Van der Poel: “Todos me decían que era el favorito”

Rymond Poulidor, abuelo de Mathieu van der Poel, siempre tuvo como cuenta pendiente vestir el maillot amarillo. Pou Pou, tres veces segundo y cinco veces tercero en la general final, se quedó varias veces cerca de la preciada prenda… pero nunca pudo saborearla. En 2021, su nieto sí pudo conseguirlo por su victoria (casualmente en la segunda jornada, como en este 2025) en el Muro de Bretaña, logrando el premio doble.

Este domingo, en Boulogne-sur-Mer, repitió éxito cuatro años después con el mismo botín. “Todo el mundo me decía que yo era favorito, pero cuando ves a la gente que tenía como rival por la victoria… al final hicimos un buen trabajo. Para el equipo es un sueño lograr dos victorias en los dos primeros días (con Philipsen la primera) y retener el maillot amarillo. Las cotas en el tramo final fueron más difíciles de lo que me esperaba y fue una jornada muy difícil. Hacía ya cuatro años de mi anterior victoria aquí”, recordaba el holandés, de 30 años.

Nada más llegar a meta, después de unos segundos de celebración, se tiró al suelo y dio varias vueltas. Cansancio y felicidad sobre el asfalto hasta que llegó su pareja, dándose ambos un largo beso con los aplausos del público apenas 200 metros pasados el arco de meta. Ganador este año de la Milán-San Remo y la París-Roubaix, dos de los objetivos de Pogacar (al que derrotó en ambas citas), el del Alpecin dejó esta vez a Tadej sin su victoria 100 como profesional.

En Boulogne estaban esperando al del UAE su hombre de confianza para la Prensa, Luke, y su masajista, Joseba. Como cada día, por lo que no había nada especial por si llegaba la cifra redonda de la centena. Faltó poco. “Mathieu fue el más fuerte en el esprint final, así que le felicito. Es difícil ganarle en este final. Siendo sincero, metí la pata un poco porque me dio un poco de miedo esprintar contra él y esperé demasiado tiempo a su rueda”, contó Pogacar.

“Fue un buen día, una etapa larga y dura. Hubo un poco de todo: lluvia, estrés, ataques... Me sentí bien de cara al final, y mi equipo también lo hizo bastante bien. Estoy muy contento con lo vivido”, dijo Pogacar, que subió al podio a recoger el maillot de lunares como mejor escalador, prenda que hoy vestirá, algo poco habitual en él (las otras veces que lidera esta clasificación suele tener el amarillo).

Volviendo a Van der Poel, hace poco más de un mes tuvo un importante susto en su regreso a liccwin247.competiciones de bici de montaña. El holandés sufrió una doble caída durante la Copa del Mundo de MTB en Nové Mesto (República Checa), teniendo como desenlace una fractura menor del hueso escafoides de la muñeca, además de daño en los ligamentos de su mano. Su participación en Dauphiné estuvo en duda, pero finalmente pudo ser de la partida estando muy activo durante toda la semana de la carrera. No logró la victoria, pero sí participó en numerosas fugas (incluida en la que triunfó el español Romeo) en un test de cara al Tour. Dicha preparación dio sus frutos por lo vivido ayer, aunque todo estaba estudiado al milímetro.

“Esta mañana, en la salida (tuvo tiempo por el atasco de su autobús por la lluvia) estuve viendo vídeos de la llegada. Pensé lo que quería hacer y lo ejecuté exactamente. Ya tuve en el Dauphiné un esprint ante Pogacar y Vingegaard (en la primera etapa), que me derrotaron”, explicó Mathieu.

Fue una etapa del Tour, sí, pero recordó más a una clásica de primavera: por el recorrido, los rivales... y en esas, Van der Poel es uno de los grandes dominadores como indica su palmarés: “El equipo tiene experiencia en este tipo de días. Estoy muy orgulloso de lograr este éxito también por mi abuelo. ¿Que si tengo una relación amor-odio con el Tour? Ahora estoy feliz de cómo ha salido todo, me quedo con eso”.

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