Un tesoro en El Bierzo
Fernando Escartín reconoce para AS la exigente ascensión al puerto de El Morredero en una vertiente inédita que decidirá la etapa 17 de La Vuelta 2025.
Fernando Escartín, a su paso por la localidad de San Clemente de Valdueza, localidad que está escasos kilómetros antes de arrancar el puerto de El Morredor y por el que el grueso del pelotón de La Vuelta atravesará sus estrechas y bellas calles.
El inicio de la subida, con el Rio Oza al lado izquierdo de los corredores, contará con una carretera protegida por árboles, lo que ayudará a sofocar, al menos durante unos kilómetros, las altas temperaturas que se intuyen en la carrera para el próximo mes de septiembre.
Es un puerto de 8,8 km con un desnivel medio del 9,7% pero rampas que llegan al 16%. Esta vertiente, inédita en La Vuelta, cuenta con un asfaltado reciente, ya que es una parte de la ascensión que se acondicionó tras la pandemia. Parte del paisaje contiene roca caliza.
En algunos puntos de la subida se llega a ver Ponferrada al fondo. De hecho, algunos kilómetros de la etapa son parte del recorrido que tuvo el Mundial de 2014. A medida que van pasando los kilómetros, los árboles desaparecen y el sol (el posible viento) entra en escena.
Son varias las curvas de herradura, que Escartín cataloga como “paellas”, durante la ascensión. Una de ellas, concretamente a un giro a izquierdas dejando al lado derecho la localidad de Peñalba de Santiago, marca uno de los puntos más exigentes de la subida.
Una de las grandes dificultades que tiene la subida son varias rectas en las que el corredor no llega a ver al final y contempla, eso sí, la cima al fondo. “Son algunos de los momentos más duros mentalmente, porque en algunas ocasiones ves al rival y no puedes llegar a su rueda”, analiza Escartín tras realizar la ascensión con AS.
Dani Miranda, redactor de AS, con Fernando Escartín en la entrevista post-reconocimiento de la subida berciana. “Es una subida que no tiene que envidiar nada a otros colosos españoles”, cuenta el oscense sobre una ascensión que “sorprenderá” a los aficionados.
Desde la cumbre de El Morredero se contemplan los kilómetros finales de la subida. Esta cima es una Estación de Esquí que ya hace tiempo cerró su actividad, concretamente en 2008. Será el desenlace de la 17ª etapa de La Vuelta 2025 en una jornada que se celebrará el 10 de septiembre.
El colorido predomina en el paisaje de la zona y prácticamente se mantendrá para septiembre, ya que es habitual que tenga dicho color durante buena parte del año. “Calculo que harán tres minutos el kilómetro. Es uno de los mejores descubrimientos que recuerdo”, explica Escartín en una subida que durará alrededor de media hora.
Los últimos 3,8 km, una vez llegado al Alto de la Cruz, son los que coinciden con las dos subidas anteriores de La Vuelta: en 1997, con triunfo de Roberto Heras, y en 2006, con victoria de Alejandro Valverde. Esta vertiente, muy exigente, cuenta con unos kilómetros finales repletos de curvas, aunque con desnivel más llevadero que lo recorrido anteriormente. Un tesoro en forma de coloso.