NBA

Nico Harrison, ‘don erre que erre’

El ejecutivo de los Mavericks aprovechó la elección de Cooper Flagg como número 1 del draft para apuntarse un tanto con recuerdo al traspaso de Luka Doncic a los Lakers.

Nico Harrison, durante el primer partido de Doncic en Dallas, con los Lakers.
Jerome Miron
Juanma Rubio
Nació en Haro (La Rioja) en 1978. Se licenció en periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. En 2006 llegó a AS a través de iccwin247.com. Por entonces el baloncesto, sobre todo la NBA, ya era su gran pasión y pasó a trabajar en esta área en 2014. Poco después se convirtió en jefe de sección y en 2023 pasó a ser redactor jefe.
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Como en Don Erre que Erre, la película de los años setenta en la que el personaje de Paco Martínez Soria no paraba hasta salirse con la suya, Nico Harrison ha decidido hacer de su capa un sayo en los Mavericks. El citado personaje, Don Rodrigo Quesada, era según la Wikipedia “un hombre conocido en el barrio por su contumacia y terquedad. Una persona de ideas fijas”. Del mismo modo, Harrison no aprovechó para enterrar ciertas hachas de guerra la maravillosa carambola que, seguramente sin merecerlo él en el plano profesional, pudo salvar su carrera como ejecutivo.

Los Mavs, con menos del 2% de opciones de lograrlo, se hicieron con el número 1 del draft. No uno cualquiera: el que abría las puertas de par en par a la elección de Cooper Flagg, una de las principales promesas en la historia moderna de la NBA. Una de las mayores desde LeBron James, para no pocos a la altura de lo que supuso, entonces para San Antonio Spurs, el número 1 que valió el derecho a elegir a Victor Wembanyama. Y no en un momento cualquiera: los Mavs estaban descosidos, con clima de guerra civil entre los nuevos propietarios, y unos ejecutivos calamitosos con Harrison a la cabeza, y una afición descorazonada después del traspaso de Luka Doncic a los Lakers. Y, de paso, también de todo lo que Harrison y Patrick Dumont, la cabeza visible de los nuevos dueños, filtraron y dijeron después de la operación. En general, gasolina en el fuego.

Pero los Mavs, porque en el deporte no hay moralejas, ganaron la lotería desde esa casi, casi imposibilidad estadística y se hicieron con Flagg. Y nada más certificar una elección cantada (solo habría faltado…) Harrison dejó una frase que ha sido criticada de forma masiva en el entorno de los Mavs porque en vez de dejar atrás todo lo que pasó con Doncic, suena a reto y reivindicación de sí mismo. Precisamente con un tema que fue puro azar y con el que él no tuvo nada que ver, obviamente (el movimiento de las bolas en el bombo de la lotería): “La suerte sonríe a los valientes. Estas cosas pasan, ahora vienen tiempos muy emocionantes para nosotros”. Con los valientes se refiere a sí mismo, claro, y a su decisión de deshacerse de Doncic sin peinar ni siquiera de forma conveniente el mercado.

A Harrison también le preguntaron si creía que con este golpe de suerte se empezaría a rebajar un poco la tensión y la crispación que había, sobre todo dirigida a él, en el entorno de los Mavericks. Y quiso ser optimista: “Eso espero, al menos un poco creo que sí”. Las cosas, por ahora, no van en esa dirección, aunque es obvio que si el equipo gana partidos y Flagg enseña trazos de la megaestrella que puede ser, la afición recuperará la ilusión y tendrá menos presente otros asuntos. Es ley de vida. Por ahora, sin embargo, han seguido las críticas a Harrison. Muchos, de hecho, pidieron su salida de la franquicia cuando se ganó la lotería porque consideraban que no podía ser el ejecutivo que dirigiera un momento de repente tan prometedor, con tantas posibilidades para el futuro.

Tampoco ayuda que, en la misma comparecencia, asegurara que espera que los aficionados estén empezando a compartir su “visión. Como si parte de su visión cuando propició la operación Doncic fuera contar con el 1,8% de opciones que ha permitido que Cooper Flagg llegue a los Mavs.

Harrison sí que fue muy claro a la hora de acabar con los rumores en torno a Jason Kidd, el entrenador que llevó a los Mavs a las Finales en 2024 (con Luka Doncic como referente). Kidd seguirá en Dallas y no se irá a Nueva York, donde los Knicks siguen buscando sustituto para Tom Thibodeau: “Ah, pero ¿todavía se hay rumores de que puede ir a los Knicks? Pensaba que ya había acabado con ellos. Pero, insisto: Jason Kidd seguirá siendo nuestro entrenador la próxima temporada”.

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