Boston Celtics

Los Celtics ponen el cartel de transferible a casi todos

Jayson Tatum es el único que no se pondrá a la venta en Boston Celtics, que se enfrenta a un verano en el que deberá recortar salarios para cumplir con los ‘apron’ de la NBA.

Los Celtics ponen el cartel de transferible a casi todos
AL BELLO | AFP
Mike Maestre
Nació en Madrid en 1992. Cursó estudios en Periodismo en la Complutense de Madrid. Entró a AS en 2017 y se zambulló en Baloncesto. Y ahí sigue, entre NBA, ACB, LEB, competiciones internacionales... Ha trabajado, además de aquí, en MARCA, NBAmaniacs, EuroSport, la revista Gigantes o las retransmisiones de Euroliga.
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Boston puede sufrir una severa reestructuración de cara a la próxima temporada, una como pocas veces se ha visto antes para un conjunto bien plantado en el Este, que se ha demostrado que se ha mantenido con éxito a la larga y cuya mejora durante varios años le llevó a lo más alto del baloncesto mundial. Se encaminan hacia ello. El varapalo sufrido en las semifinales de conferencia frente a los Knicks, donde cedieron dos partidos en el Garden y acabaron muertos por culpa de la grave lesión de Tatum, cambia el panorama todavía más de lo que se preveía. La plantilla no era sostenible más allá de este verano por los salarios que carga, hasta ahí todo normal y planificado, pero Brad Stevens -antes, entrenador; ahora, presidente- se aventura a analizar las opciones de mercado de casi todos sus jugadores menos uno.

apunta que todos los jugadores menos Jayson Tatum son transferibles. El alero de Misuri, de 27 años de edad, disfrutará a partir de ahora de un nuevo contrato de cinco temporadas, derivado del anterior y mejorado con una sencilla negociación, por el cual va a percibir un estimado de 313 millones de dólares. Haberse roto el tendón de Aquiles derecho en el cuarto partido de la mencionada eliminatoria con los Knicks no le va a alejar del foco: es el jugador alrededor del cual se construye todo, aunque lo más que probable es que no regrese a la acción en las pistas hasta bien avanzado 2026. Es la cara de los Celtics, sin discusión, y tanto en la directiva como Joe Mazzulla en el banquillo se trabajará en esa línea: acomodar el batallón a lo que él le venga mejor. El objetivo no es otro que ganar otro Anillo en el medio plazo, repetir las sensaciones de absoluto dominio con las que finalizaron la pasada campaña y llevarlas más allá.

Tatum es el intocable. Y, a partir de ahí, incógnitas. Los traspasos deben ser un hecho. El más factible en términos contractuales es el de Kristaps Porzingis por las condiciones que le avalan: el próximo año es libre, los treinta millones que cobrará son soportables si el equipo que le absorbe puede alcanzar un acuerdo beneficioso a futuro.

El otro elemento sobre el que habían orbitado los cambios hasta este momento es Jrue Holiday. Pegamento, arma de doble filo, estrella, pero al escolta de 35 años le restan 104,4 millones por cobrar en tres cursos. Su gran trabajo no le exime de tener un sueldo que los Celtics no se pueden permitir. La cuenta sencilla para Stevens es que, con 227, son la franquicia que más tiene que recortar su masa salarial para tener algo de manejo en un año en el que, sin Tatum, será complicado competir por el título. Que es otro aspecto a tener en cuenta. Superadísimo el primer tope del convenio, el segundo se les va por veinte millones.

Mazzulla se puede encontrar con un plantel bastante distinto al que les elevó a los altares, primero a Udoka y después a él. Una temporada que no se podrá calificar de transición en un débil Este y siendo los Celtics, con potencial hasta en sus momentos más bajos, queda por delante. Y los rivales, encantados de aprovechar la situación.

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Desde que se conoce que ésta va a ser la forma de trabajar no sólo por los nombres mencionados se han recibido ofrecimientos, que no ofertas, para negociar cuando llegue el momento. El que peor parado queda es el MVP de las Finales y segundo rostro más importante del proyecto, Jaylen Brown. El de Georgia cobrará 236,1 millones en los próximos cuatro años y es otra amenaza para la viabilidad económica en un momento de absoluto descontrol en la NBA en este sentido. Titular indiscutible al lado de Tatum, la todavía vigente temporada la acabó con cuestionables porcentajes en tiros de dos y tres puntos y fuera del All-Star. Su salida supondría el derrumbe de una estructura de la que es pilar desde 2016, cuando fue escogido. No es el único en la agenda de los rivales. Derrick White, un auténtico portento a la hora de defender jugadores exteriores y que ha casado a la perfección con el ataque vertiginoso que propone Boston, sello de identidad en los dos lados de la pista, es otro de los mencionados, dado que sólo la próxima temporada se situará en 28,1 de nómina. La otra herramienta válida con la que Stevens contará es el tirador Sam Hauser, sexto que más cobra y último que se sitúa en más de una decena de millones por año. Por otra parte, sin contrato y pensando en una posible retirada después de cumplir 39 años, queda por despejar la incógnita del pívot dominicano Al Horford. Con ese mercado debes jugar sus cartas los Celtics, no sólo para la 2025/26 sino para lo que vendrá más tarde. Tarea complicada.

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