Enric Mas sucumbe con honor
El español atacó en solitario en el mítico Mont Ventoux, pero al final acabó séptimo. Paret-Peintre batió al combativo Healy, que arrebató la 10ª plaza a Rodríguez. Vingegaard volvió a acosar a Pogacar, sin éxito.


La 16ª etapa del Tour de Francia era una jornada unipuerto. ¡Pero qué puerto! La Grande Boucle llegaba a una de sus cimas más míticas: el Mont Ventoux, el Gigante de Provenza. Una subida de 15,7 kilómetros, al 8,8 % de porcentaje medio, que ha visto en sus rampas morir a Tom Simpson por los excesos del dopaje, el mismo día que Julio Jiménez pasaba solo en cabeza; correr a pie a Chris Froome después de un accidente contra una moto de carrera; enfadarse a Marco Pantani porque Lance Armstrong presumió públicamente de haberle dejado ganar… Muchos capítulos de la gran historia del Tour. Dos puertos en uno: una primera parte entre vegetación y la segunda en un ventoso desierto… La llegada a la Luna. La montaña pelada a la que subió y cantó el poeta Petrarca.
Desde 2025 también es el puerto donde Enric Mas estuvo a punto de lograr la victoria de su vida y de quitarse esa pesada etiqueta de conformista que le han colgado desde hace tiempo. El balear, fiel a su palabra, se metió en la escapada en busca del triunfo de etapa. La clasificación general ya es pasado. El español atacó con valentía a 14 kilómetros de la meta, llegó a tener 40 segundos de ventaja, pero el gigante no perdona a nadie. Por detrás llegaron dos cazadores habituales: Ben Healy, ganador de la etapa de Vire Normandie y maillot amarillo durante dos días, y Valentin Paret-Peintre, un escalador de 24 años que ya conquistó una etapa del Giro en 2024. Luego se incorporaron Santiago Buitrago y Van Wilder. Demasiados.
Enric Mas intentó agarrarse a sus compañeros de fuga, y en algunos momentos lo consiguió, goma va y goma vine, pero el Tío del Mazo le golpeó en la última parte. Terminó la etapa séptimo, rebasado incluso por Pogacar y Vingegaard, que iban a lo suyo, pero esta vez la derrota supo mejor que en tantas otras ocasiones en las que peleaba sin gloria la general. Enric cayó con honor. El balear no pudo suceder a Juanma Gárate, el único ganador español en el Mont Ventoux en el Tour de 2009, un palmarés que comparte con leyendiccwin247.como Charly Gaul, Raymond Poulidor, Eddy Merckx, Bernard Thévenet, Marco Pantani… También cruzaron en cabeza Julio Jiménez, en 1967, y Gonzalo Aja, en 1974, pero como puerto de paso. Y tres españoles más vencieron en la Montaña Mágica en otras carreras: Chava Jiménez, Iban Mayo y Jesús Herrada.
Gárate comentó la etapa en TVE con el corazón dividido. Como español, con Mas. Pero como técnico del Education First, su función actual, empujó con más ahínco a Healy, que peleó la victoria hasta el último aliento. El vasco no pudo celebrar el triunfo ni con uno, ni con el otro. Paret-Peintre ganó en la dura rampa final en un mano a mano con el irlandés. Como premio menor, pero también meritorio, Healy arrebató la novena plaza de la general a Carlos Rodríguez, que vuelve a la décima.
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Detrás también había carrera. ¡Y qué carrera! De la buena. Jonas Vingegaard llegó a atacar hasta cuatro veces a Tadej Pogacar, que respondió siempre. El esloveno no parecía tener muy buena cara. ¿Pero quién la tiene en el Mont Ventoux? Pogacar sufre como todos, pero la realidad es que va sobrado en este Tour. El maillot amarillo replicó como acostumbra: con dos contraataques, el último de ellos en la zona de meta. Entró dos segundos por delante del danés, pero Vingegaard cumplió con su deber de aspirante: intentarlo hasta las últimas consecuencias. No tiene nada que perder. Ya ha sido segundo dos veces. Y lo ha ganado otras tantas. El podio no le aporta nada nuevo.
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