Gol y ascenso en el Tartiere

Ésta es la semana del 50 aniversario de la llegada de Enzo Ferrero al Sporting, cuya camiseta rojiblanca vistió por primera vez el 30 de agosto de 1975. El extremo argentino fue protagonista de muchas tardes de gloria y felicidad para los sportinguistas, a los que se ganó pronto con un momento muy especial por el calado de la conquista.

Cualquier triunfo sobre el eterno rival ya es importante, pero si esa victoria se produce en un partido decisivo y, además, vale un ascenso pues es casi tocar el cielo con las manos. Y ese momento lo disfrutó Ferrero nada menos que en el viejo estadio de Buenavista.

El 29 de mayo de 1977, el último domingo del mes de las flores, se disputaba en el Carlos Tartiere un partido crucial correspondiente a la penúltima jornada del campeonato de liga en Segunda. El Sporting llegaba líder, con 45 puntos (el valor de la victoria era de dos puntos en aquella época), con el Rayo Vallecano (44), el Cádiz (43) y el Oviedo (43) como perseguidores por ese orden. Subían los tres primeros de forma directa.

El triunfo e incluso el empate significaba el retorno del Sporting a Primera, sin esperar a la última jornada, después de aquel descenso dramático la temporada anterior con Enzo Ferrero recién llegado y formado delantera junto a Quini y Churruca. Y el equipo de Vicente Miera no falló, aunque tuvo que remontar el gol de Alarcón a los 25 minutos en una “tarde amenazando lluvia, que cayó a contados minutos de comenzar el partido”, encabezaba la crónica de AS su corresponsal en la capital del Principado, Tino. El título de la crónica fue muy austero: ‘1-2 El Sporting, campeón’.

“Faltaban siete minutos para terminar el encuentro cuando el Sporting se adelantó en el marcador. No se entienden Tensi y Francisco Galán y se produce una colada por la izquierda con centro hacia el marco de Ratomir; despeja Jacquet, pero el balón va a lugar donde se halla Ferrero, que remata sin parar a las mallas”. Así describió Tino el gol de la victoria rojiblanca obra del extremo argentino.

Enzo Ferrero se resarció así del desastre de la anterior campaña. Fue en el mejor escenario posible que, por aquello del largo período del Oviedo en Segunda en aquellos años (1976-1988, con un año en Segunda B), pisó pocas veces; solo dos, en concreto. Una fue la descrita y la segunda fue en la tarde-noche loca del 22 de agosto de 1980 para Fernando Gomes, debutante con el Sporting. El portugués fue el autor de todos los goles del 1-5 que le sirvió al equipo rojiblanco para llevarse el primer Trofeo Bankunión, en el que también participó el Athletic de Bilbao. El argentino fue el asistente en el 0-2 de Gomes.

En cinco ocasiones se enfrentó Ferrero al Oviedo, tres fueron en partido oficial y las otras dos en amistosos, el trofeo comentado y el Costa Verde. El argentino puede decir que nunca perdió ante el eterno rival (cuatro triunfos y un empate), al que hizo dos goles, el del triunfo que valió un ascenso y en la victoria mínima de penalti en el Trofeo Costa Verde de 1982.

La rivalidad con el oviedismo la llevó Enzo Ferrero de forma permanente en sus duelos con Pepe Carrete, al que se enfrentó en 12 ocasiones (13 si se cuenta el Valencia-Argentina del verano de 1981), la mayoría fueron con el bravo lateral como jugador del Valencia. El enfrentamiento Carrete-Ferrero en un Oviedo-Sporting solo se dio en una ocasión y fue en la primera temporada de Enzo en Gijón (1975-76) con victoria sportinguista por 3-1.

No fueron pocos los que mantuvieron grandes disputas con Enzo Ferrero. Además de Carrete, el lateral al que más veces se enfrentó en España, siempre se recuerda de manera especial al madridista San José o al colchonero Marcelino. El argentino siempre fue una pesadilla para los defensas.

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