Vuelta a España

El Morredero, la sorpresa de La Vuelta

Con una vertiente inédita, será uno de los puertos más exigentes de esta edición. “Es muy duro, gustará al aficionado”, analiza Fernando Escartín en AS.

El Morredero, la sorpresa de La Vuelta
Daniel Miranda
Nació en Arenas de San Pedro (Ávila) en 1995. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Entró en AS en 2016, en su tercer año de carrera, y desde entonces está en el medio. En la actualidad, el ciclismo es su principal ocupación, siendo el enviado especial de AS al Tour de Francia, Vuelta a España…
San Clemente de Valdueza Actualizado a

Esta Vuelta, la del 90 aniversario (23 de agosto al 14 de septiembre) no tendrá ningún final en alto inédito al ser un mapa lleno de colosos habituales e históricos para rememorar las nueve décadas de la carrera, pero sí habrá puertos ‘diferentes’ al ascenderse por una nueva vertiente como sucederá en el Alto de El Morredero, en El Bierzo, con Ponferrada al fondo. La cima es una Estación de Esquí que ya hace tiempo cerró su actividad, concretamente en 2008, pero que este próximo 10 de septiembre, ya con Madrid al fondo, tendrá a miles de aficionados presentes para el desenlace de La Vuelta. Y se sorprenderán.

El Morredero, la sorpresa de La Vuelta

Un tesoro en El Bierzo

Fernando Escartín reconoce para AS la exigente ascensión al puerto de El Morredero en una vertiente inédita que decidirá la etapa 17 de La Vuelta 2025.

Dureza. Esta subida, de 8,8 km al 9,7% (con rampas del 16%), no dejará indiferente a nadie y, sobre todo, muy poco (solo los km finales) se parecerá a las otras dos ascensiones (1997 y 2006) que La Vuelta hizo a esta cima, con victorias de Roberto Heras y Alejandro Valverde, respectivamente. En la citada edición de 1997, Fernando Escartín (57 años), acabó entre los mejores, y casi 30 años después asciende con AS este puerto para un reconocimiento que ya tenía controlado al ser director técnico de La Vuelta… pero se sorprendió: “Es todavía más duro de lo que pensaba”.

El Morredero, la sorpresa de La Vuelta

La carrera vendrá de tierras gallegas para, a las puertas de la crono, presentar un cartel de una etapa, la 17, de 143 km con una ascensión a mitad de día, el Paso de las Traviesas (3ª), para una jornada en la que la estrategia tendrá un componente importante. “Vinimos a reconocer de nuevo la zona y encontramos esta vertiente con un gran asfaltado que realizaron tras la pandemia. Nos quedamos sorprendidos”, cuenta Escartín, que queda con AS en San Clemente de Valdueza, unos kilómetros antes de empezar el puerto… pero que ya pica hacia arriba.

El Morredero, la sorpresa de La Vuelta
Escartín, desde la cima de El Morredero con la parte final de la subida al fondo (Dani Sánchez)

“Es más, desde Ponferrada es todo un terreno exigente durante prácticamente los últimos 25 km. Hasta arrancar la subida es una zona rompepiernas y luego llega este muro de 8,8 km teniendo 3 km continuos al 12%. Hay muy pocos puertos en España que tengan esta pendiente media y al aficionado le gustará”, cuenta el aragonés afincado en tierras valencianas. De hecho, algunos tramos de la jornada transcurrirán por tramos donde se celebró el Mundial de 2014 con victoria para el polaco Kwiatkowski.

“A estas alturas de carrera las piernas ya irán justitas y si un corredor pasa un mal momento… es una subida sin descansos. Los últimos 3,8 km (los que coinciden con la subida de tiempos pasados) son algo más llevaderos, pero también es una zona en la que puede entrar un poco más el viento. La primera parte de la subida, junto al río (el Oza), es muy cerrada, por lo que en esa zona hará menos calor. Según vas subiendo empieza a desaparecer el arbolado y coincide con esos tramos al 15%, algunos en rectas, que son los más duros mentalmente, porque en algunas ocasiones ves al rival y no puedes llegar a su rueda. Será un puerto traicionero en el que en un mal día se puede perder La Vuelta”, analiza Escartín sentado en una piedra en la cima berciana.

El Morredero, la sorpresa de La Vuelta
Escartín, en el Alto de la Cruz, a 3,8 km de meta, justo el único tramo coincidente con las otras ascensiones anteriores en La Vuelta Dani Sanchez

En un giro a izquierdas, dejando al margen derecho la localidad de Peñalba de Santiago, hay una de las curvas más duras, y es que son varias este tipo de ‘herraduras’ las que se encontrarán los corredores. “Es un asfalto bueno porque tiene un par de años únicamente. Puede que haya dos luchas entre etapa y general, pero los favoritos a ganar La Vuelta tendrán que mandar compañeros por delante. Es una subida que no tiene que envidiar nada a otros colosos españoles. Obviamente, otras tienen mucho más nombre, pero esta sorprenderá mucho y se dará a conocer más para los aficionados. Calculo que harán tres minutos el kilómetro. Es uno de los mejores descubrimientos que recuerdo”.

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Y para, acabar, Escartín tiene el deseo de ver a Pogacar y Vingegaard, entre otros, en esta cima “con la carrera apretada”. Menos de dos meses para el inicio de La Vuelta.

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