Real Madrid

Un dúo que no mezcla

Tchouameni dio buen nivel ante el Atlético, pero Camavinga no supo acompañarle y fue claramente superado por Modric, su sustituto, en la mitad de tiempo.

Camavinga, durante el Real Madrid-Atlético.
PIERRE-PHILIPPE MARCOU | AFP
Manu de Juan
Licenciado en Periodismo por la Universidad Francisco de Vitoria, pasó cuatro años en la sección de Deportes de La Gaceta antes de incorporarse al Diario AS en 2013. Aquí ha desempeñado labores de redactor en las secciones de Fútbol, iccwin247.com, Atlético de Madrid y Real Madrid, donde ingresó en 2017.
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Se fue Kroos, se lesionó Ceballos, Modric necesita la rotación propia de un futbolista al borde de los 40 años y Ancelotti, en el Real Madrid-Atlético de Champions, se entregó a lo que tenía, es decir, a Tchouameni y Camavinga como doble pivote. El plan cuenta con un pequeño asterisco: la ausencia de Bellingham. Sin el inglés, sancionado, el Madrid optó por colocar a Brahim ahí, transformando el 4-2-3-1 en una suerte de 4-2-4 que favorece la ruptura. Está por ver si con Bellingham la cosa mejora, pero la muestra hasta el momento dice lo que dice. Y lo que dice es que Aurélien y Eduardo mezclan regular, tirando a mal.

Eso sí, sería una injusticia poner el partido de uno y de otro al mismo nivel. Ni por asomo fue el caso. Tchouameni atraviesa ahora un buen momento, está pleno físicamente y eso lo traslada a su juego, sin balón y con él. Estuvo brillante como central en el Etihad y, en su regreso al puesto de centrocampista, sigue dando un nivel aceptable. Ante el Atlético fue el jugador del Madrid que más intervino (96 veces), el que más pases dio (90, 86 de ellos buenos, un 96%), el mejor recuperador del equipo (siete posesiones) y el que creó más ocasiones de gol (tres).

Un dúo que no mezcla

Claramente falló su acompañante, Camavinga, que firmó un partido que es un retroceso para él en su pelea por hacerse imprescindible para el Madrid. Al principio del curso y tras la marcha de Kroos, parecía más cerca; ahora, suena a que Modric tiene más papeletas para ser titular en su lugar en los días importantes, cuando el Madrid necesite mandar. Ante el Atleti apenas intervino 51 veces, el décimo del equipo (Modric, en la mitad de tiempo, lo hizo 56 veces), recuperó sólo dos balones y entregó sólo 41 pases (eso sí, con buen acierto, 40 de ellos correctamente). De un jugador como él se espera que aporte dinamismo en el medio, que supere líneas, pero tampoco lo hizo: un regate intentado, y sin premio. Estuvo blando en las marcas, Julián Alvarez se fue de él con cierta facilidad antes de poner en la escuadra de Courtois el 1-1. Y pese a que en principio se supone que es un medio de corte más ofensivo que Tchouameni, no lo pareció ante el Atleti: sólo 15 pases en el último tercio del campo por 27 de su compatriota.

Un dúo que no mezcla
Sergio Pérez

Ancelotti retiró a Camavinga a la hora de partido e introdujo a Modric en su lugar, tras el 2-1 de Brahim, y el Madrid controló mucho mejor el balón y, gracias a eso, también al Atlético. La explicación podría estar en una cuestión de cualidades técnicas y tácticas: Camavinga es un jugador dinámico, pero algo disperso como para jugar en una posición tan retrasada, en la que los fallos cuestan contras peligrosas. Pero parece haber también cierta incompatibilidad con Tchouameni, cierta tendencia a ocupar el mismo espacio.

Un dúo que no mezcla

Se puede apreciar en el gráfico (ver arriba), que muestra las posiciones de salida de ambos jugadores y las posiciones medias que ocuparon durante el duelo. Se puede ver que no abarcan campo, pues ambos tienden al centro, donde chocan. Y las conexiones entre ellos no fueron demasiado decisivas: Tchouameni le dio a Camavinga diez pases, el 11% de los que entregó; y Eduardo a Aurélien cinco, el 12%. Y fueron en la mayor parte (en 14 de 15), pases horizontales, sin incidencia en el juego de ataque, sin superar líneas ni crear problemas al Atlético.

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El melón de qué hacer en los siguientes partidos está abierto de par en par y Ancelotti, tras el duelo, reconoció que el factor que dio ventaja a Camavinga ante el Atleti fue su juventud (22 años por los 39 de Modric): “Hoy sobre todo buscaba la frescura de Camavinga, que está bastante mejor. Tenía un problema de espalda, pero era por meter pierna fresca, solo por eso...”. Sin embargo, elegirle como primer cambio fue sintomático y el mejor rendimiento de Modric pone en un brete a Carletto. Este domingo, ante el Rayo, habrá veredicto: el que juegue de los dos, seguramente será suplente en el Metropolitano.

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