Apoyo cerrado del Bernabéu a Mbappé tras el palo de Liverpool

El Real Madrid regresó al Santiago Bernabéu después del palo que se llevó en su visita de Champions League ante el Liverpool en Anfield. Un duelo perdido por 2-0 y en el que salió especialmente señalado Kylian Mbappé, que firmó un partido muy decepcionante pese a que jugó en su lugar preferido, la izquierda, ahora que Vinicius está lesionado. Sin el brasileño, se hacía especialmente imperativo que el francés tirase del carro en ataque, pero sucedió todo lo contrario: estuvo errático todo el duelo y para colmo, falló un penalti que pudo meter al Madrid en el encuentro.

Y este domingo, en el Bernabéu, era el momento de que la afición blanca tomase partido respecto al desempeño de Mbappé. En la salida de los equipos al césped para calentar no hubo nada reseñable, salvo un aplauso general al equipo mezclado con la música que se emitía por megafonía en el feudo madridista. La prueba de fuego iba a llegar a la hora de cantar los onces titulares, cuando el nombre de Mbappé sería anunciado en solitario.

Y el Bernabéu optó por defender al francés. Cuando se cantó su nombre, acompañado del número 9 y de su foto en el vídeomarcador 360 del estadio, la reacción general fue cantar su nombre al unísono seguido de aplausos. Hubo algunos pitos sueltos que se escucharon una vez se apagó el ruido, pero fueron escasos y muy leves. El madridismo está con Mbappé en este momento difícil, al menos por lo que se pudo ver antes de que arrancase el choque.

Ya durante el partido, mediada la primera parte, la grada de animación arrancó cánticos citando al francés y el resto del estadio los siguieron de forma unánime. La herida sigue ahí, pero al menos por parte del estadio blanco no hay ganas de profundizar en ella. Cuando el árbitro señaló penalti de Nyom sobre Rüdiger, se esperaba que fuese Mbappé el lanzador, pero para sorpresa general el elegido fue Bellingham.

Pero no tardó mucho el ex del PSG en dar oportunidad al Bernabéu de celebrar: hacia el final del primer tiempo, recogió un pase al espacio de Bellingham y soltó un zapatazo que acabó siendo el 2-0, tras tocar en el poste. Pocos goles se habrán celebrado como este en Chamartín, síntoma del deseo que hay en la afición blanca de que la historia conjunta de Madrid y Mbappé salga bien.

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