NBA | Thunder 103 - Pacers 91

Jalen Williams, un “hombre del Renacimiento” para el campeón

El escolta ha roto a jugar en su tercer año en la NBA, convirtiéndose en la segunda estrella que necesitaban los Thunder.

Jalen Williams #8 of the Oklahoma City Thunder celebrates during the fourth quarter against the Indiana Pacers in Game Seven of the 2025 NBA Finals at Paycom Center on June 22, 2025 in Oklahoma City, Oklahoma.
Fernando Faucha
Nacido en Madrid en 1987. Licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Entró en AS en 2010 en la sección de fútbol. En 2014 pasó a formar parte de AStv, en donde ejerció como redactor y montador. Ya en 2018 recaló en su actual ubicación, la sección de baloncesto, donde escribe de ACB, Euroliga, NBA, Selección española...
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Cuando en los primeros meses de la temporada que acaba de terminar, Chet Holmgren se lesionó en la cadera, los Oklahoma City Thunder se encontraron con un contratiempo importante. No era solo que uno de sus mejores jugadores quedara fuera de juego para unas cuantas semanas, es que esa baja coincidió en el tiempo durante algunos partidos con la de los otros dos hombres grandes de la plantilla, Isaiah Hartenstein y Jaylin Williams. ¿A quién iba a poner de cinco Mark Daigneault? El entrenador lo tuvo claro: a su escolta de 1,98 metros, Jalen Williams.

En una NBA en la que las posiciones cada vez importan menos, en la que se tiene más en cuenta que nunca la capacidad para hacer cosas diferentes, para adaptarse a roles distintos, Williams es el jugador perfecto. En ese tramo de temporada se las tuvo que ver con Ivica Zubac, Giannis Antetokounmpo, Victor Wembanyama... Todos ellos jugadores que le sacaban unos cuantos centímetros. Y no hubo ninguno que no tuviese que sudar la gota gorda, pelear por cada centímetro que pretendía ganar en el cuerpo a cuerpo para acercarse al aro. Porque Jalen Williams puede que no sea muy alto, como se encargaron de recordarle desde que empezó a jugar al baloncesto con 5 años. O como cuando estando en el colegio, el instituto o la universidad, los ojeadores siempre pensaban que le faltaba algo para llegar a lo más alto. Pero lo que sí es Jalen Williams es fuerte, duro, tiene unos brazos larguísimos (en el combine de la NBA le tuvieron que medir once veces para estar seguros de que lo habían medido bien) y, por encima de todo, es inteligente y tiene una ética de trabajo superior a la media.

Con esos ingredientes se ha convertido en el segundo mejor jugador de los Oklahoma City Thunder, el nuevo campeón de la NBA. Una suerte de Scottie Pippen a la sombra (cada vez menos) del líder y MVP Shai Gilgeous-Alexander, que sabe que está en buenas manos si necesita tirar de su lugarteniente. En lo que sea: “Sería idiota ponerle un techo en lo bueno que puede ser”. Un jugador capaz de defender desde el base y hasta el pívot rival, que puede subir el balón y organizar el ataque, que roba, que tapona, que se puede convertir en el mejor anotador del equipo. “¿Quién más puede hacer eso en la liga? Supongo que hay una lista, pero debe ser muy corta", comenta Daigneault, que define a su pupilo como un “hombre del Renacimiento.

Los Lakers y Kobe como ejemplo

Williams llegó a la NBA hace tres años, elegido por los Thunder en el número 12 del draft. Desde entonces no ha parado de mejorar en todas las facetas del juego. Este año le han reconocido ese crecimiento jugando su primer All Star y siendo incluido en el tercer mejor quinteto de la temporada y en el segundo defensivo. Ha promediado 21,6 puntos, 5,3 rebotes, 5,1 asistencias, 1,6 robos y 0,7 tapones, todos récords personales desde que está en la mejor liga del mundo. Su obsesión por mejorar, por demostrar más de lo que esperan de él, viene seguramente de la diferencia desfavorable de altura con la que siempre ha tenido que luchar y con su idolatría hacia Kobe Bryant. Seguidor de los Lakers, afición heredada de su padre, un fanático del equipo angelino, siempre tuvo a la Mamba Negra como espejo en el que mirarse.

Ese paso adelante constante, también desde que está en Oklahoma, le ha convertido en una estrella de la NBA, algo que pocos por no decir ninguno, habrían pronosticado hace unos años. Su nuevo estatus es el que ha llevado a los Thunder a una nueva dimensión. De ser un buen equipo, prometedor, con mimbres para hacer algo importante, a una máquina prácticamente perfecta que acaba de completar la tercera mejor temporada de siempre en número de victorias totales (84). Cuando Jalen Williams juega a su mejor nivel, cosa que cada vez hace con más asiduidad, y lo combinas en pista con el MVP Shai, los Thunder se convierten en un equipo prácticamente imbatible.

“La grandeza de Jalen es el resultado de todo lo que hace. El baloncesto es un deporte complejo. No puedes ser bueno en una sola cosa y ser un gran jugador, pero él es bueno en todo”, explica Daigneault. Un Scottie Pippen del siglo XXI. Una segunda espada de auténtico lujo para el nuevo campeón de la NBA.

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