aficionados españoles quizá lo recuerden por el Mundial Sub-17 de 2022, en Málaga. Estados Unidos derrotó a España en una vibrante final en la que Flagg acabó con 10 puntos, 17 rebotes, 8 robos, 4 tapones y 30 de valoración. Estuvo en el Mejor Quinteto (el MVP fue Izan Almansa) y promedió en el campeonato casi 10 punto, 10 rebotes, 2,9 tapones y 2,4 robos por partido para 19,4 de valoración en 19,6 minutos de media en pista. Tenía, conviene recordarlo, 15 años y era un torneo Sub-17. Ahora, ya es uno de los números 1 más esperados de toda la historia de la NBA. Y jugará en Dallas Mavericks.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de . ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic

Etiquetado en:

Comentarios
Normas

Rellene su nombre y apellidos para comentar

Te recomendamos en NBA