Sima: “Scariolo no quiere que hablemos de su adiós”

Yankuba Sima (Gerona, 1996) aspira a jugar su primer gran campeonato con España. La renuncia de Usman Garuba, y sin una alternativa asentada como recambio de Willy, aumenta las opciones del nuevo jugador de Valencia Basket, aunque Baba Miller llama a la puerta con potencia, como su baloncesto, en la B. Se lo ha trabajado Sima, que ya rozó los Juegos de París, un recurso recurrente en las Ventanas, una predisposición que valora Scariolo. Bajo el ecosistema ganador del Unicaja, entorno que conoce bien el seleccionador, Sima tuvo una progresión ininterrumpida en Málaga, hasta establecerse como un pívot fiable y de primer nivel en ACB. Así lo refrenda la apuesta de Valencia Basket, que pagó 500.000 euros este verano al Unicaja. Petición particular de Pedro Martínez, quien impulsó su carrera en Manresa en su momento y ahora le abre las puertas de la Euroliga.

Tranquilidad en la selección antes de jugar ante República Checa (21:00 horas, TeleDeporte), un segundo test que demanda una mejoría. A Sima le tocó sesión de vídeo con Fran Vázquez antes de atender a AS. En la grada del Carpena, que Sima observa entre lo familiar y melancólico, la que ha sido su casa desde enero de 2023. “Todavía siento que estoy aquí. Se me hará raro cuando venga a jugar con Valencia”, decía para romper el hielo. Pequeña a charla, a contrarreloj (unos 10 minutos), con un chico cercano en el trato y cariñoso con rostros malagueños familiares.

¿Cómo se ha digerido en el grupo el accidente de Portugal?

No hay que sacar conclusiones malas. Solo llevamos una semana de trabajo. Es un grupo muy joven y nuevo, que hemos jugado mucho tiempo juntos. Creo que nos va a servir para abrir los ojos y ver que la competición va a ser muy complicada, que no podemos relajarnos y desconcentrarnos. Tiempo al tiempo. Creo que es bueno lo que pasó ante Portugal, y con este grupo vamos a intentar dar mejor cara, aprender, mejorar día a día. Se vienen cosas ilusionantes por delante.

¿Dónde hay más trabajo de cara a los próximos partidos?

Consistencia. Y encontrar nuestra identidad de juego, el baloncesto que pretendemos jugar con este grupo. Todo tiene su tiempo. Estamos intentando crear una España con identidad, es lo que intentamos encontrar. Se irán poco arreglando cosas, todo tiene su tiempo. Solo estamos en la primera semana.

Siempre ha hablado muy bien Scariolo de su ética de trabajo y su progresión. ¿Qué le pide? También le ayudará mucho Fran Vázquez (parte del staff).

Están muy atentos a mi adaptación, porque vengo de un estilo distinto, y digamos que no estoy todavía acostumbrado a jugar con parte de este grupo. No solo yo, hay muchos jugadores que venimos de estilos diferentes. Ir adaptándome en cuestiones técnicos o tácticos. A Fran lo conozco bien (ayudante de Ibon en el Unicaja como entrenador de tecnificación). Me ayuda mucho. Muy buenas sensaciones. Contento. Y ahora solo queda mejorar.

¿Hablan dentro del grupo del adiós de Scariolo?

Es el primero que quiere que no se hable de eso, nos dice que solo nos concentremos en el Eurobasket. De lo demás ya habrá tiempo para comentarlo. No se habla mucho. Solo intentamos controlar nuestro trabajo y dar la mejor cara posible para un torneo importante como el que se nos viene.

Se suele manejar bien España cuando no se cuenta con ella en los campeonatos.

No sé si eso es bueno o malo. Tanto este año como el 2022, España no ha estado entre las favoritas. La gente va a criticar, tanto lo bueno y malo; el ruido fuera y las opiniones siempre van a estar ahí. Lo que tenemos que hacer es estar al margen de todo eso y centrarnos en lo nuestro. Ruido es ruido. La gente va a hablar de ti ganes o pierdas. Con mucha humildad por nuestra parte, sabiendo que cualquier equipo nos puede ganar, pero también nosotros podemos ganar a cualquiera. Nada del resto nos debería importar.

Se insiste en la transición de España. Hábleme de los benjamines de esta selección: De Larrea y Saint-Supéry. ¿Les ve preparados?

Son dos chavales con mucha personalidad y talento. Muy buena ética de trabajo. Les espera un futuro muy bueno, una carrera muy larga, pero en el presente ya también. Son jugadores que ya han disputado minutos en la ACB, que es una liga muy complicada. Es una buena experiencia para ellos. El primer torneo internacional también es motivante para ambos, y se les ve con hambre. Son dos jugadorazos.

¿Y quién le ha sorprendido de la B?

Creo que Baba Miller. Tiene una capacidad atlética muy importante. Al tío se le ve con mucha personalidad, destaco mucho eso: que los jóvenes vienen con personalidad y se lo creen mucho. Eso es bueno. Baba, entrenando con nosotros, ya ha demostrado que puede jugar a un gran nivel. Y creo que a la gente le va a gustar mucho.

Hablemos de su situación. Se quedó fuera por poco de los Juegos de París. Parece tener más opciones que en 2024 de colarse.

Siempre viniendo aquí con las mejores intenciones, a dar lo mejor de mí. A intentar aportar todos los días, las oportunidades que tenga de jugar, y disfrutar de una oportunidad como esta. A intentar aprovecharla y hacerme un hueco en esa lista final de doce.

Buenos años en el Unicaja y ahora Valencia Basket, la oportunidad de jugar Euroliga. ¿Coincide el paso con su etapa de madurez?

Creo que estoy lejos de mi peak. Como he ido demostrando en mi carrera, cada año intento añadir cosas a mi juego, tanto defensiva como ofensivamente. Sí que voy madurando porque adquiero experiencia. Aprender a sacar el máximo partido a mi tiempo en pista, por ejemplo, es algo que voy mejorando; el jugar partidos importantes y sentir la confianza en mí mismo. Por suerte he tenido compañeros que me han ayudado muchísimo en ese proceso. Soy una esponja. Lo que voy observando es lo que aplico a mi juego. Mi camino hasta ahora ha sido de ir dando pasitos cortos, pero me veo con capacidad de dar mucho más a lo que he dado hasta ahora. Y sobre todo porque tengo hambre, esa ambición de querer seguir llegando más arriba. Ese peak está todavía lejos.

Observa el Carpena y qué siente.

Mezcla de emociones. Han sido tres años súper bonitos aquí. He pasado individualmente momentos muy buenos, pero también momentos duros. En todo momento me he sentido querido y arropado por la gente de Málaga, mis compañeros, el club y los aficionados. Me voy de aquí muy contento, con muchos sentimientos, pero prefiero irme con estos buenos recuerdos que pensar en una mala etapa. Ahora hay que pasar página y mirar lo que tengo enfrente: una oportunidad y un proyecto que es muy ilusionante. Tengo ganas de jugar en Valencia. Lo que decía antes, un pasito más.

Ha tenido buenos maestros en este crecimiento: Pedro Martínez en Manresa y ahora en Valencia; Ibon Navarro y Sergio Scariolo.

Los tres son de los mejores entrenadores de Europa, no solo de España. He tenido esa suerte y me siento muy afortunado por ello. Tienen mucha sabiduría, pero cada uno es distinto, con experiencias distintas, edades también distintas, algo que se puede notar. Pedro fue el que me enseñó a dar los primeros pasos, sobre todo el amoldarme a una competición tan complicada como la ACB, me enseñó a crecer y el cómo ser un buen profesional. Es espectacular cómo Pedro va a los detalles del juego. Con Scariolo no he tratado tanto porque solo en Ventanas, en pocas ocasiones, pero es otro entrenador que va al detalle. Y luego Ibon, que personalmente ha sido muy importante para mí en estos dos años y medio, sobre todo por cuidar esa parte humana, tanto la mía como la del equipo. Esa es la parte importante que muy pocas veces se habla en el deporte profesional. A los tres les tengo mucho respeto por lo que me han enseñado y aportado hasta ahora.

La última. Imagine que soy Scariolo. ¿Por qué debería llevarle al Eurobasket?

Intensidad y garra. Es lo que tengo. Pero intentaría ayudar en lo que sea al equipo. Obviamente eso no está en mis manos. Yo haré todo lo que está en mi mano para tener ese hueco.

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