NBA

¿Qué demonios va a hacer LeBron James?

Las filtraciones y las palabras de Rich Paul después de que la estrella ejecutara su ‘player option’ hacen pensar que se busca forzar un traspaso a un nuevo destino. ¿El fin de una era?

LOS ANGELES, CALIFORNIA - APRIL 19: LeBron James #23 of the Los Angeles Lakers reacts during warm up prior to the game against the Minnesota Timberwolves in Game One of the Western Conference First Round NBA Playoffs at Crypto.com Arena on April 19, 2025 in Los Angeles, California. NOTE TO USER: User expressly acknowledges and agrees that, by downloading and or using this photograph, User is consenting to the terms and conditions of the Getty Images License Agreement.   Ronald Martinez/Getty Images/AFP (Photo by RONALD MARTINEZ / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP)
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Alberto Clemente
Alberto Clemente es licenciado en Historia y Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos. Empezó su andadura en el periodismo en Cadena SER, donde estuvo de mayo de 2018 a enero de 2019, desempeñando sus funciones en la web, dentro de la sección de deportes. Tras dicha estancia, pasó a formar parte de As, siendo parte de la sección de baloncesto.
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LeBron James ha ejecutado su player option de 52,6 millones de dólares para seguir en activo una temporada más. Será la 23ª de su extensa y eterna carrera deportiva, lo que le convertirá en el que más ha disputado de la historia en solitario, superando en el historial a Vince Carter. Pero, ¿realmente pasará el Rey un año más con los Lakers? Esa es la gran duda que ha surgido tras el anuncio en el que se ha acogido a la opción de jugador con la que seguirá jugando al baloncesto al más alto nivel. Entre otras cosas, por las palabras de Rich Paul, agente y hombre de máxima confianza del jugador, y las filtraciones de ese entorno que siempre ha acompañado a una estrella que lucha contra el tiempo y la lógica y que ha hecho suya la mejor liga del mundo, de la que lleva más de dos décadas siendo un absoluto y total referente. A veces de forma compartida y otriccwin247.como único rostro.

La situación es la siguiente: los rumores y lo que se ha filtrado indican que LeBron quiere buscar un nuevo anillo antes de afrontar su retirada, una que parece no llegar nunca pero que será real en algún momento por algo que es una realidad como un templo: que todo se acaba. Y lo que indican estas nuevas informaciones es que el jugador opina que en los Lakers ya no va a tener esa oportunidad de conquistar el campeonato, que sería el quinto en su cuenta particular, una cifra que le igualaría en el escalafón con otras grandes leyendas más o menos contemporáneas como Kobe Bryant, Tim Duncan o Magic Johnson. Algo que es una obsesión para un hombre que ha disputado 10 Finales, una cifra que sólo se puede comparar a Kareem Abdul-Jabbar y a los prehistóricos Celtics de Bill Russell y sus compañeros.

Ahora bien: esto deja dos vertientes abiertas. Por un lado, LeBron no ha perdonado dinero, lo que deja atados a los Lakers de pies y manos, sin margen salarial para firmar algo que no sean contratos mínimos para reforzar posiciones concretas. Y con esto, considera que los angelinos, que tienen en la plantilla a nada menos que a Luka Doncic tras el traspaso que hizo tambalearse los cimientos de la NBA, no están para ganar el anillo. En una competición abierta, que ha tenido siete campeones distintos en los últimos siete años (incluidos los propios Lakers en 2020) y que sigue recogiendo las migajas de la dinastía de los Warriors, el Rey piensa que su (todavía) compañero esloveno no es suficiente para pensar en una nueva conquista. Más todavía después de perder en primera ronda ante los Timberwolves por un incontestable 4-1. La otra vertiente, claro, es que James no quiere perder dinero y que piensa que su extraordinario (para bien o para mal) salario es compatible con ganar un campeonato.

Esto deja la situación muy abierta: por un lado, se descarta la opción de un sing and trade, firmar un nuevo contrato que le ponga en otro equipo al momento. Por otro, los Lakers no van a conseguir en ninguna operación nada comparable a lo que sigue dando LeBron, cuyo único síntoma de senectud ha sido el hecho de bajar de los 25 puntos por partido tras 21 años seguidos superando dicho promedio. Sus estadísticas siguen siendo brutales (24,4+7,8+8,2), llegó a estar brevemente en las conversaciones por el MVP este curso y ha sido All Star esta campaña, en la que se ha colado en el Segundo Mejor Quinteto. Un ser de luz y un fenómeno de la naturaleza que cuida su cuerpo al milímetro y que, camino a los 41 años, sigue siendo uno de los mejores jugadores del mundo. La perspectiva de perderlo es desoladora para los Lakers. Pero, ¿realmente quiere eso LeBron?

Las opciones... si es que las hay

LeBron, que podría haber rechazado la player option y firmar por el mínimo de veterano con quién quisiera (acertar con quién para ganar es complicado), cobrará casi 53 millones de dólares con 41 años. Los equipos candidatos al anillo (un saco mucho más grande que hace unos años) no tienen margen salarial para hacerse con sus servicios y pagar un monte económico que les obligaría a multas astronómicas, especialmente después de lo punitivo que fue el último convenio colectivo en este aspecto. Y la única franquicia que tenía (y tiene) un espacio salarial lo suficientemente grande son los Nets. Ahora, bien, pensar que LeBron va a pasar sus últimos días en Brooklyn haciendo cucamonas, en un proyecto al alza y de futuro pero sin visas de anillos en el presente, es ser atrevido.

Incluso tratándose de un mercado grande. La ciudad de Los Ángeles también lo es, LeBron tienen negocios en la ahí y tanto él como su familia (y su entorno, claro) han declarado en más de una ocasión que se encuentran realmente cómodos en la ciudad de la luz, con esa parafernalia procedente de la farándula que tanta estrella ha atraído siempre. Eso sí, Trevor Lane, periodista cercano a los Lakers y muchos otros profesionales de comunicación han resaltado algo que puede ser un rumor, pero también una verdad supina: LeBron y los Lakers siempre han coincidido en gran medida y han ido de la mano del tiempo y el momento, contentándose mutuamente en una relación simbiótica que siempre ha reportado felicidad a unos y dinero al otro. Pero ahora no están en el mismo punto. Y eso puede ser definitivo. Mucho.

Y hay otra cosa a destacar: la venta de los Lakers. Los Buss dejaron ir a la entidad que comandaban desde 1979 (primero con Jerry, el Doctor, y hasta ahora con Jeannie, su hija) y Mark Walter, CEO de TWG Global, la compró por la friolera de 10.000 millones de dólares. La relación de LeBron con la hasta ahora propietaria (que seguirá ligada a la franquicia) ha sido casi siempre excelente y las idas y venidas de Rob Pelinka han sido solucionadas con buenas palabras, así con las reacciones a los pequeños enfados del Rey, pionero de la era de los jugadores empoderados, que ha permitido que sus deseos sean saciados en más de una ocasión. Doncic se mostró encantado con el cambio, pero James mantuvo su silencio. Cómo se lleve con Mark Walter (algo que nadie sabe) puede ser también crucial para definir el futuro de una estrella con la que la gestión de comunicación siempre es delicada.

James, que tiene cláusula anti-traspaso, puede vetar cualquier movimiento que le lleve a según qué destino que a él no le convenga o guste, sean cuales sean los motivos. Pero entonces, ¿dónde podría recalar LeBron? La dinastía de los Warriors afronta su propia extinción, por muy bien que se lleve ahora (que no antes) con Stephen Curry y fueran tan amigos en los Juegos Olímpicos de París. Los Knicks ya han sonado en más de una ocasión y proyectan ese haz de grandilocuencia que siempre ha ido de la mano de grandes estrellas, pero no tienen piezas (a priori) que interesen a los Lakers más allá de un Mitchell Robinson siempre renqueante y un Karl-Anthony Towns siempre cuestionado. Y todavía no tienen entrenador tras la marcha de Tom Thibodeau. Cambiar las luces de la Avenida Figueroa por las de Manhattan tampoco tiene mucho sentido. Y destinos de equipos que han estado en órbita de anillos como Pacers o Timberwolves no parecen lugares probables. Sonaron los Mavericks (irónico, cuanto menos) para juntarse con Kyrie Irving, que ha renovado por una millonada con los texanos. Rumores, muchos rumores, pero pocas realidades. De momento.

Los Cavaliers, en el horizonte

Hay un destino que siempre ha estado en boca de todo el mundo y que podría ser moderadamente plausible: Cleveland Cavaliers. Emocionalmente tendría sentido: es el mesías de la tierra prometida, ese lugar al que entregó el anillo históricamente esquivo, en 2016. Natural de Akron, de la ciudad de Cleveland, del estado de Ohio, el compromiso de LeBron con su equipo de toda la vida es más que notorio y también con la zona, donde levantó un colegio para niños en riesgo de exclusión social que sigue de forma casi diaria a pesar de la distancia. Allí es un héroe y el proyecto está estancado: se fueron a 63 victorias esta temporada, pero cayeron ante los Pacers en semifinales de Conferencia. Han vuelto a playoffs sin el Rey, algo que parecía casi imposible, pero no se han vuelto a acercar al anillo. Y es el lugar al que LeBron nunca ha negado que quiere volver. Por lo que sea.

¿Sería la operación posible? Esta última temporada, la barrera del primer apron (un límite creado en el último convenio colectivo) estaba en 178,1 millones de dólares en salarios. Y el segundo, la verdadera línea roja que te hace tener que soltar un torrente enorme de dinero en multas, en en casi 189 millones. Los Cavaliers tienen comprometidos en salarios garantizados más de 217 millones para el próximo curso baloncestístico: 46 de Donovan Mitchell, casi 40 de Durius Garland y más de 46 de Evan Mobley a expensas de los movimientos que hagan para soltar piezas y pensar en el futuro. LeBron, que cobrará casi 53 millones, se convertiría en el jugador mejor pagado de la franquicia (algo que no es novedad en Cleveland) en el que ya veremos si es su último contrato en vigor. Pero los Cavaliers tendrían que soltar (claro) jugadores en el supuesto traspaso para no tener que arruinarse en impuesto de lujo.

Eso sí que se podría llegar a estudiar: los Lakers necesitan una cosa que dejaron de tener cuando apostaron por Doncic, que es juego interior, lo que les perjudicó en demasía, especialmente en la serie frente a los Timberwolves. Y ahí los Cavaliers si que tendrían material de intercambio: Jarret Allen y Evan Mobley. Algo que es difícil que quieran soltar, especialmente con el segundo, al que tienen encumbrado. La relación con Donovan Mitchell tampoco es la mejor, pero los angelinos no necesitan a otro jugador, y menos tan tumultuoso en lo emocional para chocar con Doncic, al que en caso de llevar a cabo un movimiento que no deja de ser hipotético le entregarían definitivamente las llaves del proyecto. Es improbable, sí. Eso sí, el movimiento soltaría dinero (Max Struss o Darius Garland también podrían estar incluidos) y si LeBron está un año tendrían un enorme espacio para construir de cara al futuro, con Mitchell y Mobley de líderes. Al final, estamos hablando de un proyecto estancado y un mercado pequeño que ha sido ambicioso solo con LeBron. Y que podría rendir homenaje al más grande de sus héroes con una despedida a la altura de la última gran leyenda de la historia de la NBA.

A todo esto: veremos. Nadie sabe nada, pero está claro que las palabras de Rich Paul están ahí para pensar en ellas. Todo puede ser una treta para que LeBron presione a los Lakers para hacer movimientos, algo que ya ha pasado en más ocasiones. Pero quizá, sólo quizá, el destino del Rey está allí donde cimentó las bases de su reinado, de su trono, de su eterna corona. A expensas de qué pasaría con Bronny, con el que al final ya tiene la foto de turno al haber jugado ambos en el mismo equipo, hay pros y contras. Por un lado, James ha estado muy a gusto siempre en Los Ángeles, tiene una teórica gran relación con JJ Redick y con los Lakers podría tener (o no) una oportunidad de anillo. Por otro, es obvio que en algún momento el viaje se tiene que acabar y que la leyenda podría tirar de lo emocional para decir adiós en el lugar que le vio nacer. De momento, todo es rumorología y palabras que parecen vacías hasta que alguien diga lo contrario. Hasta entonces: ¿qué demonios va a hacer LeBron James?

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