Las mujeres no están todo el día perfectamente arregladas, no tienen la piel tan lisa como la pared, y sus cuerpos no son como maniquíes. Sin embargo, las redes sociales parecen querer demostrar lo contrario. Cuando echamos un ojo a cualquier perfil de una influencer de Instagram, lo primero que vemos son decenas de fotografías protagonizadas por filtros, maquillaje y Photoshop.

Para desafiar esta 'realidad' inexistente y liberar la presión a la que se someten las mujeres a la hora de sentirse atractivas, la fotógrafa Sophie Harris-Taylor ha tenido la mejor idea: hacer arte de lo que las redes sociales nunca muestran.

Según desvela , ella misma sabe lo que significa tener la piel distinta al resto: cuando era adolescente, sufrió de acné. Como a todos en esa época, esta situación le hizo sentirse avergonzada y con la autoestima más baja que nunca. Sin embargo, con el tiempo ha aprendido a vivir con ello y ha decidido enseñar a otras mujeres que ellas también pueden hacerlo.

Para conseguirlo, ha creado un proyecto llamado 'Epidermis'. En él pretende mostrar que a pesar de que el mundo de la fotografía siempre nos muestre a mujeres idealizadas, muchas tienen acné, dermatitis o rosácea y se sienten presionadas a cubrirse con una capa de maquillaje, con filtros en Instagram o con retoques en Photoshop. Sophie Harris-Taylor ha huido de esta costumbre superficial y este es el resultado: 

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