New York Knicks

Towns, marcado en los Knicks

Críticas internas a la labor en New York Knicks de Karl-Anthony Towns, el último titular en llegar, después de la eliminación a manos de los Pacers un año más.

Karl-Anthony Towns -
JUSTIN CASTERLINE | AFP
Mike Maestre
Nació en Madrid en 1992. Cursó estudios en Periodismo en la Complutense de Madrid. Entró a AS en 2017 y se zambulló en Baloncesto. Y ahí sigue, entre NBA, ACB, LEB, competiciones internacionales... Ha trabajado, además de aquí, en MARCA, NBAmaniacs, EuroSport, la revista Gigantes o las retransmisiones de Euroliga.
Actualizado a

Con la eliminación de los Knicks, por segundo año consecutivo a manos de los Pacers, llegan los primeros ajustes de cuentas. La franquicia está en la senda correcta, con un grupo repleto de calidad y que está emocionando hasta a los aficionados más viejos del lugar. El recuerdo de los tiempos de Ewing, Marbury, John Starks o Allan Houston retumba en las mentes de los Knickerbockers más leales, en un equipo golpeado por el acusado espectador casual que se pasea de vacaciones por el Madison Square Garden, y el mejor espíritu posible ha sido recuperado por los chicos a los que dirige Tom Thibodeau. Al menos, por lo que parece. Dentro se libran pequeñas batallas que salen a la luz cuando la derrota te elimina para la eternidad.

Jalen Brunson quiso echarle un capote al entrenador en la rueda de prensa pospartido del Gainbridge Fieldhouse. “Me preguntas si es el adecuado para ese trabajo? Sí lo es”, . Tanto el presidente, Leon Rose, como el jugador-franquicia están en el barco de Thibs, que es criticado y amado allá donde se mire. La estrategia extremista que ha desarrollado en los banquillos, tanto en Chicago y Minnesota como en éste, lleva a ello. Pocos jugadores le valen, acostumbra a disponer a los titulares y escasos minutos al resto, y en el pecado lleva la penitencia. Porque la superalineación que cuadraron en verano gracias al traspaso de Towns no ha funcionado.

Es de ahí de donde necesita salir casi toda la producción. Y hasta alguien tan cerrado como Thibodeau se vio obligado a cambiar de parecer y, como se dice coloquialmente, mover el avispero. En esta última serie contra los Pacers quitó al maratoniano Josh Hart e introdujo a Mitchell Robinson, incluso después de que el pívot quedara marcado ante Boston por la debilidad en los tiros libres. Han resucitado para el baloncesto hombres como Delon Wright o Landry Shamet, tarde quizá, porque la idea principal hacía aguas por todos los lados. Será interesante, de contar con el beneplácito del dueño James Dolan y continuar en su puesto, ver cómo se toma una nueva temporada al completo, si el camino es el de ampliar la rotación o el que ha tomado durante tantos años.

Ataque y defensa, a examen. Porque, a pesar de pisar las finales de conferencia, subir un peldaño más en el Este, posicionarse como uno de los favoritos sin discusión, ha habido agujeros a tapar y a las bravas. En los reporteros James Edwards y Fred Katz sacan a la luz algunos de los problemas que se han encontrado en privado. Hubo derrotas sin maquillaje, duras, en las que el combinado de La Gran Manzana no mostró el colmillo al que acostumbra. El problema son las estrellas, ya que no hay mucho más allá. Un dato: en el año natural la alineación titular que forman Towns, Anunoby, Bridges, Hart y Brunson están en negativo, se eleva por encima del punto de déficit por cada cien posesiones que se contabilicen. ¿Qué es lo que ha ido fallando?

En la rotación el papel de Miles McBride, clave estos dos años para fortalecer los minutos de descanso de Brunson, se ha ensuciado. Ínfimo aporte conforme se han acercado los momentos decisivos. Hart, relevado de sus funciones. El escuadrón de Villanova, con menor impacto por la irregularidad de Bridges, uno de ellos. Son varios los nombres, Anunoby se salva por el extraordinario aporte realizado día sí y día también, pero las críticas dentro del plantel confluyen en uno solo. Towns es mirado con lupa por su condición, la del jugador que debía ayudar a dar el salto definitivo y a hacer de ese quinteto uno casi invencible, y hasta el último día se han visto las dos caras del pívot de origen dominicano. Brillante por momentos ante Pistons y Pacers, pero cayendo igualmente.

RELACIONADO | Con todo lo que lucharon los Knicks para volver

“Los jugadores de los Knicks hicieron comentarios velados públicamente durante toda la temporada sobre la mala comunicación y las inconsistencias en el juego de Towns. Entre bastidores, tanto ellos como el cuerpo técnico expresaron su frustración con los hábitos defensivos de Towns. No tanto por el talento, sino por cómo se lo tomaba. Frecuentemente ejecutaba coberturas incorrectas que no avisaba o no explicaba. Después de que se convirtiera en algo recurrente, a los jugadores les empezó a preocupar que Towns no comprendiera la importancia de este tema”, reza la información. Haciendo la guerra por su cuenta. A su aire aun habiendo sido entrenado por Thibodeau en el pasado, en los Timberwolves, por lo que los sistemas no les son ajenos. Eso, atrás; en ataque la crítica procede de la incapacidad del interior y Brunson para jugar con bloqueo y continuación (hasta el aro o con tiro exterior), ambos son rápidos y con recursos en todas las distancias, un método sencillo que no ha gozado de la importancia suficiente a lo largo de la campaña.

P.J. Tucker, como elemento integrador

Dentro y fuera hay discusiones a afrontar. Uno de los temas que destacan los insiders es el número de reuniones privadas entre jugadores durante los playoffs, algo habitual en otras partes del calendario pero no tanto entre partidos de entidad. Y era necesario. La comunicación es un aspecto a mejorar en estos Knicks. Josh Hart había sido claro de manera pública con la implicación que requería de sus compañeros. Mikal Bridges criticó también la estrategia de alto minutaje por parte del cuerpo técnico. Dos jugadores a los que se ha pasado factura en los últimos encuentros. Para las problemáticas aquí mencionadas siempre viene bien contar con la presencia de algunos veteranos de largo recorrido que ni siquiera tienen que pisar el parqué para volverse imprescindibles. P.J. Tucker, de 40 años, campeón en 2021 con los Bucks, firmado como temporero en marzo con un contrato de diez días y renovado posteriormente, es esa persona. Se quede o no, figuras integradoriccwin247.como él serán necesarias para un grupo que debe ser compacto en su escalada hacia el puesto más honroso de la NBA.

Noticias relacionadas

Nuestra Newsletter y alerta informativa en canal de .

¿Buscas licenciar contenido? para la información.

Etiquetado en:
Comentarios
Normas

Rellene su nombre y apellidos para comentar

Te recomendamos en NBA

Productos recomendados