El cambio de sistema resucita a Antoñito Cordero
Antoñito Cordero ha elevado su nivel jugando como carrilero derecho ‘al estilo Jesús Navas’. Seis goles y otras seis asistencias. Tiró el penalti pese a que la grada prefería a Chupete.


El Málaga ha reconducido su camino cuando más lo necesitaba. Sergio Pellicer pasaba por sus horas más complicadas con el equipo estancado y el Eldense apretando de tal manera que el temor por el descenso inundó de pesimismo al malaguismo.
Tal era el estado de crispación que, de verdad, planeó por el horizonte la sobra de un cambio de entrenador que Loren Juarros jamás se planteó. Eso sí, los teléfonos no paraban de sonar con representantes al otro lado de la línea ofreciendo su producto.

Pellicer intentó optimizar sus recursos disponibles. Era necesario limpiar las cabezas de los jugadores, recuperar el feeling con la grada y recuperar para la causa a futbolistas que por ‘hache o por be’ estaban en otras cosas. Ese es el caso de Antoñito Cordero.
En estas horas bajas se conoció que Antoñito estaba comprometido con el Newcastle para las próximas cinco temporadas. Aun no se ha hecho oficial, pero se sabe de sobra. Esto ponía aún más en duda el compromiso del jerezano. Ya saben lo que pasa en estos casos, que si no mete la pierna, que si no corre porque piensa en su nuevo destino.

El técnico implemento un retoque táctico usando tres centrales y volviendo a emplear a Diego Murillo, con funciones añadidas de lateral. Antoñito Cordero pasó de extremo izquierdo con pierna cambiada, a carrilero derecho largo al estilo de Jesús Navas, Mano de santo. El canterano ha recuperado su mejor nivel en una posición que le obliga a defender, atacar y asistir. Con este reajuste el Málaga ha sumado siete puntos de los últimos nueve para situarse con 49, la media histórica de la salvación desde la temporada 1997-98 en que la Segunda División tiene 22 equipos.
La intrahistoria del penalti
A los 27’ Loic Williams derribó dentro del área a Chupete. Cid Camacho pitó penalti. Un importante sector de aficionados reclamó que el máximo castillo lo lanzase, precisamente, Chupete, que inicialmente cogió el balón.
Esto suele ser una maniobra de distracción para el portero, que se prepara para un lanzador y de repente se encuentra con otro. Lo que sucedió fue algo surrealista. Cuando Antoñito se dispuso para el lanzamiento hubo pitos. El chaval no se arrugó. Serio, concentrado y con el punto de mira entre ceja y ceja, colocó el balón lejos del alcance del excelente Mariño.

Gol de oro y liberador porque, desde ese instante Antoñito, que estaba jugando bastante bien, aumentase su nivel de confianza. Cuando fue reemplazado a los 73’ fue bastante aplaudido.
Las explicaciones de Pellicer
En la rueda de prensa posterior al partido Sergio Pellicer fue cuestionado por este asunto. ¿Le quitó el balón Antoñito a Chupete cuando se preparaba a tirar desde los once metros? La situación que se había dado era cuanto menos sorprendente. Pellicer zanjó el debate.

Esto fue lo que dijo el técnico: “Estaba decidido que si hubiese estado Dioni habría sido Dioni; si hubiese estado Roko lo habría tirado Roko. Pero estando Cordero y Chupete, aunque Chupe haya sido el último en llegar, lo tiraba Cordero. No lo he visto. He escuchado a la grada y he pensado si había pasado algo. Me he enfadado sin saber. Por eso meto la pata”.
Las estadísticas de Antoñito Cordero son más que estimables. Seis goles, otras seis asistencia y 20 disparos. Tras una segunda vuelta con excesos de sombra, el héroe del ascenso en Tarragona se ha apuntado para un excelente final de temporada.
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