Griezmann busca su baile inolvidable en Barcelona
El futbolista francés todavía no ha decidido su futuro y llega tras brillar en Mestalla con ganas de títulos en el Atleti. No ha marcado al Barça allí.
Pensaba que contigo iba a envejecer, en otra vida, en otro mundo podrá ser, en esta solo queda irme un día... Y el día del adiós de Antoine Griezmann, como canta Bad Bunny, llegará. Y será el francés quien decida si ocurre al final de esta temporada, la próxima o más allá de la duración de su contrato actual, que se extiende hasta el 2026. Marzo supondrá un mes clave para su continuidad, el club le ha dado vía libre para decidir. Es el máximo goleador histórico del club (196) y el décimo con más partidos (425) se ha ganado el derecho a elegir hasta cuando seguir.
Lo que es indudable es que Griezmann continúa siendo el rey para Simeone. El jugador de campo con más minutos (2.574, solo superado por los 2.880 de Oblak) y que en Mestalla volvió a demostrar que su pie de seda sigue guiando el camino colchonero. El máximo asistente rojiblanco (siete, como De Paul) y el segundo máximo goleador (15, cuatro menos que Julián Alvarez). El centro para el cabezazo de La Araña y en el primero para que Lino se topase con el larguero y el balón acabase en la bota del argentino.
Para Griezmann siempre es especial volver a Barcelona y más con un título en el aire. Una Copa del Rey que fue el gran título que levantó como blaugrana y que quiere repetir ahora de rojiblanco. Unas semifinales que, si la decisión es poner rumbo a Estados Unidos, apunta a ser su última vez que visita el feudo del Barcelona. Nunca le marcó al equipo blaugrana allí, ni en el Camp Nou ni en Montjuïc, ni como atlético (en 11 ocasiones) ni con la Real Sociedad (en cinco). Pero, el 21 de diciembre el guion comenzó a variar.
Su primera victoria en 16 visitas (tras 13 derrotas y dos empates). Sorloth cambió la historia de las visitas rojiblancas a la Ciudad Condal y busca repetir éxito también en Copa. “Quiero títulos”, desliza Griezmann en cada aparición. Aumentar su leyenda en el Atlético con éxitos colectivos, más allá de rondar las 200 dianas. Ya se le escapó por los pelos y con polémica unas semifinales coperas ante los blaugranas (le anularon un gol en 2017 por un fuera de juego inexistente que forzaba la prórroga). Última visita o no, Grizi tiene claro que la semifinal merece un baile inolvidable.
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