Un doble golpe a lo grande de Pogacar: deportivo y moral

La Cota de Domancy, 2,5 km al 9,3%, se ascenderá en veinte (!) ocasiones en el Mundial de 2027 que se celebrará en la Alta Saboya. Pues bien, en la sexta etapa del Dauphiné, solo se ascendió en una ocasión, ya cerca de la meta de Combloux, y fue suficiente para que Tadej Pogacar, con su reluciente maillot de campeón del mundo, recuperase la cordura, al menos el guion previsto, logrando una brillante victoria y aventajando en más de un minuto a sus grandes rivales por el maillot amarillo, tanto en el Dauphiné como en el Tour.

Tras la contrarreloj del pasado miércoles, las dudas aparecieron, aunque fuesen mínimas, por vez primera en el rendimiento de Pogacar. Perdiendo casi 50 segundos con Evenepoel, cerca de 30 con Vingegaard... es impensable desde inicios de 2024 ver algo así, por eso en Combloux, donde Vingegaard logró una de las mejores cronos de la historia reciente del Tour, cimentando su victoria en 2023 ante el esloveno, Pogacar resurgió para avisar: el Tour 2025 estará repleto de montañas donde el danés brilló en 2022 y 2023. Pogacar tratará de cambiar aquellos recuerdos por los que viene acostumbrado en los últimos años: victorias, y no de cualquier manera. A lo grande.

Era una etapa, previa a la jornada reina, en la que sí se esperaba movimiento entre los favoritos, por ello tanto UAE como Visma, equipos de Pogacar y Vingegaard, respectivamente, no dejaban mucho margen a una fuga de ilustres como Bardet (al borde de la retirada) y el muy activo Van der Poel. Los últimos supervivientes de la escapada fueron el canadiense Leonard y, especialmente, el francés Bauvin, el que más tardó en ser devorado por el caníbal esloveno. Antes de su ataque, Pogacar tuvo en su compañero Narvaez un buen aliado, sacando de punto al entonces portador del maillot amarillo, Remco Evenepoel.

El belga vuelve a dejar dudas en la alta montaña aunque, como es obvio, será un corredor a tener muy en cuenta. Eso sí, corredores como Lipowitz y Jorgenson se metieron entre medias del belga y de Pogacar, inalcanzable, y Vingegaard. Al ser una etapa tan corta, de apenas 127 km, el del UAE fue capaz de terminar su jornada laboral por debajo de las tres horas. Increíble. “Y ahora quiero ver acabar el Tour de Suiza”, dijo mientras hacía rodillo, esperando ver el desenlace de la ciclista, y también su pareja, Urska Zigart.

Lo que es evidente es que las teóricas malas sensaciones ya quedaron atrás para Pogacar y que, siendo este sábado una jornada tan dura, el esloveno tiene todo de cara para acabar por vez primera en el Dauphiné, siendo una de las pocas carreras (cada vez quedan menos, con La Vuelta en esa reducida lista) en las que no ha ganado. Y ya son 97 éxitos en su carrera. Aquí quedan dos por disputar más la hipotética general, por lo que es posible que llegase a las 100... aunque, sobre el papel, sería más probable en el Tour. En teoría. El golpe también es moral para los Vingegaard y compañía. En clave española, Enric Mas y Carlos Rodríguez llegaron pasados los dos minutos y lucharán por el top ten. La séptima etapa, con puertos más duros, a priori les viene mejor. Col de Madeleine, Croix de Fer y Valmeiner 1.800, todos ellos puertos de fuera de categoría y en 131 km. Según se vea, hoy Pogacar sacó un minuto en una cota de segunda. Eso sí, volverá a ser favorito. Como casi siempre. Y todo, a 22 días del Tour.

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