Así rompen las olas inusualmente grandes del huracán Erin en agosto
El ciclón atlántico dejó un oleaje histórico en Europa y EEUU, con sesiones veraniegas que parecían de pleno invierno en Mundaka, Nazaré o la costa este estadounidense.
La inesperada llegada del huracán Erin al Atlántico norte a finales de agosto ha dejado uno de los swells más potentes del verano en años. Desde Vizcaya hasta Irlanda, pasando por Nazaré, Hossegor y la costa este de EE. UU., las olas generadas por este ciclón tropical ofrecieron condiciones raramente vistas en pleno verano boreal.
Hossegor
En Francia, Pierre Rollet decidió apostar por Hossegor en lugar de cruzar la frontera hacia España. La jugada le salió redonda. Con François Liets al mando del jet ski, el surfista vasco-francés protagonizó una de las mejores sesiones del swell, con olas sólidas y bien formadas, más propias del invierno que de una jornada veraniega. El equipo de filmación captó momentos espectaculares desde tierra y aire.
EEUU
En Estados Unidos, el huracán Erin fue descrito como el más grande en tres décadas por el Weather Channel. Ben Gravy, surfista y creador de contenido, documentó el impacto del ciclón con olas de entre 4,5 y 6 metros rompiendo sobre múltiples spots del este. “Este huracán golpeó más fuerte de lo que jamás hubiéramos imaginado”, afirmó.
Nazaré
El 26 de agosto, Nazaré parecía un día de enero. Praia do Norte recibió líneas gruesas y pesadas que activaron una sesión inusual para el calendario. Entre los protagonistas estuvieron Sebastian Steudtner, Tó Cardoso y Xavi Lucena, en una jornada inesperada de olas gigantes en pleno verano.
Irlanda
Más al norte, Natxo González se encontró con el swell más grande que ha visto en Irlanda durante agosto. “Bendecido de volver y sentir esa energía otra vez”, escribió el vizcaíno, agradeciendo la hospitalidad de la comunidad local tras una sesión de alto voltaje en aguas frías y verdes.
Mundaka
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La mítica izquierda de Mundaka fue uno de los primeros spots en recibir el pulso del swell. Aunque las condiciones iniciales no fueron las más ordenadas, la potencia y el tamaño de las olas ofrecieron sesiones exigentes para quienes se atrevieron a entrar al agua.
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