Lucy Bronze revela que tiene autismo y TDAH: “La primera vez que fui con Inglaterra no podía hablar con nadie”
La exjugadora del Barça ha contado durante una entrevista con la BBC que en 2021 le diagnosticaron las dos condiciones, aunque no le sorprendió porque su madre ya le habló sobre ello cuando era una niña.

La estrella del Chelsea Lucy Bronze ha dejado ver su lado más personal durante una entrevista con la BBC. La exjugadora del Barça, que quedó segunda en el Balón de Oro de 2019, ha revelado que en 2021 fue diagnosticada con autismo y trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). “Cuando me uní por primera vez a Inglaterra no podía hablar con nadie”, ha reconocido.
El momento en el que le dieron la noticia no fue una sorpresa. “Era algo que siempre supe de alguna manera. Mi madre había hablado de ello desde que yo era muy pequeña y notó cosas en mí”, ha explicado. El diagnóstico no le ha cambiado en nada, de acuerdo a la lateral, sino que fue más bien una confirmación.
Bronze ha narrado cómo, desde una edad temprana, tenía problemas para dormir. Entonces, un especialista del sueño le recomendó escribir un diario antes de irse a la cama para relajarse: “Entonces terminaría escribiendo un libro. Mi cerebro va a 160 km/h incluso cuando estoy acostada en la cama”.
Su condición no solo era perceptible en su día a día. Aficionados y rivales se percataron de que, cuando estaba en los terrenos de juego, Bronze tiene una tendencia a tocarse el pelo. La defensa ha explicado que no es simplemente un movimiento nervioso, sino que inconscientemente le sirve para relajarse.
Bronze ha contado que, cuando llegó a la selección inglesa, no era capaz de comunicarse ni mirar a los ojos a sus compañeras y miembros del cuerpo técnico: “Casey Stoney me dijo: ‘Nunca me has mirado a los ojos cuando me hablas’, y yo le respondí: ‘No es por ti, es por mí’”. La jugadora del Chelsea entonces recurrió a un truco: “Me fijaba en Jill [Scott] y cómo le habla a la gente. Pensé en imitarla un poco. Ahora lo hago mejor, pero a veces me siento un poco incómoda”.
Aun así, como a otras muchas personas afectadas por esta condición, todavía le cuesta hacer gestos que para el resto de la población son cotidianos: “Abrazar a la gente, hacer contacto visual al hablar, esas dos cosas tuve que aprenderlas porque se consideran la norma y me resultaron muy difíciles”.
Sin embargo, Bronze reconoce que un lado positivo es que, gracias al autismo, el fútbol se ha convertido en una “obsesión” para ella. “Algo realmente bueno para el TDAH y el autismo es el ejercicio. Mantener esa concentración, algo que hacer, mantenerse en movimiento. Entrenar a diario es increíble para mí. Algunas chicas me dicen: ‘¿Seguro que tienes 33 años porque no paras?’. Todo lo que tengo por el autismo me ha beneficiado”.
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